Escritores independientes inician campaña de fomento a la lectura “Si no leo, me aburro”

“De los diversos instrumentos inventados por el hombre, el más asombroso es el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo. Sólo el libro es una extensión de la imaginación y la memoria”. Es muy difícil saber si esta frase atribuida al autor de El Aleph es realmente suya, pero quien haya sido su genial creador, plantea con ella una poderosa constatación: no crece quien no lee, no expande su conciencia y queda condenado a aprender todo por dolor.La imagen puede contener: 3 personas, personas sonriendo, personas sentadasTal parece ser la situación en nuestro país. Diferentes estadísticas encontradas en una rápida búsqueda por Internet dan cuenta del poco apego que se tiene en Bolivia por el libro. Cinco de cada cien compatriotas cultivan el hábito de lectura, dice el Ministerio de Educación (2014), en tanto que la fundación BiblioWorks advierte con preocupación que la mayoría de los estudiantes de primaria no comprende lo que lee.Quiénes lidian con este problema todos los días son los maestros de los diferentes niveles del sistema educativo boliviano, quienes enfrentan muchas dificultades para que sus discípulos lean los textos que hacen parte de la currícula escolar. La lectura e interpretación de una obra, el resumen de una novela o la redacción de algún ensayo se limitan generalmente a la mecánica de entrar a Internet, buscar algún sitio con la información requerida, copiar, pegar, imprimir y presentar los trabajos prácticos, sin comprender mínimamente sus contenidos. Múltiples sitios existen para esta práctica que solo fomenta la mediocridad y que acompaña muchas veces a los estudiantes hasta en los niveles de formación postgradual.Ante este panorama, los autores bolivianos José Párraga, Samuel Hurtado y Alfredo Rodríguez han decidido impulsar la campaña “Si no leo, me aburro”, para que los niños en edad escolar descubran los múltiples beneficios de la lectura, para que los educadores puedan contar con opciones innovadoras que les ayuden a cautivar la atención de sus discípulos y a despertar en ellos el amor por los libros y para que la familia participe activamente en todo este proceso, tal como lo establece la Ley de Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez, que reconoce y garantiza la participación social, la participación comunitaria, de madres y padres de familia en la educación de la niñez y la juventud boliviana.La campaña consiste en la realización de talleres en los que los autores comparten diversas estrategias para el fomento a la lectura, empleando para ello el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, además de otros recursos educativos, tanto para primaria como para secundaria.Transformar cuentos o novelas en cómics o memes y compartirlos en Facebook, adaptar clásicos de la literatura a guiones de radio, producirlos y difundirlos en Podcasts , musicalizar poemas con ritmos urbanos y actuales como el hip-hop y subirlos a Youtube, generar debates y videoforos con estudiantes de otros establecimientos o de otros países, o invitar algún autor al aula para conversar sobre sus obras y compartir la experiencia en Twitter, son algunas de las múltiples posibilidades que antes eran inimaginables. Solo es cuestión de animarse.A estos talleres son convocados los padres de familia pues los autores están convencidos que el estímulo más importante para consolidar el hábito de lectura en un niño definitivamente está en casa. Si los estudiantes no tienen en su hogar qué leer, será muy difícil que la lectura los seduzca; si el papá no da el ejemplo (como en todas las demás cosas de la vida), será poco probable que un infante cambie las pantallas de un videojuego o de la tele por los tomos de una enciclopedia; y, finalmente, si en la familia no se comparte, no se intercambia, no se charla sobre lo que se haya leído, no habrá gratificación que impulse al niño a tomar el siguiente libro.La cantidad y la calidad de lo que se lee también son importantes. Si un niño no ha cultivado el hábito de la lectura desde sus inicios, pero de pronto le dan de tarea resumir una novela como “Cumbres Borrascosas”, es muy difícil augurar un final feliz para ese intento. Ejercitar el cerebro es como hacerlo con los demás músculos del cuerpo, se debe aumentar el volumen y la complejidad de las exigencias poco a poco.También es determinante que el abordaje de los libros se haga en función de los intereses y problemas que llaman actualmente el interés de un niño. “El cantar del Mío Cid”, aquellas hazañas heroicas inspiradas en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar el Campeador, tal vez no resulte tan atractivo como un texto sobre las batallas de una niña víctima del bullying, como es la novela “13 razones”. Es por ello que estos tres escritores ponen en consideración de los jóvenes lectores también sus propias obras, todas ellas inspiradas en la cotidianidad de la familia boliviana.Los talleres de la campaña “Si no leo, me aburro” son gratuitos y se realizan a demanda de los interesados, quienes ya pueden reservar la visita de los animadores de la lectura en la fanpage homónima: https://www.facebook.com/Si-no-leo-me-aburro