Fundó un club de hombres abandonados por mujeres

Roberto Lázaro, músico y «acompañante terapéutico»

Roberto Lazaro, presidente del Club de hombres abandonados por una mujer. Fotos: Emmanuel Fernández



Más que un género, la autoayuda es un proceso de ateísmo en el que la gente entiende que Dios está distraído o demasiado ocupado y entonces, deprimida como Kafka, deposita su fe en Ari Paluch y en Stamateas. La crítica al mercado de autoayuda ya pasó de moda, pero si Ari hubiera dado en la tecla no estaríamos hablando de Manes y, menos, de neurociencia.

Suponiendo que la autoayuda no tiene más historia que sus ganas de tener historia, sería un acto de injusticia olvidar a El club de hombres abandonados por una mujer, opus cuatro de Roberto Lázaro.

Palito Ortega escribió La Felicidad, Ari Paluch, La Felicidá y Lázaro -músico y acompañante terapéutico- edificó una obra conceptual a partir de un desengaño amoroso que ahora no viene al caso. Sublimar: verbo insospechablemente fácil para Lázaro, que escribió libros y escribió canciones que fueron a parar a discos. Si hasta se permitió un himno en clave pop:

Roberto Lazaro y su guitarra en Parque Lezama

Todos tuvimos que recurrir a este Club de hombres abandonados/Quiero un tratamiento indoloro, necesito amor, oh, oh…

“Definitivamente es una vergüenza y nadie quiere pasar vergüenza. La sociedad que tenemos puede hacernos mucho daño”.

Amplianos Roberto.

“El tipo abandonado tiene pánico del señalamiento social. Es un dolor tan grande… Yo soy músico, no soy terapeuta, pero decidí volcar en palabras un montón de sensaciones que fui viviendo. En el abandono, por la razón que sea, la pérdida se transforma en un pozo infinito”.

El club tiene su Facebook y cuenta con más de 2.500 socios. Es único en el mundo.

Pero decías:

“En estos años comprendí que el hombre abandonado se siente peor que la mujer en un estado similar. La mujer es más fuerte por naturaleza. Es jefa de tribu, es procreadora, organiza, tiene un reloj incorporado, el reloj biológico. Ellas saben o aprenden antes que nosotros el significado de la palabra mandato”.

La canción del club de abandonados por una mujer (ver video abajo) va camino de ser el Despacito del varón herido. Se escucha en las reuniones del grupo y cada socio tiene su copia. Lázaro aprovecha los encuentros para agarrar su guitarra y hacer la versión desenchufada.

Roberto Lázaro: especie de Axl Rose extraviado en el vestuario de otro Roberto, Piazza.

Decir escritor de autoayuda y sin querer pensar en árboles talados, cuando Roberto, en verdad, es un alegato contra la violencia machista. La membresía del club se acepta sólo cuando uno aprende a “padecer suavemente”. ¿Qué quiere decir? El sufriente suele ser una persona ensimismada, callada, súbitamente introvertida. “Otra característica es la bronca, esa hija de puta que se fue… Hablar sirve para descargar pulsiones agresivas”.

Roberto ríe con el manual de Claudio María Domínguez. Está orgulloso de haber fundado el primer club de estas características. Por eso llamó la atención de la BBC, le hicieron notas de Uruguay y de medios italianos.

“Cuando uno se encuentra con pares que vivieron algo parecido logra desactivarse el mecanismo de la bronca. Funciona. La bronca es acumulación y el club, en Facebook y en sus reuniones, buscar descomprimir y naturalizar. Normalmente uno se relaciona con amigos y debe explicar lo que le pasa. Ahí mismo se activa un mecanismo de defensa inmediato donde se tiende a ocultar el abandono hablando de, por ejemplo el falso común acuerdo de las separaciones. En un ámbito de iguales, las defensas ceden. Yo creo que estos grupos pueden ser más útiles que una terapia formal”.

Habla de los grupos itinerantes en casas, bares y plazas como ésta. Pensar en Cornudos Anónimos sería reduccionista. Según sus estadísticas, la infidelidad tiene sólo un 30 % de verdad.

“Busco desactivar cualquier intento violento. Podría asegurar que mis socios nunca cayeron en la violencia de género. La mujer sigue siendo la fuente de inspiración para casi todos”.

“Casi” porque entre los comentarios del sitio hay un Claudio B: Las mujeres están cortadas por la misma tijera. Después de mucho tiempo pude salir adelante con mi nueva pareja, una hermosa transexual. Ella me hizo feliz.

Según Roberto, el 50% de las mujeres deja a los hombres

“Yo doy la cara, soy el que tira la primera piedra”, dice Roberto. “Eso es liberador. Juntos superamos la angustia y la convertimos en algo positivo. ¿Cómo? Relativizando el abandono: el 50 % de las mujeres deja a los hombres. Si los números que manejo son así, ¿para qué sirve el odio? El rencor es algo que tiene que ver con el machismo y el machismo, con una ideología analfabeta donde el hombre debe ser todo un ganador ante la mirada del otro”.

Se comunican a través del foro y cada tanto arman reuniones para comer pizza y tomar cerveza. El que quiere hablar, que hable.

Siempre hay gente dispuesta a escuchar.

Al principio, con los recién llegados, puede que sea necesario recordar que la mujer no es un objeto de pertenencia.

Roberto repite eso de que si amas a alguien, déjalo libre.

Poético.

Machismo mediante, el hombre abandonado (primerizo) tarda un abrir y cerrar de ojos en imaginar infidelidades. “Es como un acto reflejo más que una posibilidad real. La imaginación del despechado nunca vuela alto”.

En su libro Lázaro escribe (pág. 29):

Tocando fondo mi orgullo machista impuesto de generación en generación, compongo el himno del club titulado “Club de hombres abandonados por una mujer”. Lo hago imaginando cuántos hombres están pasando por la misma situación dolorosa, juntándose en alguna sociedad de fomento para compartir esa soledad de una forma festiva y creativa, y no para victimizarse o ser trágicos a la hora de expresarse”.

Arjona no habría podido escribirlo mejor.

“Es un padecimiento histórico, pero sólo aparece como hecho artístico en letras de tango de los maestros de una época”.

Entre aniñado y salvaje, Roberto posa como un chongo en la tapa del libro de autoayuda. Desnudarse de cuerpo y alma. Una metáfora que conmovería a Ricardo Fort.

“La mujer tiene desarrollada más que nunca la decisión propia y es independiente de cualquier compromiso. Es duro, pero es así”.

Fuente: clarin.com