Volver a pensar

Ilya FortúnTodos estamos preocupados por el futuro en un contexto marcado por la acelerada decadencia del régimen del MAS y por los vacíos e incertidumbres que provocan la inminente llegada del postevismo.Y mientras la mayoría de la gente está preocupada por el «quién” y por el «cuándo”, nosotros estamos ocupados y preocupados esencialmente, más bien, en el «qué”.Por supuesto que es legítima la angustia generalizada del «quién”, en medio de una agravada crisis de representación y de liderazgos del sistema político formal; en un país de tradiciones caudillistas, imaginar el futuro sin una figura que tenga además que competir y contrastarse con la del cacique Evo Morales, puede ser para muchos súper difícil.También es absolutamente comprensible la ansiedad colectiva que puede provocar el «cuándo”, si suponemos correctamente que un verdadero proyecto político alternativo no puede improvisarse en rápidos aprestos preelectorales.Y ese otro proyecto de futuro es justamente el «qué”. Sin eso, quienes pensamos que Morales y el MAS ya han cumplido su ciclo, tendremos serias dificultades en convencer, y enamorar nuevamente a la gente con la política, aunque surjan las figuras necesarias para resolver el «quién”.Es en virtud a esa preocupación que algunos integrantes del Colectivo Fuerza Ciudadana (a ellos me refiero cuando hablo de nosotros) hemos escrito el libro titulado Volver a pensar: diez voces en clave de futuro. La historia nacional no empieza ni termina con el MAS y por supuesto que hay vida después de Evo Morales, y no ocurrirá ningún cataclismo cuando culmine su mandato en 2019, ni un minuto antes ni un minuto después; esa es, por ponerlo de alguna manera, una de las convicciones que nos ha llevado a tomar la decisión política de escribir este texto colectivo.Y creo que todos los autores hemos querido entender que la clave de futuro implica también mirar hacia adelante realmente, sin tener los ojos en la nuca. Pensar un nuevo país implica desenmascarar la estafa y el gran acto de simulación política que interpretó el MAS, planteando un nuevo camino más allá del relato y del discurso, pero implica sobre todo no apostar por el regreso a un pasado que nadie está dispuesto a reeditar.En este esfuerzo colectivo y ciudadano usted podrá ver que todos los que escribimos miramos hacia adelante, pero de manera diversa y plural, tal como es nuestro colectivo, y tal como es al final de cuentas la sociedad misma.No hemos reflexionado desde una posición política ni ideológica común y tampoco hemos intentado ponernos de acuerdo ni forzar un planteamiento único.Tampoco se trata de un texto con pretensiones ni rigores académicos (quien quiera evaluarlo así tendrá mucho que criticarnos); cada uno ha escrito en el tono y en la dirección que le ha parecido más conveniente y creo que esa diversidad contribuye a su riqueza.Se trata más bien de la toma de una posición política no partidaria, en la que, detrás de las diferencias, también afloran muchas cosas en común que podrían contribuir a un nuevo debate de ideas, postergado y anulado largamente por la hegemonía discursiva del Gobierno.Si se anima a entrarle al texto, verá que allí no hay dogmas, ni recetas, ni fórmulas mágicas. Son un conjunto de reflexiones urgentes, en un momento en que pensar y opinar se han convertido en delitos imperdonables, y en el que el Gobierno percibe a las clases medias ilustradas como una amenaza.Lo invito cordialmente a sumarse al debate.Página Siete – La Paz