Cuando falleció el exdictador Manuel Antonio Noriega, hace algunas semanas, se dieron ciertas comparaciones con el presidente venezolano Nicolás Maduro, quien se aferra al cargo con uñas y dientes tal como lo hizo el dictador panameño. Algunos consideraron exagerado hacer esa relación, porque creen que el delfín de Chávez está lejos de volverse un tirano y porque Estados Unidos no parece tener intenciones de dar el zarpazo y terminar con el problema. Pero ha sido el propio Maduro el que ha hecho alusiones que podrían convertirse en una premonición que él mismo seguramente está sintiendo a medida que avanzan sus tendencias dictatoriales. Últimamente se lo ha visto muy seguido luciendo uniformes militares y el otro día, durante los desfiles por el día de la independencia, apareció con una chaquetilla muy parecida a las que usaba el ruso Joseph Stalin. Ayer se puso un traje camuflado en tonos azules con grises, una boina roja y frente a un gran público exclamó: “Parezco Saddam Hussein”. No hay duda que está haciendo grandes méritos para acabar como el tristemente célebre líder iraquí.
Fuente: eldia.com.bo