Irán bajo presión, ¿provocará la guerra?

(REUTERS/Khaled Abdullah)

(REUTERS/Khaled Abdullah)

El asesinato del ex presidente yemení Ali Abdullah Saleh por los hutíes, sus aliados hasta hace poco, debe verse en el contexto de las nubes amenazando la hegemonía y el control territorial de Irán en la región.



El asesinato de Saleh sirve el interés común de los hutíes, que controlan la mitad de Yemen y sus patrones en Teherán. La «traición» de Saleh, por su desvío hacia los saudíes y su coalición, que apoyan al gobierno legítimo de Yemen, puso en riesgo el proyecto del régimen iraní de controlar las cuatro capitales árabes (Saná, Bagdad, Damasco y Beirut), tal y como los líderes iraníes han reclamado desde el año pasado.

Su asesinato es similar al del ex presidente libanés Rafik Hariri en 2005 perpetrado por Hezbollah con el único objetivo de permitir el control sirio-iraní del Líbano.

Ali Abdullah Saleh (Getty)

Ali Abdullah Saleh (Getty)

El último tentativo de Arabia Saudita para provocar la renuncia de Saad Al-Hariri, el primer ministro libanés, debe verse como una presión contra la creciente influencia actual de Hezbollah e Irán en «la tierra de los cedros».

Justo cuando parecía que Irán dominaría a la débil Siria y el Líbano, con el apoyo activo de Hezbollah y otras milicias chiítas, bajo un paraguas estratégico ruso, Israel aumentó su presión militar directa contra la presencia de estas fuerzas en Siria y su atrincheramiento en bases terrestres, aéreas y navales.

Al mismo tiempo se producen sigilosas movidas estadounidenses en Siria e Irak, aunque todavía no hay una idea clara de la nueva estrategia global que tiene Trump para Irán y que el propio presidente anunció en octubre de 2017.

Recientemente, la infraestructura militar de Estados Unidos en Siria ha mejorado significativamente y el número de tropas estadounidenses situadas allí es de 2.000, no de 500, como había anunciado el Pentágono anteriormente.

El primer ministro del Líbano, Saad al-Hariri,en una reunión en Baabda, cerca de Beirut (REUTERS)

El primer ministro del Líbano, Saad al-Hariri,en una reunión en Baabda, cerca de Beirut (REUTERS)

Después de que varias fuentes informaron que fuerzas estadounidenses habían sido transferidas a una base cerca de Kirkuk, el embajador de Estados Unidos en Bagdad declaró que estas tropas habían estado en ese lugar durante mucho tiempo, y recientemente solo se transfirió parte del equipo a estas fuerzas.

Curiosamente, el sitio web ruso Cultura Estratégica, parte del aparato de propaganda del Kremlin, publicó un artículo titulado Nuevas movidas estadounidenses: una guerra con Irán puede estar mucho más cerca de lo que pensamos. Ahí se afirmaba que se está desarrollando una campaña coordinada para contener a Irán y, de esta manera, se está mejorando significativamente la posibilidad de una guerra en su contra.

Mike Pompeo, director de la CIA (Archivo)

Mike Pompeo, director de la CIA (Archivo)

Este escritor estimaba que es Irán quien podría declarar una guerra, precisamente por un ataque de Hezbollah contra Israel.

En lo que respecta a Irán, Siria es «la cereza del pastel» y es ahí donde se han invertido enormes esfuerzos militares, financieros y humanos para preservar el gobierno de Bashar Al-Assad. Esta estrategia permite un corredor territorial desde Irán a través de Irak, una presencia militar permanente en Siria, el control del Líbano por Hezbollah, la apertura de una puerta al Mediterráneo y una amenaza directa al territorio de Israel.

Los últimos ataques aéreos israelíes contra los intentos de Irán de establecer bases permanentes en Siria y expandir la línea de frente de Hezbollah, desde el sur del Líbano hasta el Golán Israelí en Siria, están desafiando seriamente a Teherán.

Movimientos militares estadounidenses más importantes en Siria e Irak y la disminución de la influencia de Irán en Yemen podrían empujar a los líderes iraníes a provocar una campaña militar contra Israel, aprovechando la gran reserva de misiles en manos de Hezbollah y sus fuerzas terrestres, fortalecidos por su experiencia de lucha en Siria.

El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah (Archivo)

El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah (Archivo)

El principal objetivo de convertir Hezbollah en el brazo armado de Irán contra Israel era por sí tanto Israel o Estados Unidos atacaban la infraestructura nuclear de Irán. Si en los próximos meses, la presión sobre Irán en Siria, Líbano, Irak y Yemen sigue en aumento, Teherán se enfrentará a una decisión azarosa.

*El Dr. Ely Karmon es investigador del Instituto Internacional de Política contra el Terrorismo y del Instituto de Política y Estrategia del Centro Interdisciplinario de Herzliya.

Fuente: infobae.com