El problema con la cara de Courteney Cox no es el botox, el problema eres tú

La actriz de ‘Friends’ ha decidido dejar de inyectarse relleno en el rostro y hablar abiertamente de ello para poner sobre la mesa un asunto del que todos somos responsables.

Courteney Cox

La relación de la fama con las mujeres siempre ha sido un poco esquizofrénica. Especialmente cuando dejan atrás la treintena y muchas de ellas tienen que asistir al deleznable espectáculo de comprobar cómo mientras a compañeros de generación les siguen permitiendo jugar a los héroes rodeados de actrices que podrían ser sus nietas; a ellas solo les ofrecen dos opciones: negar su edad cueste lo que cueste, o aceptar morir en la sombra.Lo peor es que de esta realidad, digna de una sociedad distópica tipo El cuento de la criada, todos somos culpables. Sí, tú también. ¿O acaso creías que todos estos años diciendo por la mañana que Cher está demasiado mayor para seguir enseñando sus pechos en el escenario y por la noche que Nicole Kidman está tan operada que ya no puede mostrar emociones no tenía consecuencias?



Tus críticas a artistas basadas únicamente en el físico y sus arrugas son como la famosa mariposa de la teoría del caos: tu pequeño comentario jocoso ojeando una revista en una playa de Cádiz puede provocar una inyección de botox de más en la cara de una mujer que no necesitaba ninguna. Que una cosa es someterse a una cirugía estética por decisión propia para corregir algo que te afecta psicológicamente –ya lo decía La Agrado de Todo sobre mi madre: “una es más auténtica cuanto más se parece a los que siempre ha soñado de sí misma”–; y otra muy distinta hacerlo porque crees que es lo que los demás quieren que hagas.Eso es justo lo que le pasaba a Courteney Cox, incluso antes de que terminara Friends, hasta que una buena amiga le dijo basta. “Hollywood convierte el acto de envejecer en algo muy duro. Este negocio es implacable con eso”, acaba de admitir la actriz en una entrevista con NewBeauty. “Crecí creyendo que la apariencia era la cosa más importante. Que mientras mi aspecto físico fuera fantástico, las cosas me irían bien. Y eso me ha provocado más de un problema”.

2. Monica Geller

Según explica Cox, cuya extraña cara ha sido analizada más de una vez en los medios, el uso de rellenos para parecer eternamente joven ha sido una constante desde hace años. “Empiezas poco a poco y de repente te das cuenta de que lo único que haces es rellenar y rellenar. Pero claro, no tienes ni idea de lo mal que te hace parecer esto hasta que alguien no te lo dice”.Por eso Courtney tomó hace seis meses una sabia decisión: dejar de inyectarse sustancias y abrazar su yo natural. Y lo que es más importante: hablar abiertamente de ello.“Ahora que todos esos rellenos se han diluido me siento mucho mejor. De nuevo me parezco a la persona que siempre he sido. Las cosas van a cambiar. Todo se va a descolgar. Me he pasado años evitándolo sin darme cuenta de que eso era lo verdaderamente falso”, confiesa en la revista. “Necesitas mover la cara, sobre todo si tienes la piel tan fina como yo. Eso que ves no son arrugas, son el resultado de reírme mucho”.Cox, que acaba de cumplir 53 años, ha puesto sobre la mesa una realidad que ella y sus compañeras han negado demasiado tiempo. Mujeres que escondían sus retoques y que incluso se enfadaban si les preguntaban por ellos. Como si les diera vergüenza y miedo el qué dirán cuando lo único cierto es que, hicieran lo que hicieran, el mundo las iba a seguir criticando.Una vez más, la sociedad mirando al dedo que apunta la luna. Una vez más, la sociedad convirtiendo en culpable a la víctima cuando el problema nunca han sido ellas. El problema somos el resto.Fuente: revistavanityfair.es