Escritor y activista Édgar Soliz, se define como «cholo, pobre y maricón»

Édgar Soliz: ‘Gran parte de la historia la han escrito escritores homosexuales’

‘Gran parte de la historia la han escrito escritores homosexuales’‘Sarcoma’ es el segundo libro del escritor, activista y radialista que explora el homoerotismo.

El escritor Édgar Soliz. Foto: Luis Gandarillas
El escritor Édgar Soliz. Foto: Luis Gandarillas
La Razón  / Miguel Vargas / La Paz

El baño del mercado Lanza”, respondió el escritor y activista orureño Édgar Soliz, quien se define como “cholo, pobre y maricón”. Allí eligió hacer la sesión de fotos para Tendencias el ganador del segundo lugar del XLIV Concurso Municipal de Literatura Franz Tamayo de 2017 en su apartado de poesía por Sarcoma, pues es desde estos rincones íntimos y simbólicos de la ciudad desde los que ha hecho de las letras un espacio de activismo y reflexión.

— Sarcoma es su segundo libro de poesía. ¿Cómo surgió?



— De la incertidumbre y el miedo. El estar en constante “periodo ventana” por esos deslices sexuales a los que uno se expone por el placer y el miedo a recoger esa prueba rápida que marca con cruces la vida misma, quizá por eso siempre dilataba estas pruebas cuando pensaba haberlo asumido del todo. La idea era nombrar, mediante el lenguaje poético, ese miedo y esa incertidumbre. Escribir desde una voz poética en ausencia que narra su condición errática en una ciudad, sanatorio, cuerpo, poema, memoria que lo determina a medida que avanza y lo habita. Situarse desde esa voz para (d)escribir el cuerpo que va carcomiéndose en el lenguaje, porque en poesía el lenguaje lo es todo. Por otro lado, Sarcoma es un diálogo con la tradición literaria homosexual. Pienso que es difícil desentenderse del Loco afán, crónicas del sidario de Pedro Lemebel, la grandiosa novela El color del verano de Reinaldo Arenas o Salón de belleza de Mario Bellatin entre otros, en esa medida yo creo que en literatura nadie descubre nada, lo que uno hace es reescribir a partir de influencias literarias, en mi caso escritores maricas que escriben desde la disidencia sexual. Por eso pienso que esta tradición es escuela obligatoria para instalar una voz homosexual en la poesía o la narrativa.

— ¿Es partidario de una literatura de mujeres, de maricas?

— La academia nos enseña que en literatura no hay etiquetas, que una literatura comprometida social o políticamente con determinada colectividad no es literatura. Yo pienso que la literatura de maricas siempre ha existido y ha logrado posicionarse como literatura universal, porque además de una subjetividad homosexual se trabaja la forma, el lenguaje, los temas, etc. Pienso en la obra de Federico García Lorca, Rimbaud, Verlaine, etc., que se lee con carácter universal y desde lo literario, pero casi siempre se omite que estos autores eran maricas, ¡bien maricas!, claro, para la academia literaria eso no es trascendente. Eduardo Mendicuti, escritor homosexual español, decía al respecto que “la historia oficial de la literatura ha sido mayoritariamente occidental, blanca, masculina y heterosexual” y creo que es momento de develar que gran parte de esa historia la han escrito los escritores homosexuales. Aun así la historia literaria sigue siendo masculina y creo que la literatura de mujeres, que sigue dando lucha para posicionarse como tal, ha abierto campo a las enunciaciones maricas, indígenas, etc.

— ¿Existe una propuesta sólida de literatura marica en Bolivia?

