Se acabó la farsa

Resultado de imagen para wilfredo rojo ardaya site:eju.tvWilfredo Rojo Ardaya

Los niveles de desesperación del Presidente Morales y su equipo (Ministros y parlamentarios autorizados para hablar con los medios, es decir aquellos que conocen su proyecto, es decir, muy pocos), incluido el Vice, es más que evidente y definitivo, cada día son más patéticos.

Es que, como el dicho oriental: “El amor, el dinero y el coto (bocio), no se pueden esconder”. La farsa llamada “proceso de cambio o revolución democrática y cultural, socialismo S.XXI” ya tocó fondo.



El prestigioso periodista argentino Jorge Lanata, lo dijo con total elocuencia; “el punto débil del populismo, es la corrupción”. De esto, no cabe la menor duda y, el gobierno masista, es otro ejemplo latinoamericano.

Es innecesario citar los casos de corrupción de los gobernantes pues, son de conocimiento público con todos sus detalles, involucrados y montos apropiados.

Lo que amerita considerar, es el nivel de deterioro de la institucionalidad pública plurinacional que, con apenas 11 años de vigencia, está más corroída que las cañerías de la empresa pública de agua en La Paz. Es que, definitivamente, el proyecto masista, fue una farsa muy bien implementada. Ejecutada con mucha eficacia, gracias a algunos factores negativos pero, dignos de destacar.

Estos son: la apropiación (compra) de las FFAA; el control de la administración de justicia y del órgano electoral; así como de la institucionalidad sindical social (movimientos sociales); el apoyo internacional del Foro de San Pablo (prensa, gobiernos y organizaciones afines) y; la destrucción de los partidos políticos tradicionales.

Como podemos constatar, ninguna de sus acciones son virtuosas o beneficiosas para la generalidad del pueblo. Todas obedecen a una estrategia mal intencionada para desmantelar la institucionalidad democrática del país y sustituirla por estructuras diseñadas para cumplir sus fines.

La más contundente de esta corroída institucionalidad plurinacional, es la Sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional que, con un servilismo y sumisión sin precedentes, se pasó por el “forro” la Constitución Política del Estado y la voluntad del pueblo expresada el 21 de febrero de 2016.Pero, la farsa se acaba. En el contexto internacional ya se han dado cuenta de la impostura del famoso “proceso de cambio”. La entrevista del periodista francés Marc Perelman, no es una casualidad; es el desencanto de la comunidad internacional que, al inicio también se la creyó a Morales.Los masistas están tan confundidos que, un Ministro boliviano, probablemente uno de los más patéticos afirmó que, el periodista francés, está “desubicado”. ¿Desubicado por preguntar lo obvio? ¿Desubicado por constatar que, una Pseudo democracia, donde el Gobierno tiene bajo su control a todos los poderes del Estado, es el paso previo a la dictadura? En fin.Lo cierto es que, esta farsa (proceso de cambio), está llegando a su fin. Ojalá se vayan sin lesionar a muchos bolivianos, aunque lo dudo.Abogado.