Tumiri a un año del accidente: Estoy contento por mi vida, pero no puedo estar feliz

Tragedia aérea La Mia.Erwin Tumiri en su lugar de trabajo en la empresa Bacams Aviation Support | Gerardo BravoCOCHABAMBA | “Nunca voy a poder olvidar ese ruido. Siempre va a estar en mi cabeza”, dice Erwin Tumiri al recordar los instantes previos al impacto de la aeronave que transportaba al equipo de fútbol brasileño Chapecoense, en el que 75 personas perdieron la vida.A un año de la tragedia, Tumiri, el cochabambino de 26 años que forma parte de los seis sobrevivientes, relata su experiencia de superación.“Estoy contento por mi vida, por lo que Dios hizo por mí, pero no puedo estar tan feliz porque se perdieron vidas”, manifiesta el joven al momento de hacer un repaso del momento que está viviendo.Hacia las diez de la noche de aquel 28 de noviembre de 2016, el vuelo 2933 de LaMia desapareció del radar cuando estaba por aterrizar en el aeropuerto internacional de Rionegro, que sirve a la ciudad de Medellín.“Vi como una luz y la cara de cada uno de los jugadores y desapareció en un momento. Ahí es donde desperté”, relata Erwin como uno de los recuerdos más presentes que tiene de los instantes posteriores al accidente. Tumiri sufrió heridas menores y puedo retornar rápidamente a Bolivia. Luego de la tragedia, el joven tuvo que enfrentarse al asedio de los medios de comunicación internacionales y acudir a las declaraciones informativas  ante los fiscales encargados del caso.“Me encantaría estrechar la mano a todos los que hemos sobrevivido, pero por factores económicos no se puede”, expresa el joven desde su lugar de trabajo y rodeado de sus compañeros.Tumiri, continúa trabajando como  mecánico de aviación de la empresa Bacams Aviation Support, se encuentra realizando  sus estudios para piloto comercial y actualmente reside en Cochabamba acompañado de su madre. El siguiente año tendrá que volver a ingresar a la cabina de un avión, será la primera vez que lo haga después del accidente. “No me da miedo volar”, asegura.Erwin indica que no necesitó de ayuda psicológica para superar este episodio. “Lo que más me ha ayudado a sobrellevar esto es salir con mis amigos, salir con la Iglesia a realizar campañas evangelistas, con la música, con mi grupo”.  Sobre el proceso judicial, indica que no recibió ninguna citación por parte del Ministerio Público para que amplíe las declaraciones. “No tengo por qué ocultar cosas, si me dicen que tengo que declarar, claro que voy”, expresa.El sobreviviente anunció que el siguiente año tiene previsto lanzar un libro en el cual pretende plasmar su historia en el accidente y el proceso de superación que le tocó encarar. Los Tiempos / José Romero