La cabra siempre tira pal monte

La imagen puede contener: 1 personaLeonardo Leigue Urenda

Hasta hace unos dos días estaba como con freno de mano en mis ánimos carnavaleros. Tenía un no sé qué que me hacía sentir no sé cómo.En vano buscaba aquello que haga las veces de un tónico Welton o Mulgatol para que rápidamente me devuelva ese voraz apetito carnestolendo y mande al rincón de la amnesia el debate de la participación en la mojazón. Por si fuera poco, ya anticipaba que cualquiera que fuera mi decisión, me acosarían los infames nubarrones del arrepentimiento a destiempo y del cargo de conciencia fútil.Moneando a los “new age” latitud sur, como estaría tan fuera de mí, que en busca de respuestas acudí a Cuauhtemoc Sánchez y a Coelho y nada, en mi fatiga corrí a Osho, inclusive a Nuevesh y a Diesh y peor aún, hasta que tuve una epifanía: mientras esperaba a que el semáforo cambie a verde, entre la Suárez Arana y la Charcas, justo frente al árbol de Toco, donde todos los sábados del año es carnaval, tronó la banda tocando «pan con fleco».Qué le vamos hacer, la cabra siempre tira pal monte, así que copiando a José Simão, he decidido hacer un retiro espiritual: voy a dejar mi espíritu en retiro y llevar mi cuerpo a la Ballivián.Leonardo Leigue Urenda