La ex líder sindical de los maestros de México acusó al gobierno de Enrique Peña Nieto de persecución política y acoso

Privada de su libertad durante 5 años y medio, Elba Esther Gordillo volvió a cargar contra el Ejecutivo y aseguró que la reforma educativa «está derrumbada»

Elba Esther Gordillo al mostrar la resolución judicial que la exoneró de las acusaciones en su contra. (Fotos: AP).

Elba Esther Gordillo al mostrar la resolución judicial que la exoneró de las acusaciones en su contra. (Fotos: AP).

Luego de 5 años y medio bajo investigación judicial y privada de su libertad, la ex dirigente del sindicato de maestros Elba Esther Gordillo regresó a la escena pública en una conferencia de prensa en la que acusó persecución política, injusticia y acoso en su contra.



Desde un hotel de la residencial colonia Polanco, donde «la maestra» Gordillo tiene un departamento de lujo, clamó: «Soy inocente». Y en sus manos levantó la resolución judicial que acredita su inocencia ante las imputaciones que la Procuraduría General de la República hizo en su contra por el desvío de 2.000 millones de pesos (105.2 millones de dólares, aproximadamente) del sindicato de maestros a cuentas personales en Suiza.

A partir de esa investigación, las autoridades la acusaron de los delitos de crimen organizado, lavado de dinero, operaciones con recursos de procedencia ilícita y defraudación fiscal. Todo, dijo hoy, «producto de un expediente basado en mentiras y acusaciones falsas».

Aseguró, sin ofrecer más detalles, que no aceptó «condiciones indignas», aunque no aclaró si antes o después de su detención. También dijo que en su contra «no se ahorraron recursos y tinta para tratarme con una dureza que sólo una orquestación perversa podría lograr».

Elba Esther Gordillo fue detenida el 26 de febrero de 2013, al bajar de su avión privado en el aeropuerto de Toluca. Esto, sólo tres meses después de que Enrique Peña Nieto asumió como presidente de México y ofreció una reforma educativa de fondo, como parte de sus reformas estructurales.

Este lunes Elba Esther pudo regodearse de que, ahora que recuperó su libertad, esa reforma «se ha derrumbado». Pero no por la oposición del sindicato de maestros y su actual líder, Juan Díaz de la Torre.

La reforma está a punto de derrumbarse porque Andrés Manuel López Obrador, presidente electo, lo prometió durante su campaña al considerar que esos cambios sólo habían perjudicado a los maestros.

De modo que, el candidato que en 2006 rechazó y denunció públicamente la oferta de apoyo político de «la maestra», como presidente ha tomado una decisión que allana el camino de vuelta de una de las dirigentes sindicales más cuestionadas en el país.

La “maestra” Elba Esther Gordillo deslizó su regreso a la actividad sindical.

La “maestra” Elba Esther Gordillo deslizó su regreso a la actividad sindical.

Con los vientos políticos a su favor, Gordillo anunció entre líneas su vuelta al ruedo del sindicato de maestros. «Ejerceré mi libertad consciente de que mi lealtad y mi lugar siempre ha estado y estará al lado de los maestros y maestras, y de la defensa de la educación pública».

Lamentó, además, que la ofensiva legal en su contra también golpeara a los maestros de su gremio, a quienes ofreció disculpas y llamó a asumir un papel relevante en los tiempos por venir.

«Lamento que algunas actitudes que se me atribuyeron hayan contribuido a que fuéramos un blanco fácil, un chivo expiatorio al que se culpó de todo», señaló.

También «que hayan sido sometidos a una persecución política y mediática que tenía por objeto sus conquistas laborales, destruirlas y atomizar a su organización sindical».

En su ambiguo y desordenado mensaje acusó que en el tránsito hacia la reforma educativa el gobierno prefirió «invertir en publicidad que en un programa de educación a fondo».

Frente a todo lo que su detención acarreó a los maestros, según ella, volvió a lamentar que «quienes debían defendernos no lo hicieron y nos traicionaron», en clara referencia al actual líder sindical de los maestros, Juan Díaz, quien se adhirió a la reforma educativa del gobierno de Peña Nieto, a pesar de la inconformidad de muchos de sus agremiados en el país.

En el salón abarrotado por los medios de comunicación, también estaban maestros de distintas partes del país que acompañaron sus palabras con aplausos y apoyo para la dirigente sindical, quien durante seis sexenios ha tenido un papel más que relevante en el rumbo de la educación pública en México.

«Fuimos una organización fuerte y autodeterminada. Es preciso enfrentar el momento y recuperar su fortaleza con grandeza de espíritu, pero con contundencia», dijo la maestra que durante más de dos década encabezó el sindicato más grande América Latina con 1.7 millones de agremiados.

Gordillo no aceptó preguntas de los medios de comunicación, de modo que nadie pudo cuestionarla sobre la información publicada hoy por el diario Reforma, en la que su riqueza aparece como «herencia» de su madre, una mujer que fue maestra rural y que, según el testamento, le dejó a su hija Elba Esther cuatro empresas inmobiliarias, obras de arte, propiedades y 143.7 millones de pesos en efectivo (unos 7.5 millones de dólares).

Entre las frases sueltas que soltó en su discurso sólo aseguró: «esta guerrera está paz».

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Fuente: infobae.com