Tupiza le da la bienvenida al Dakar y vive una fiesta completa

Los pilotos desfilaron por el centro de la ciudad y fueron ovacionados. El momento más emotivo fue cuando la gente le cantó el Cumpleaños Feliz a Nosiglia, quien el día anterior había cumplido 55 años.VELOCIDAD. Un motociclista se ‘baña’ al cruzar un riachuelo.VELOCIDAD. Un motociclista se ‘baña’ al cruzar un riachuelo. Foto: Wara VargasLa Razón Digital / Marcelo Avendaño / TupizaLa fiesta en Tupiza fue completa ayer. La población dio una gran bienvenida al Dakar en su cuarta incursión consecutiva en territorio nacional y, asimismo, brindó un cariñoso y espectacular recibimiento a los pilotos bolivianos, en especial a Wálter Nosiglia, ganador de la etapa en cuadriciclos.El momento más emotivo fue cuando la gente le cantó el Cumpleaños Feliz a Nosiglia, quien el día anterior había cumplido 55 años (4 de enero de 1962).A las 14.34 el público estalló de júbilo al ver cómo Nosiglia se acercaba al palco; en su camino centenares de personas ondeaban la tricolor nacional y gritaban: “¡Wálter, Wálter, Wálter!”.%image_alt%

  • SALUDO. El presidente Evo Morales recibe y felicita a Wálter Nosiglia. Foto: ABI.

El piloto —al mando de su cuadriciclo Honda— iba saludando a la gente que había conformado un cordón humano extendido en ambos lados de las calles: “¡Gracias a todos!”, exclamaba.En la tarima oficial lo estaba esperando el presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales. Llegó hasta él y se abrazaron.“Saludos a toda Bolivia. Prometí hacer algo en este Dakar, y tenemos un primer lugar en una etapa, por lo menos”, dijo el piloto y generó los aplausos de la gente. “Vamos a tratar de llegar al final como primeros también”, agregó.Aunque no estaba previsto, Morales también dio algunas palabras: “Pido aplausos para el hermano Wálter. Muchas felicidades, le deseamos mucho éxito al compañero Wálter. Te acompaña no solamente el Gobierno, sino todo el pueblo boliviano. Usted hermano nos une a los bolivianos, usted nos da mucha energía con su carrera; mucha suerte y felicidades hermano”, enfatizó el Presidente.El artista plástico tupiceño Fernando Chumacero le obsequió al piloto una escultura con el logotipo del Dakar, le dijo que se la había hecho por sus 55 años.“Les debía esto (un primer lugar) y el regalo es para todos ustedes. Muchísimas gracias, realmente estoy muy emocionado, nunca pensé en ganar una etapa del Dakar, menos al día siguiente de mi cumpleaños y mejor cumpliendo 55 años”, agregó Nosiglia, emocionado y con lágrimas.Escuchó, con una gran sonrisa dibujada en el rostro, lo que la gente le cantaba por su cumpleaños, luego se abrazó nuevamente con Evo Morales.Después, el piloto regresó a su cuadriciclo, que lleva el número 256, y siguió su rumbo —en enlace— con destino al campamento situado en la localidad de Mochará, a 35 kilómetros de Tupiza.La presencia de Nosiglia fue la cúspide de la fiesta, que comenzó a tempranas horas con la instalación del ambiente Dakar.La gente iba posicionándose de a poco en las orillas del río Tupiza, por donde todos los pilotos iban a pasar en competencia.%image_alt%

  • Imponente. El camión Renault Trucks, conducido por el holandés Pascal de Baar, es seguido con atención. Foto: Wara Vargas, La Razón.

Quedaban pocos lugares, pues incluso desde el día anterior hubo familias enteras que fueron a reservar un espacio y se quedaron a dormir dentro de unas carpas para estar en un lugar privilegiado.El esfuerzo que hicieron valió la pena porque vivieron de cerca el Dakar con el paso de motos, cuadriciclos, coches y camiones a grandes velocidades.%image_alt%



    • DESTACADO. Wálter Nosiglia Jr. llega a Tupiza. Foto: Wara Vargas, La Razón.

    Dos horas antes (10.00) de que llegara el primer piloto, según sus costumbres, los lugareños hicieron la ofrenda a la Pachamama pidiendo que todo saliera bien en la jornada. Algunas autoridades municipales, departamentales y nacionales, que llegaron a Tupiza temprano, participaron en el acto.A las 12.09 llegó el primer piloto, el español Joan Barreda Bort, quien fue recibido ovacionado.El primer representante nacional en arribar al centro de la ciudad fue Juan Carlos Salvatierra, quien recogió una bandera nacional y la flameó mientras conducía su moto, pasando por las calles rumbo al campamento.Luego apareció Daniel Nosiglia, el menor de los dos hijos de Wálter, muy emocionado. Después fue el turno de Fabricio Fuentes y Wálter Nosiglia Jr. Y entrada la tarde, de los competidores nacionales en coches que también fueron recibidos con cariño.