Soy mujer y tengo derecho… a conducir

Loujain al Hathloul, arrestada varias veces en Arabia Saudí por ir al volante, desafía a una sociedad que discrimina a las mujeres.

Loujain al Hathloul

Por su fotografía podría ser la presidenta de una importante empresa tecnológica o la directora de una revista de moda. Pero para conseguir alguno de estos trabajos, recibir asistencia sanitaria, casarse o viajar al extranjero, tendría que obtener el permiso de un varón. Loujain al Hathloul vive en Arabia Saudí, el único país del mundo en el que las mujeres tienen prohibido conducir, y está decidida a cambiar las cosas.

La joven de 27 años, una de las activistas más prominentes del país, ha sido detenida este fin de semana en el aeropuerto sin motivo aparente y ha levantado el escándalo entre las organizaciones pro derechos humanos. De momento, no le han permitido ver a su abogado ni contactar con su familia.

No es la primera vez que le sucede algo similar. En 2014, Hathloul, al volante de su coche, intentó cruzar la frontera desde Emiratos Árabes Unidos hacia su país pero fue capturada nada más entrar en el territorio. Le retiraron el pasaporte y pasó 24 horas retenida en el puesto fronterizo hasta que finalmente fue apresada. Estuvo más de dos meses días bajo custodia, y al salir, ya era un símbolo de la lucha por la igualdad.

«Han vuelto a actuar contra ella debido a su labor pacífica como defensora de los derechos humanos que alza la voz en favor de las mujeres», ha dicho Amnistía Internacional sobre su reciente arresto. “El hostigamiento incesante de las autoridades saudíes a Loujain al Hathloul es absurdo e injustificable».Cada año, en el mes de junio, el movimiento que anima a las mujeres a salir a la calle y desafiar la prohibición resurge a través de las redes sociales. Con un hashtag como bandera, decenas de saudíes suben fotografías y vídeos conduciendo, inspiradas por un grupo de Facebook creado durante la Primavera Árabe. Miles de mujeres siguen este tipo de páginas y se apuntan a las convocatorias, pero el número que finalmente coge el volante es mucho menor por temor a las represalias (varias de ellas han sido arrestadas durante estas protestas). El año pasado hubo más de un millón de tweets con el hashtag #IWillDriveMyCarJune15. En 2013, se hizo viral hasta un vídeo de un cómico que cantaba No Woman, No Drive con la melodía de la canción de Bob Marley.Las pocas saudíes que sí conducen habitualmente, sobre todo en áreas rurales, lo hacen aprovechando un vacío legal: el país se niega a concederles permisos de conducir, pero algunas obtienen licencias extranjeras.Hathloul se presentó a las elecciones locales en 2015, la primera vez que las mujeres podían votar y postular su candidatura (aunque no podían dirigirse a los hombres directamente durante las reuniones de campaña). «No me llama la idea de ganar», dijo entonces la activista, «Mi objetivo es aumentar el número de mujeres que se presentan a las elecciones». Hathloul también ha solicitado a la princesa Reema, conocida empresaria y filántropa, que como consejera de Uber apoye su campaña.El gobierno, encabezado por el rey Salmán, sostiene que la sociedad aún no está preparada para que haya conductoras en las carreteras –no aducen a motivos religiosos, sino al conservadurismo.En los últimos años han surgido algunas voces disidentes entre los líderes, como el príncipe y empresario Alwaleed bin Talal, quien ha señalado que el gasto de contratar a chóferes es un perjuicio para la economía.En 2018, Arabia Saudí será miembro oficial del Consejo de Mujeres de la ONU, el órgano dedicado «a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres”. Hathloul, mientras tanto, no ha vuelto a conducir.Fuente: revistavanityfair.es