Un nuevo estudio reveló secretos nunca antes develados sobre la compleja mente canina

La revista Time se propuso explicar de manera científica los motivos detrás de la fascinación de los norteamericanos por los perros

Fotos cortesía @dogsofinstagram

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La entrañable relación del hombre con el perro, calificado históricamente como su mejor amigo del reino animal, es una que lleva forjándose por más de 15.000 años. Si se tiene en cuenta que cada vez más personas deciden sumar a un fiel compañero canino a su núcleo familiar, al parecer el inigualable vínculo entre seres humanos y canes promete seguir replicándose en las próximas décadas.



Son muchos las personas a cargo de uno o más perros las que se preguntan de tanto en tanto cómo se sentirá ser uno de ellos, algo que hasta el momento no se podía saber a ciencia cierta pero que gracias a un exhaustivo estudio liderado por la Universidad Emory en Atlanta, los científicos a cargo aseguran estar más cerca de saber que pasa realmente dentro de la compleja mente canina.

Mediante el uso de estudios de imágenes por resonancia magnética, donde fueron puestos bajo la lupa perros entrenados especialmente para mantenerse quietos durante la duración del escaneo, neurólogos como el renombrado Dr. Gregory Berns pudieron revelar secretos nunca antes compartidos sobre lo que sucede en la mente de un can.

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A pesar de no contar con un lenguaje propio, nadie puede cuestionar que los perros logran comunicar mediante expresiones faciales y movimientos corporales una infinidad de estados de animo, pero hasta el momento esto no se había logrado analizar de manera empírica.

Distintos centros de estudio canino han ido surgiendo a lo largo de las últimas décadas en locaciones variadas como Hungría, Austria, Alemania, Italia y Australia. Dentro de los Estados Unidos laboratorios dentro de centros de estudios de primer nivel como las universidades de Yale y Duke, trabajan incansablemente para ayudar a entender de manera científica al mejor amigo del hombre.

La fascinación del hombre por la mente de los canes es tal que la Asociación por las Ciencias de la Psicología de los EEUU, normalmente concentrada en la psiquis humana, le ha dedicado recientemente una edición completa de su publicación Direcciones Actuales de las Ciencias de la Psicología a los perros.

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Entre los hallazgos realizados por los distintos centros de estudio se destacan entre otros el hecho de que los perros tienen la capacidad de contar al poder identificar entre dos pizarras con formas geométricas similares, aquella que tiene más figuras dentro de su superficie.

A la vez los perros pueden leer con claridad los rostros humanos, comprendiendo la importancia de utilizar la mirada para establecer una comunicación efectiva y para ganar la atención de sus «humanos». Son también expertos en entender que más allá de que un objeto haya desaparecido de su vista, no quiere decir que este haya dejado de existir por completo.

Los científicos involucrados en los diversos estudios destacaron la capacidad de estos animales de poder llegar a tener este entendimiento básico del mundo que los rodea desde muy temprana edad, algo que comparativamente a los humanos les toma mucho más tiempo en alcanzar y que aseguran se evidencia cuando por ejemplo un bebé tira una cuchara con comida al suelo y usualmente no mira hacia abajo para intentar encontrarla.

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Siguiendo con la comparación entre hombre y perro, la inteligencia de muchos seres vivos suele medirse por el tamaño de sus cerebros en relación con el de su sus cuerpos. Teniendo en cuenta esta proporción el cerebro humano representa una cincuentava parte de su masa corporal, un ratio destacable si se tiene en cuenta que en el caso de los caballos la proporción es de 1:600 y en el de los leones solo un poco más favorable con 1:550.

Son los canes entre los animales que más se destacan con una proporción que alcanza el 1:125, un ratio que se extiende en igual proporción a lo largo de todas las razas independientemente de su tamaño, más allá de la falsa asunción que de los Chihuahuas al ser la raza más pequeña cuentan con el cerebro más proporcionalmente importante con respecto a su cuerpo.

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Más allá de la diferencia en tamaño, la estructura cerebral de ambos perros y humanos es muy similar lo que ha permitido que en los últimos años los estudios de imágenes por resonancia magnética en canes se hayan concentrado en la parte conocida como estriado, zona rica en dopamina que permite regular todos los estímulos vinculados a las recompensas, el placer y la expectativa, los tres pilares del mundo canino.

Gracias a este foco de estudio, los científicos pudieron entender mejor la proeza cognitiva de los perros que les permite reconocer el rostro de su amo y de otros perros, distinguir voces y palabras y hasta experimentar celos.

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Sin lugar a dudas una de los incógnitas más grandes se centra alrededor del hecho de si los perros pueden o no realmente amar, sentir empatía o ser leales. Investigadores de distintas casas de estudio coincidieron en que sin lugar a dudas los perros al igual que los hombres, comparten la alegría, empatía y curiosidad inagotable que los ha unido a los largo de miles de años y aseguran que indudablemente el ser humano al estar en presencia de sus mejores amigos se vuelve más parecido a ellos, siendo ambas especies las que se benefician con una conexión difícil de igualar con otros animales.

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Fuente: infobae.com