Le Pen se niega a llevar velo para reunirse con el gran mufti de Líbano

La candidata presidencial del Frente Nacional cancela la reuniónNatalia Sancha“De ninguna manera voy a llevar un velo”, ha declarado este martes la candidata presidencial del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, en una rueda de prensa en Beirut que cerró la gira oficial de dos días al Líbano. “Considero el velo como un símbolo de sumisión de la mujer. He de decir que cuando Marine Le Pen se niega a llevar el velo en Líbano es criticable, pero cuando Michel Obama lo hace en Arabia Saudí es admirable”, dijo la candidata al Eliseo ante los periodistas congregados. La polémica estalló en la mañana del martes cuando Le Pen canceló la reunión que tenía programada con el líder suní del país, el gran mufti Abdul Latif Deryan, tras negarse a ponerse un pañuelo en el encuentro.“Había comunicado previamente mi intención de no llevar velo al encuentro y a pesar de ello la reunión con el gran Mufti se mantuvo. Pero al llegar se me pidió cubrirme con el velo y me negué”, ha explicado alegando que no se le exigió cubrirse el cabello durante su reunión con el gran imán de Egipto en 2015. La oficina de Deryan, por su parte, ha emitido un comunicado en el que informa de que ya había advertido al equipo de Le Pen de que tendría que ponerse un velo para dicho encuentro y que habían accedido a ello. La líder del FN se ha mostrado en numerosas ocasiones partidaria en prohibir el uso público del velo y el kipá, un tema siempre rodeado de polémica en Francia. “No será Le Pen quien represente en ninguna forma la emancipación de la mujer en el mundo y mucho menos ante las libanesas”, reacciona en Beirut Rana Saleh, estudiante de informática.A pesar de la controversia levantada por la visita de Le Pen, más mediática que política, tan sólo una docena de libaneses han respondido a la llamada que cuatro días atrás hizo el Forum Socialista libanés para manifestar en una concentración pública su rechazo a la visita de la candidata gala. “Le Pen no es bienvenida a Líbano y condenamos la recepción que le han hecho nuestros dirigentes porque con ello legitiman a todas estas figuras xenófobas, racistas, homófonas e islamófobas”, dice Farah Qubeise, organizadora de la concentración. “Los manifestantes se equivocan. No libro una guerra religiosa, sino contra el fundamentalismo islamista que supone un peligro para toda la humanidad en general y para mi país en particular”, ha respondido Le Pen, arguyendo que no confunde religión musulmana con fundamentalismo islamista.Apoyo al Gobierno de Bachar El Asad“No existe hoy una alternativa al régimen sirio”, ha declarado la candidata a la presidencia francesa aunque ha rechazado toda intervención militar en Siria. “El peor escenario en Siria sería el colapso del Estado sirio, lo que supondría la expansión del ISIS”. Cuestionada por este diario sobre su intención de restablecer las relaciones diplomáticas con el Gobierno de Bachar el Asad, Le Pen ha reiterado su voluntad de reabrir la embajada gala en Damasco en caso de llegar al Eliseo y criticado la decisión de París de haber cortado las relaciones con los servicios de inteligencia sirios.Le Pen ha admitido que su postura hacia Siria difiere de la del primer ministro libanés, Saad Hariri (quien acusa a Damasco del asesinato con coche bomba en 2015 de su padre y ex-ministro Rafiq Hariri), pero que se trata de defender el interés nacional de Francia, sin que por ello haya descartado “reconsiderar las relaciones con el régimen sirio una vez exterminado el ISIS “.Tras reiterar su apoyo al Ejército libanés, Le Pen ha criricado las políticas intervencionistas de tanto la Unión Europea como de la ONU en la región que “pueden agravar la situación y reforzar el peligro yihadista e islamista”.Le Pen inició el lunes un viaje por el francófono Líbano para ser recibida por primera vez por un jefe de Estado, como parte de su campaña presidencial para impulsar su papel internacional. Además del cristiano maronita Aoun, la candidata se reunió el lunes con el mencionado primer ministro, el suní Saad Hariri, y el patriarca maronita, Béchara Raï, según el programa de la visita. El viaje, que finalizó en la tarde del martes, llega después de varios episodios por los que ha sido tratada con ostracismo en la escena diplomática internacional. Le Pen buscaba reducir con este viaje las acusaciones de islamofobia con sus encuentros con dirigentes musulmanes libaneses.Según los sondeos de intención de voto, Le Pen ganará la primera vuelta de las presidenciales y pasará a la segunda vuelta, prevista para mayo.El País – Madrid