La loca, loca vida sexual de Warren Beatty

El apetito sexual más conocido de Hollywood tiene claros y sombras y da lugar a una leyenda tan insaciable como su protagonista. Hoy cumple 81 años.

Warren Beatty

Ir a Hollywood y no acostarse con Warren Beatty es como ir al Vaticano y no visitar al Papa. No lo decimos nosotros, lo dijo la actriz brasileña Sonia Braga. La cama del señor Beatty fue durante tres décadas la versión sexy del Paseo de la Fama, dando orgasmos al Quién es Quién de Hollywood: desde Goldie Hawn hasta Barbra Streisand, Brigitte Bardot, Cher, Faye Dunaway o Elle MacPherson hicieron una paradita de rigor. Si usted ve una película de los años 60, 70 u 80 la probabilidad de que Warren Beatty se haya acostado con una, varias o todas las actrices que aparecen en ella es asombrosamente alta. Según su biógrafo, el prestigioso autor Peter Biskind, Beatty se ha acostado con 12.775 mujeres, tras perder la virginidad a los 20 años y sin duda recuperar el tiempo perdido con creces. Por si esto no fuera ya una proeza sobrehumana, el Julio Iglesias americano sacó tiempo para salir de la cama y protagonizar clásicos como Esplendor en la hierba, Bonnie & Clyde o Rojos, por la que ganó un Oscar como director. Su mejor talento no era la virilidad, sino una envidiable capacidad para organizar su agenda. ¿Su secreto? Aparte de, suponemos, dormir muy poco, Warren alimentaba su vertiginosa vida sexual durante los rodajes. No había tiempo que perder.La actriz Leslie Caron (Un americano en París) aseguró que Warren Beatty sólo se enamoraba de mujeres nominadas o ganadoras del Oscar. La exactitud de la monstruosa cifra ofrecida por Biskind radica en la aritmética: Beatty confiesa que nunca se ha ido a dormir sin haber mantenido relaciones sexuales ese día. «Era parte de su rutina, como pasarse el hilo dental» escribió Biskind, «cuando se acercaba la noche, [Beatty] desaparecía con su agenda, buscando teléfonos. Un coito al día durante unos 35 años suponen 12775 amantes, cifra que no incluye los «aquí te pillo aquí te mato» durante el día, las mamadas en coches, los achuchones y los besos furtivos». A pesar de su formidable trayectoria profesional, da la impresión de que, tal y como analizó Entertainment Weekly, «la vida sexual de Beatty es su mayor contribución a la cultura pop». La causa de esta fama es que, mientras él es un caballero discreto, sus famosas amantes no han tenido reparos en describir con pelos y señales su voraz e insaciable deseo sexual, despertando el regocijo, la admiración y los calores entre el público.



¿Dónde me habré dejado yo la agenda?

Durante la prueba de cásting de Parrish, unos desconocidos Warren Beatty y Jane Fonda se besaron con mucha más pasión de la que el director pidió. Según la actriz, «nos besamos hasta prácticamente comernos la cabeza del otro, podría haberme dislocado la mandíbula, como una pitón tragándose una presa mucho más grande que ella misma». No les dieron el papel, pero no les debió de importar demasiado. Meses después, durante una cena con Fonda, Warren empezó a echarle miraditas a Joan Collins, sentada en una mesa cercana. Beatty y Collins iniciaron una relación que la actriz británica se vio obligada a terminar para proteger su integridad física. «No podía aguantar ese ritmo más. Es que nunca para. Será por todas esas vitaminas que toma. Si hubiera seguido, en unos años habría acabado consumida», cuando le preguntaron a Joan si era cierto que hacía el amor con Warren siete veces diarias, ella respondió «quizá él sí, pero yo sólo me limitaba a estar ahí tumbada».Otro de los talentos de Warren Beatty, según Joan Collins, era el multitasking: «tres, cuatro, cinco veces al día, todos los días, era lo habitual para él. Y era capaz de responder llamadas telefónicas al mismo tiempo». En su autobiografía, Collins recuerda que «aunque fue excitante durante los primeros meses, luego me sentí como un objeto sexual, como una ostra en una máquina tragaperras». Cuando Joan empezó a resistírsele, Warren Beatty cortejó a Natalie Wood primero, a Vivian Leigh después y hasta a la princesa Margarita. Eran los 60 y gracias a Esplendor en la hierba Beatty ya era una estrella, lo cuál él aprovechaba para saciar su desbocado ímpetu sexual. Por entonces se le conocía en Los Ángeles como «el falo con piernas». Natalie salió también consumida de aquella aventura, asegurando que estaba «cansada de su virilidad».

Natalie Wood y Warren Beatty en la cena posterior a los Oscars de 1962.

Eran los 60 y gracias a Esplendor en la hierba Beatty ya era una estrella, lo cuál él aprovechaba para saciar su desbocado ímpetu sexual. Por entonces se le conocía en Los Ángeles como «el falo con piernas».

