El Valle de las Ánimas, el bosque petrificado de La Paz

Con una extensión de 2.538 hectáreas, estas formaciones rocosas, producto del deshielo de un glaciar, hace millones de años, es uno de los principales atractivos de la sede de Gobierno. Un proyecto plantea convertirlo en un santuario natural, con la participación de las comunidades que están a su alrededor.Los comunarios que habitan sus alrededores y que  conocen prácticamente cada una de sus serranías, cañones y picos cuentan historias mágicas sobre el valle de  montañas  puntiagudas gigantes que parecen estar a punto de apuñalar al cielo . Como la que transcurre en el lugar al que denominan  “limbo”, donde -afirman- van a parar las   almas de los niños que no fueron bautizados. Es un espacio al que no se puede llegar solo, menos durante la noche, advierten.Frente al paisaje, al escuchar este tipo de historias cubiertas con un velo  de misterio, la imaginación se echa a volar, tratando de buscar una explicación a la existencia de esos picos escarpados gigantes.Los expertos dicen que son resultado del deshielo de  glaciares que cubrían el lugar durante la etapa final de la era terciaria de la Tierra. Precisan que las agujas  rocosas  tienen al menos unos 18  millones de años y son el rastro del retiro repentino, y muy brusco de un glaciar. Los cataclismos, vientos huracanados y  tormentas  que azotaban la  Tierra en esa época hicieron su parte, y terminaron de tallar esta maravilla de la naturaleza que se encuentra a 15 minutos de la zona Sur de la ciudad de La Paz.Con una extensión de alrededor de 2.500 hectáreas, el Valle de las Ánimas es uno de los sitios de erosión glacial más grande del planeta, afirma  Yannike Wende, de Bolivia Conservation, la fundación con la que un grupo de jóvenes paceños buscan  promover que el lugar se convierta en un “Santuario ecoturístico” , con la participación de los comunarios del lugar, que ahora subsisten con la producción de alimentos  que cultivan en medio  de las formaciones rocosas, sin dañarlas.Es  que varios de los habitantes del lugar se han convertido en  guardianes del sitio, que tiene un gran sentido espiritual para ellos. “Ahí está la apacheta”, dice un comunario que se encuentra en medio del río el cual en época de lluvias corre en medio del valle.“También hay chullpas (tumbas prehispánicas) y está la Auto k’ala     (piedra en forma de auto)”, añade el hombre.“Debemos conservar este lugar y protegerlo, es un ecosistema único en el mundo y es uno de los sitios con mayor potencial turístico que puede tener La Paz. Ahora La Paz está muy de moda con su sistema de teleféricos y Bolivia hoy tiene un crecimiento exponencial en turismo”, dice Yannike Wende.El proyecto contempla la introducción de especies forestales nativas para que éstas, a su vez, atraigan a aves y otros animales. “Planteamos introducir especies nativas de animales con el fin de incrementar el valor turístico de  la  zona”, dice Wende.Precisa que al Valle de las Ánimas se puede introducir cóndores, zorros andinos, vizcachas, cernícalos, colibrís gigantes, halcones y otras aves de rapiña, bajo un estricto protocolo evaluado por el Servicio Nacional de Áreas Protegidas e instituciones que trabajan con el tema de protección de animales.“El proyecto ya lo conocen los comunarios y fue presentado al Ministerio de Turismo”, remarca. Añade que un factor fundamental para lograr que el Valle de las Ánimas se convierta en una reserva turística ecológica es frenar el avance del crecimiento de la mancha urbana hacia el lugar.AccionesJunto a comunarios que viven en los alrededores de este monumento  natural,  Bolivia Conservation ya dio algunos pasos en ese objetivo.  En junio  de 2016 organizaron una carrera pedestre, en la que  participaron más de 150 personas   que bajo el lema “Salvemos las Ánimas”, muchos descubrieron la exótica belleza del lugar.“Los participantes se adentraron  en los cañones y laberintos que tiene el sitio”,    cuenta  Wende.Un sitio mágico a 15 minutos de la zona Sur

  • Ubicación El Valle de las Ánimas se encuentra al sudeste de la ciudad de La Paz, siguiendo el camino a Palca.
  • Cómo llegar  Al sitio se puede llegar en transporte público debido a que prácticamente ya forma parte del área urbana de La Paz.
  • Paseo  El lugar es ideal para realizar caminatas que pueden prolongarse hasta tres horas, admirando los farallones de lima, arcilla y grava, entre los que los habitantes cultivan algunos productos sin provocar ningún daño al lugar.
  • Denominativo  Los comunarios  aseguran que el lugar tiene ese nombre porque cuando cae la noche y el viento sopla, entre los picos gigantes parece escucharse  los lamentos de un “alma en pena”.
  • Vista  Desde el bosque petrificado se tiene una vista de los nevados Mururata e  Illimani, símbolo de la ciudad de La Paz.

Fuente: paginasiete.bo