— Cuando yo hablo de literatura homosexual siempre me remonto a los primeros autores que narran experiencias homosexuales de sus personajes en sus novelas, tal es el caso de Narciso Lima Achá, que vive un idilio amoroso con Ellbruz en su viaje a Europa. La homosexualidad del personaje se pone en tensión a través del conflicto de clase social, el amor y el erotismo. Hay que tener una subjetividad bien marica para escribir un libro así, yo celebro la novela Los papeles de Narciso Lima Achá de Jaime Saenz y la leo compartiendo esa subjetividad. Como esta novela hay muchas otras, instaladas en la historia oficial de la literatura boliviana, con presencia de personajes trans, maricas y tortilleras. Pero algo que destacar son las crónicas de Víctor Hugo Viscarra que coloca al personaje homosexual en la calle o en un recinto carcelario, al borde de la muerte en su búsqueda constante de placer y que, por ello, perece como un cuerpo enfermo del que todos los heterosexuales beben. Ya entrando en el 2000 la literatura homosexual, además de obra, genera una enunciación políticamente comprometida con la lucha de las diversidades. Mujeres Creando, Edson Hurtado, David Aruquipa, entre otros y otras, han trabajado libros, en formato de crónica, ensayo, investigaciones, etc., importantes que están escribiendo la historia de nuestras literaturas. En la actualidad hay escrituras que están tomando plataformas virtuales para posicionarse desde su enunciación marica, jóvenes que escriben en sus redes sociales relatos, ensayos, opiniones con carácter literario que están dando mucho de qué hablar. Por lo tanto hay una propuesta de literatura marica no sólida que ha estado recorriendo camino, la idea es desviarse, desviarse también de ese camino.

— El erotismo y las preferencias sexuales son detonantes de la producción artística, ¿cómo las aborda?

— Hay que sacarlas del lugar común y conflictuarlas en la escritura. No es suficiente con asumir una posición enunciativa marica, no lo es. Hay que trabajar una propuesta desde la forma, el lenguaje y la propuesta temática. En Eucaristicón trato de trabajar el erotismo desde la imagen de la eucaristía, desde esa imagen erótica del cuerpo que se come a otro cuerpo, para plantear el affaire de estos hombres que desbordan sus sexos y sus cuerpos en esta ceremonia. En Sarcoma la erótica está ligada a las preferencias sexuales, pero aquí el cuerpo enfermo, al que se le niega toda posibilidad de placer y erotismo, es el detonante de este juego libidinoso. Hay que reinventar el erotismo para estos cuerpos despojados de erótica que sucumben, aun así, en el beso de negro o la lluvia dorada. Por otro lado, con el tema de las preferencias sexuales, es necesario (d)escribirlas no como otra norma sino como la posibilidad total del placer, aun si con ello se renuncie a lo homosexual y lo heterosexual porque lo que aquí importa es el goce que habita en la carcoma.

— Una acción del Movimiento Maricas Bolivia ha marcado el imaginario paceño, los dos hombres vestidos de negro con aguayos y dándose besos en la ciudad. ¿Cuáles han sido las repercusiones de esta acción?

— Ha generado mayor visibilidad para la posición que manejamos como Movimiento Maricas Bolivia, una suerte de alianzas con compañeros de Perú, Chile, Argentina y México que han reproducido nuestras fotos y textos. Esta complicidad marica nos permite mirarnos entre maricas latinoamericanas para retroalimentar nuestros trabajos, una suerte de aquelarre marica que cada vez va generando más adeptos. Pero la repercusión más importante creo que fue la que se generó en redes sociales, es decir develar la paranoica homofóbica de una colectividad heterosexual que es capaz de sancionar, insultar y amenazar de libre albedrío. Cuando realizamos la acción por el centro de la ciudad la reacción de las personas era casi indiferente, salvo unos cuantos sujetos que nos gritaban maricones o madres que les tapaban los ojos a sus niños y niñas o personas que nos miraban desafiantes por el atrevimiento de besarnos en plena plaza pública. Pero cuando subimos las fotos a Facebook no pudimos controlar el hecho de que se hagan virales y tampoco pudimos controlar ese ataque homofóbico que venía de mujeres, hombres, jóvenes, adultos, indígenas, etc. Se nos acusaba desde ser el “dragón de Sodoma” que iba a propiciar la hecatombe mundial hasta “morirnos en el juicio final” por el atrevimiento de usar los aguayos de “su cultura”. Creo que esa fue la repercusión más importante, develar la homofobia social como norma de la sociedad heterosexual que no ha cambiado a pesar de existir normas, leyes, ordenanzas municipales en favor de las y los homosexuales. Como paradoja, al final de ese mes se realizaba el desfile del orgullo gay donde la misma gente que amenazaba con lincharnos, salía a aplaudir a los homosexuales en las calles porque solo desfilan una vez al año.

