La Paz. Cerdo de la fortuna atrae candados del amor

ESCULTURA CON CANDADOS LLAMA LA ATENCIÓN DE LA GENTE EN LA PAZ.ESCULTURA CON CANDADOS LLAMA LA ATENCIÓN DE LA GENTE EN LA PAZ.Una singular escultura elaborada de fierros y que tiene la forma de un cerdo llama la atención en la ciudad de La Paz por los múltiples candados que cuelgan, muchas parejas dicen que lo hacen para pactar su amor.Sobre el tema, EFE realizó una entrevista al escultor boliviano Juan Bustillos quien explicó los motivos por el cual elaboró aquella llamativa obra. A continuación la nota:La costumbre de colgar candados en los puentes, como símbolo de amor eterno, se ha trasladado en La Paz a una singular escultura, el cerdito o “chancho de la fortuna”, un animal nada relacionado con el amorío pero que con esta obra ofrece una alternativa a los enamorados que desean sellar su pasión.La idea de esta obra de arte, que se encuentra cerca de la plaza Murillo, en el corazón de la ciudad andina, es que la gente intervenga la escultura y encuentre un espacio para demostrar su amor o deseo, explicó a Efe su autor, el escultor boliviano Juan Bustillos.“La escultura está inspirada en los puentes cerca de los ríos de diferentes países donde ponen candados en señal de amor o compromiso”, relató Bustillos.Sin embargo, “acá no hay ríos cerca, entonces es un espacio público donde pueden demostrar todos esos sentimientos”, apuntó.La Paz se extiende por unas laderas de los Andes por las que discurren pequeños ríos, pero los principales puentes de la ciudad, más que a salvar estos cauces, están destinados a unir barrios separados por profundos barrancos.El parisino puente de las Artes, el Milvio de Roma, el neoyorquino de Brooklyn o el Ponte Vecchio de la ciudad italiana de Florencia se convirtieron en referentes de una moda de incluir los “candados del amor”, hasta el punto de ponerlos en riesgo por sobrepeso.En La Paz, los enamorados perpetúan su amor en el puente de las Américas, uno de los que unen barrios, pero muchas veces por falta de espacio las parejas tienen que enganchar el candado en los cables de electricidad.La escultura del chancho, como también se conoce al cerdo en Bolivia, es una alternativa para que los puentes de la ciudad no se llenen de candados que se conviertan en un problema por el peso añadido.Según Bustillos, la escultura evoca a los cerdos en forma de hucha, porque la finalidad de la obra es juntar “sueños” y sentimientos de las personas, en vez de dinero.“Elegí una figura conocida por todos, pero no una convencional al amor para que todos tengan la oportunidad de intervenir”, recalcó.La escultura está formada por 1.454 candados de distintos tamaños y colores que añadieron parejas de Santa Cruz, la mayor ciudad y capital económica de Bolivia.“En vez de tirar las llaves”, a falta de río en el que nadie pueda encontrarlas en el fondo y deshacer el amor cerrado, “las personas pueden depositarlas en una ranura de la misma escultura para que tengan la seguridad de que nadie quitará su candado”, explicó.El “chancho de la fortuna” llama la atención de los transeúntes que discurren por una zona peatonal del casco viejo de La Paz.Muchos se toman fotografías junto al cerdito, otros añaden su candado y algunos que miran asombrados no le terminan de encontrar el sentido.La escultura está en exhibición desde el 19 de mayo como parte de la exposición “Telúrico” en el Museo Nacional de Arte de Bolivia, en la que participan los artistas chilenos Daniel Báez, Mauricio Guajardo, Sebastián Inhen y Andrés Mora, junto a Bustillos.“Telúrico” pretende mostrar la “esencia de todo ser humano” y los “procesos creativos” a través del mármol, granito y bronce, entre otros materiales, según la definen los organizadores.La exposición, junto al “chancho de la fortuna” instalado frente al museo, estará hasta el 14 de junio y luego la escultura será donada a la ciudad de Santa Cruz.No se conoce muy bien el origen de la tradición de los “candados del amor”, pero se cree que se puso de moda a raíz de la novela “Tengo ganas de ti” del italiano Federico Moccia, en la que los personajes principales colocaban un cerrojo en el puente Milvio de Roma.El Diario / La Paz