A pesar de encamarse con las estrellas más hermosas de Hollywood, Beatty apostaba también por la mentalidad de «cualquier agujero es trinchera». Durante el rodaje de El último testigo, una becaria (que sin duda también se metería algún que otro revolcón con Beatty) recordó que el camerino del actor era un no parar de chicas entrando y saliendo. «Algunas de ellas no eran especialmente atractivas, sobre todo teniendo en cuenta que él estaba saliendo con Julie Christie, quien le visitaba cada fin de semana. Algunas de aquellas chicas eran regordetas, otras tenían bigote o granos». En 1971 Beatty le suplicó a la cantante Carole King, que estaba embarazada, que se acostase con él, porque quería probar la experiencia. En otra ocasión, una de sus examantes le llamó y le dijo que su actual marido no la deseaba sexualmente desde que ella se había sometido a una mastectomía a causa de su cáncer de pecho. Beatty le dijo «coge una avión y ven a verme, yo te follaría sin pensarlo».Todas las mujeres que se han acostado con Warren Beatty guardan un gran recuerdo de aquellos encuentros. La actriz Britt Ekland describió que nunca había sentido un placer semejante, «podía manejar a las mujeres con la misma destreza con la que llamaba al ascensor». Sin embargo, muchas de ellas salieron escaldadas. La también actriz Joyce Hyser acabó en terapia por su relación con Beatty. «Mi terapeuta intentaba convencerme de que esa relación era un error y de que abandonase a Warren» relata Hyser, «y Beatty decidió ir a una de mis sesiones de terapia. En 10 minutos, Warren se adueñó de la sesión y mi terapeuta me decía ‘¿pero por qué quieres dejarle?’: mi terapeuta se había enamorado perdidamente de Warren». Hasta la hermana de Beatty, Shirley MacLaine, ha bromeado sobre su fuego sexual: «yo fui candidata para protagonizar Bonnie & Clyde, pero en cuanto Warren se unió al proyecto, me echaron. Habría sido una película incestuosa, pero la verdad es que me encantaría hacer una escena romántica con él, a ver si entiendo a qué viene tanto revuelo… yo por si acaso mantengo a mi hija lo más alejada de su tío posible».

Warren Beatty y Joan Collins en los 60.

Evidentemente Beatty era consciente de su efecto intoxicante, y lo explotaba para conseguir lo que quisiera. Si los rumores son ciertos, la canción de Carly Simon You’re So Vain trata sobre cómo Warren nunca estuvo enamorado de ninguna mujer como lo está de sí mismo. La modelo Janice Dickinson se despertó en medio de la noche en una cama vacía, y de repente descubrió al actor mirándose al espejo. A la mañana siguiente, se levantó y Warren seguía ahí, «atusándose el pelo para conseguir ese look de «acabo de echar un polvo» que siempre llevaba».

"â¡Warren, me estoy muriendo! âTal vez antes podríamos... â¿Pero cómo se te ocurre? ¡Me estoy muriendo! â¿Y después?"

Durante el rodaje de Isthar, la actriz Fran Drescher (La niñera) recordó que Beatty e Isabelle Adjani (cómo son las francesas) le propusieron un trío, que ella declinó amablemente. No había rodaje en el que Warren no diese escarceos escandalosos, por culpa de una vida sexual que, desde su primera película con Natalie Wood, protagonizó tantos titulares como su trabajo. Su fama de fucker era tan fascinante que Shampoo, en la que interpretaba a un peluquero que se acostaba con todas sus clientas, le coronó como el Casanova posmoderno definitivo. La admiración que despierta, a años luz de las críticas que recibe hoy Taylor Swift por hacer lo mismo, sigue erigiéndose como la narrativa favorita de los medios de comunicación: tras 25 años de matrimonio estable con Annette Bening, le siguen preguntando por su vida sexual. Él ha sido claro: «No, no me he acostado con casi 13.000 mujeres, eso habría significado no solo que hubo más de una persona en el mismo día, sino que no repetí con ninguna».Cuando Beatty conoció a Bening él estaba saliendo (más o menos) con Madonna. Ambos habían protagonizado Dick Tracy y Warren mantenía la teoría de que si te acuestas con tu compañera de reparto, tienes que hacerlo durante todo el rodaje para evitar problemas. Pero en este caso sería ella la que, por fin, le dejó exhausto a él. «Warren llamó a Madonna desde su coche» describe el biógrafo Peter Biskind, «y le dijo «estoy a un kilómetro de tu casa, quítate los pantis». Minutos más tarde, volvió a llamarla: «estoy a cuatro manzanas, quítate el sujetador»». Beatty tenía 53 años y Madonna se divertía vacilándole y llevándole a discotecas gays, intentando sacarle a bailar y llamándole viejo y nenaza. El actor no pudo aguantar ese ritmo mucho tiempo.

Warren Beatty y Madonna, la mujer que destruyó el mito.

No puede ser casualidad que Warren Beatty se casase justo después de dejarlo con Madonna. En una ocasión le confesó a una de sus examantes que «podía haberme casado con cualquiera de vosotras, y habría sido feliz», pero la elegida fue Annette Bening. La actriz tuvo que renunciar al papel de Catwoman en Batman vuelve, y dejó aparcada su carrera para según ella ser madre primero (tienen cuatro hijos), esposa después y en último lugar actriz. La solidez de su matrimonio indica, aparte de que Annette Bening está en plena forma, que todo lo que hace Warren Beatty lo hace muy bien. «Entiendo que muchos se sorprendieran de nuestro matrimonio, porque él había estado soltero mucho tiempo» confiesa Bening, «pero para mí todo fue muy relajado desde el principio. Es un padre maravilloso que cuida de su familia, y un marido fantástico. Quizá necesitaba desahogarse del todo antes de sentar la cabeza». Y vaya si lo hizo. 12.775 veces.

Fuente: revistavanityfair.es