— El Movimiento Maricas Bolivia tiene una fuerte voz militante y comprometida. ¿Cómo asume su rol de comunicador?

— Creo que cada uno debe hacerse cargo de lo que le ha tocado vivir, es cuestión de responsabilidad. El programa de radio Nación Marica es totalmente autogestionado y se lo realiza a puro pulmón, quizá por eso ha subsistido en el tiempo ya que van siete años desde que iniciamos. Claro que esto no hubiera sido posible sin la colaboración de la escuela de radio “La voz de mi deseo” de Radio Deseo 103.3 FM, donde nos iniciamos, ni tampoco Radio Fejuve 87.5 FM y, ahora, Radio Líder 97.0 FM. Por otro lado, tratamos de no perder el norte, pensar el programa como una mesa de discusión donde nadie tiene la verdad absoluta, donde deben imponerse los argumentos en un encuentro horizontal y en absoluto respeto. Por ello no pertenecemos a ninguna instancia del movimiento TLGB de Bolivia, no hablamos por ellos y tampoco tenemos que dar cuenta de nuestra agenda o del enfoque que le damos a nuestros programas. Tratamos de ser responsables con la audiencia, mantenernos independientes.

— El movimiento tiene una nueva publicación: Gay discreto busca hetero curioso.

— El libro es una investigación en formato crónica literaria – periodística y fotorreportaje. Parte de una pregunta sobre el ¿cómo habita el homosexual la ciudad?, y a lo largo de las cinco crónicas exploramos los imaginarios de ciudad, deseo, placer y marginalidad que convoca la homosexualidad. Las crónicas relatan búsquedas infructuosas e historias de amores siempre truncos situadas en espacios marginales de la ciudad que se asumen de ese modo porque la heteronorma los va desplazando. Por otro lado, el libro responde a una pregunta sobre el ambiente homosexual, pero un ambiente sin licencia homosexual más allá del deseo que circula y habita los baños públicos, los cines porno, alojamientos clandestinos, etc. Un callejear la ciudad en busca de sexo al paso o “lo que se dé” con tal de sobrellevar la soledad marica, en el cuerpo y desde el cuerpo, al que está destinado el maricón promedio de la ciudad. Asimismo, el libro es una crítica a las formas heteronormadas de las relaciones afectivo-amor-sexuales de los maricones, una crítica a las formas del gay discreto que simula una masculinidad casi heterosexual para lograr mojar siquiera los labios. Esas formas que violentan a la loca, que no tiene chance en un ningún espacio, porque la imagen del discreto o heterocurioso se impone fuertemente como mensaje misógino-homosexual que ha tomado el ambiente, también.

Pérfil:

Nombre: Édgar Soliz Guzmán

Nació en: Oruro, 1984

  • Escritor

Escribe poesía, cuento y crónica de tema homoerótico. Obtuvo menciones en el XL Concurso Municipal Franz Tamayo (2013-2015) y en el II Concurso Municipal de Poesía Edmundo Camargo (2014). Ganó el segundo lugar en el XLIV Concurso Municipal de Literatura Franz Tamayo en poesía en 2017 con Sarcoma. Su libro Eucaristicón ha sido seleccionado entre los 13 finalistas del Festival Internacional de la Lira (Cuenca-Ecuador, 2017). Produce y conduce, con Movimiento Maricas Bolivia, el programa de radio Nación Marica de Radio Líder 97.0 FM.