Enrique Peña Nieto, ante una elección clave que puede definir su futuro y el de su partido

Este domingo se elige gobernador en el Estado de México, el más importante del país. Por primera vez desde 1945, el PRI puede perder y debilitar más al presidente mexicano

La candidata opositora Delfina Gómez y el oficialista Alfredo del Mazo Maza pelean cabeza a cabeza la elección del domingo 4 de junio en el Estado de México

La candidata opositora Delfina Gómez y el oficialista Alfredo del Mazo Maza pelean cabeza a cabeza la elección del domingo 4 de junio en el Estado de México

Este domingo 4 de junio, en el Estado de México se elegirá algo más que al gobernador. Su influencia puede ser decisiva en la elección presidencial de 2018, la agenda del próximo Congreso, el futuro del grupo político más poderoso del país y del presidente Enrique Peña Nieto, quien condujo esta gobernación de 2005 a 2011.



El Estado de México es el más importante en el país en cuanto a presupuesto y número de electores y es cuna del grupo dominante dentro del Gobierno y del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Desde 1945 ha sido gobernado por esta formación política. Sin embargo, por primera vez en su historia, el izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) amenaza su permanencia.

Las últimas encuestas previas a la elección dan una mínima ventaja o un empate técnico entre el aspirante oficialista Alfredo del Mazo Maza y la opositora Delfina Gómez.

La posibilidad de que por primera vez la oposición pueda arrebatarle la gobernación al oficialismo tiene en vilo al grupo político más poderoso del país, Atlacomulco, integrado a principio de los años cuarenta, que tiene su sede en este estado y que ha sido cuna de influyentes políticos, como el mismo Peña Nieto.

Analistas consultados por Infobae adelantaron que si se cumplen los pronósticos que dan el triunfo a la oposición, el primer responsable sería el propio presidente, quien tendría que cargar sobre sus hombros con la derrota y el estigma de que fue quien presuntamente intervino en la elección del candidato oficialista Alfredo del Mazo Maza, uno de sus primos más cercanos.

«Para Peña Nieto, sería el fin de él y de su grupo para poder colocarse en alguna otra posición cuando termine su presidencia. Quedaría como el presidente que enterró a su partido y a su grupo político, pero también, un gobernador de izquierda podría abrir una investigación sobre todos los contratos que se dieron en su administración y en la actual. Podrían salir tantas cosas que Peña caería en un desprestigio tal que salpicaría a todos sus colaboradores cercanos», advirtió el escritor Francisco Cruz, con varios libros publicados sobre grupo Atlacomulco.

Alfredo del Mazo Maza, primo del presidente y su candidato para retener el poder en el Estado de México, donde el PRI gobierna desde 1945

Alfredo del Mazo Maza, primo del presidente y su candidato para retener el poder en el Estado de México, donde el PRI gobierna desde 1945

Los recuerdos de Peña Nieto

Con Peña Nieto como gobernador del Estado de México, se registró lo que Cruz llamó la primera gran masacre de los últimos tiempos, cuando el 13 de septiembre de 2008 aparecieron ejecutados 24 albañiles en la zona de La Marquesa, uno de los sitios preferidos por los capitalinos para los días de campo. La explicación oficial fue que fueron ejecutados por la delincuencia organizada, pero Cruz afirma que en su muerte intervinieron policías estatales.

En mayo de 2006 tuvieron lugar los disturbios de San Salvador Atenco entre policías estatales y pobladores en los que resultaron dos personas muertas y 26 mujeres abusadas sexualmente, según documentaron organizaciones de derechos humanos.

«Si gana la candidata de izquierda, es su deber moral investigar todos los casos de corrupción y de violaciones a los derechos humanos de los que se ha acusado a Peña y a Eruviel Ávila (el actual gobernador). No hay que olvidar que ahí crecieron grandes negocios como los que han hecho OHL –la constructora española investigada en su país por presunta corrupción en el Edomex– y Grupo Higa –al que la primera dama le compró una casa de más de 7 millones de dólares–», advirtió Cruz.

Delfina Gómez, en campaña junto a Andrés Manuel López Obrador

Delfina Gómez, en campaña junto a Andrés Manuel López Obrador

Cruz y otros analistas consideraron que con una presidencia tan debilitada, de la que el 77% de los mexicanos desaprueba la gestión, según un sondeo en marzo de la empresa GEA-ISA, a Peña Nieto sólo le quedaban dos decisiones importantes: quién sería el candidato del oficialismo a la gubernatura del Estado de México y quién será el aspirante a la candidatura presidencial por el PRI.

Si su primo pierde la elección del domingo, los diferentes grupos políticos dentro del oficialismo presionarían para que Peña Nieto pierda el privilegio de elegir a su probable sucesor.

«Si no refrenda el control del Edomex, los grupos opositores que disputan el poder en el PRI lo verían ‘bocabajeado’ (derrotado) y habría una ofensiva de ellos para elegir quién será el candidato presidencial en 2018, porque hasta ahora todos piensan que a pesar del desastre que ha sido su presidencia, tienen la esperanza de quedarse con el Estado de México y, si no lo logran, ya vería a Peña muy débil en la disputa interna», consideró Telésforo Nava, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Avizora que algunos políticos priistas opositores al gobierno de Peña Nieto, que actualmente se encuentran en algunas embajadas, podrían regresar al país para disputar a los peñistas la imposición del candidato.

Otra ofensiva, según el politólogo, podría estar encabezada por Manlio Fabio Beltrones, un político mexicano de la vieja guardia que ya fue presidente nacional del PRI, gobernador y coordinador de los diputados de su partido, entre otros, y que actualmente se encuentra retirado del ojo público.

El PRI también se está jugando su influencia en la agenda del Congreso. El Estado de México cuenta actualmente con 65 diputados en la Cámara federal, de un total de 500; es decir, representa más del 10% de la fuerza legislativa. El partido al que pertenezca la mayoría podría hacer la diferencia para el próximo presidente de México.

«Si Morena llega a ganar el Estado de México, que son más de 11 millones de electores, y tomamos en cuenta que casi tiene en la bolsa (ganada) la Ciudad de México, que son otros 7 millones de electores, podría decidir la agenda legislativa», explicó Cruz.

«El PRI está obligado a ganar esta elección por el partido y por Peña, un hombre incapaz, pésimo administrador y mal operador político. No tiene más capacidades, se juega su futuro personal, y si gana Morena, no veo qué podría hacer después de que termine su presidencia», finalizó Cruz.

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Fuente: infobae.com