¿Dónde se fue el Carnaval?

Bajo el Penoco

Aceptemos que la esencia del Carnaval cruceño estaba en los tres días de mojazón, baile y todo lo que sucede en las calles del centro, donde las casas de espera, las plazuelas y algunos puntos estratégicos, como la Ballivián, la calle Rafael Peña o la Máquina Vieja simplemente eran pascanas, pero jamás encierros, como sucede con los garajes y las famosas tarimas.

El Carnaval era deambular con la comparsa y la tamborita de un lado para otro, para toparse con los amigos, compartir algo fresco y seguir ese camino interminable y sin rumbo, a veces gritando o riendo, otras veces filosofando y también llorando. Lamentablemente ese ritual que tenía lugar dentro del casco viejo se ha perdido por completo.

Los garajes, las manillas, la cumbia villera, los coreógrafos, esas fiestas de adolescentes que parecen kermeses y los hamburgueseros se han adueñado de la fiesta. Lo peor de todo es que la orfandad de las calles las ha dejado a expensas de verdaderas pandillas de jovenzuelos que atacan a los pocos grupos que se atreven a asomar la cabeza. Por ahora no andan armados más que de pintura y bajos instintos, pero sólo hay que darles tiempo…



Fuente: El Día