El caso del avión incautado destapa contradicciones al interior del Gobierno

Desde el Ejecutivo indicaron desconocer el origen de la nave. Pero ayer el diputado opositor Tomás Monasterio mostró documentos y facturas hechas por la empresa propietaria de la aeronave que pagó parqueo e ingresó legalmente al país

 

En su edición del domingo, EL DEBER informó que la aeronave estuvo un año varada en el país
El que explica se complica, dice un refrán que se aplica a las contradicciones del Gobierno en el caso del avión incautado por la Aduana la anterior semana y que permanece en custodia de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). Primero, desde el Ejecutivo dijeron desconocer el origen del jet y que su ingreso al país fue ilegal. Pero ayer el diputado opositor Tomás Monasterio mostró documentos y facturas que desacreditan esta versión.Denuncia y facturasEl legislador mostró una solicitud de ingreso y salida del avión Super Mid-Size- Gulfstream GIII, con matrícula N557JK, fechada el 7 de abril de 2017.  Transportaba a misioneros cristianos, que llegaron desde la isla Cozumel (México).EL DEBER llamó a la empresa Pike Aviation y confirmó que esta compañía tramitó el permiso.La fecha de salida era el 9 de abril, pero no partió por fallas en la presurización.

Por eso, la firma propietaria Global Exec Aviation, contrató  los servicios de depósitos DGAC y Sabsa para que esté en custodia en el país, mientras enviaba técnicos para reparar la falla.“Esta empresa solicitó, a través de los conductos legales, que este avión quede en depósito en el territorio de este país”, dijo. Mientras Monasterio acusó al Gobierno de querer apropiarse de forma ilegal del bien y de ocultar documentación.Para fundamentar su postura, de que el Gobierno sabía del arribo de la nave, el legislador hizo llegar a EL DEBER tres facturas pagadas por sus propietarios y emitidas por Aasana Casa Matriz.El primer recibo tiene fecha del 4 de diciembre y es de Bs 13.000, el segundo y tercer pago se hicieron el  5 de diciembre, por Bs 20.000 y Bs 35.000. Las facturas fueron hechas a nombre de Ricardo Javier Tórrez y del Bank of Utah Trustee, que figura como primer propietario del avión.“Buscan apropiarse de algo que no les corresponde. No formalizaron la documentación. Tratan de legalizar un acto ilegal”, dijo.Sostuvo que la compañía contrató a dos personas (un exfuncionario de la Aduana) y piloto para hacer trámites en el país. 



DGAC y contradiccionesLa respuesta de la DGAC no se dejó esperar, su director Celier Aparicio, reconoció que la aeronave ingresó con permiso y cumpliendo con todas las exigencias.Según Aparicio, la tripulación ingresó al país entre el 5 y el 9 de abril. Luego solicitaron su salida el 11 de abril, para partir  el 14 y 18 de abril, pero por las fallas no partió y pidió una prórroga en abril (24 y 26). Sin poder salir del país, los dueños solicitan otra ampliación en agosto, por razones de mantenimiento. Pero  esta vez la DGAC pide la presencia de un representante legal para gestionar en la Aduana, una admisión temporal. Luego en febrero, la DGAC, a través de la Dirección de Transporte Aéreo envió una nota a la Aduana indicando la situación de la aeronave que permanecía en el aeropuerto El Trompillo y que se desconocía si cumplía con las normas aduaneras.Finalmente, la Aduana termina confiscando el avión y lo traspasó al Ministerio de la Presidencia, que nuevamente remite el jet a la DGAC, al no tener condiciones logísticas para operarlo.Cuando el caso se hizo público un alto funcionario, que pidió no ser citado, dijo que el Estado realizaría una denuncia internacional para saber su procedencia y que  esto tomaría dos años, por lo que la aeronave quedaría inmovilizada en la terminal aérea.Además, los ministros Alfredo Rada (Presidencia) y Carlos Romero (Gobierno) indicaron no saber cómo ingresó el avión, pero defendieron su decomiso.Lo cierto es que cada día la duda persiste y aún resta saber quién pagará un saldo de deuda que dejó el jet lujoso de cerca de unos Bs 50.000.EL DEBER  envió un correo y llamó a Global Exec Aviation, compañía que operaba el avión alquilándolo, pero hasta el cierre de edición no se pudo obtener una respuesta sobre este tema.Para saberTuvo tres adecuacionesEl avión fue sujeto a tres modificaciones técnicas para poder operar en los Estados Unidos. En su interior viajaron estrellas de la músicaValor comercial del aviónEn la actualidad, su valor es de   $us 2 millones, según el diputado Tomas Monasterio, y no $us 10 millones, como afirma el Gobierno.Pedirán informeParlamentarios opositores afirmaron ayer que solicitarán un informe sobre el tema al ministro de Obras Públicas, Milton Claros.EL DEBER / E. Estremadoiro / M. Melendres