YPFB gastó $us 759,7 millones en pozos que no colmaron expectativa

Fueron anunciados de forma pomposa y con alta probabilidad de éxito. Analistas observan política exploratoria. Se buscó gas y líquidos. En el país, la posibilidad de hallar recursos es de un 20 a 30%

Ernesto Estremadoiro



Desde su refundación en 2006, YPFB anunció con bombos y platillos siete proyectos de exploración. En algunos de ellos, el presidente Evo Morales fue el principal invitado. Incluso algunos, como Lliquimuni en La Paz, Sararenda y Boquerón, en Santa Cruz, coparon titulares en los medios de comunicación, por las altas expectativas generadas por la petrolera estatal. Revisando notas de prensa oficiales y memorias de la estatal, se invirtieron $us 759,7 millones en estos prospectos. Sin embargo, los resultados finales fueron negativos.

Por ejemplo, la perforación del pozo Boquerón, que de acuerdo a las proyecciones oficiales debía triplicar la producción de hidrocarburos líquidos, fue fallida.

Ubicado en el municipio de Yapacaní, el potencial calculado por la petrolera estatal fue de 28 millones de barriles de petróleo (bbl). La cifra hizo que incluso, el 18 de junio de 2015, Yacimientos organice un acto que incluyó un pequeño concierto de los Kjarkas cuando se inauguró la perforación del prospecto.

El dato de que se perforarían otros 25 pozos y que la producción llegaría a 6.000 Barriles de Petróleo por Día (BDP) generó una sensación de euforia del mismo jefe de Estado. Ese día, Morales se mostró efusivo y entusiasmado por el supuesto hallazgo.

Un año después, la propia estatal anunció que los trabajos dieron negativo. Dejó abierta la posibilidad de seguir trabajando en esa zona, pero ya se habían invertido $us 6 millones.

Para esta nota se enviaron preguntas a YPFB y al Ministerio de Hidrocarburos, pero las interrogantes no fueron contestadas.

El fracaso más grande

De acuerdo a las cifras que divulgó la petrolera estatal, el trabajo de exploración más caro que llevó adelante fue Lliquimuni. Contando los trabajos de acceso a la zona de perforación, que es totalmente selvática y otras obras complementarias, la inversión llegó a los $us 540 millones.

La perforación se inició en 2014, el 30 de diciembre. En el inicio de los trabajos participó el presidente Morales, que al tomar la palabra, de forma textual, dijo: “Los estudios y la parte sísmica señalan que acá hay petróleo”.

Luego el extinto Carlos Villegas, que fungía como presidente de YPFB, admitió que el proyecto se realizaba por las demandas del departamento de La Paz y por una petición directa del jefe de Estado. En cuestión de cifras, se esperaba encontrar 50 millones de barriles de petróleo (bbl) y 1 Trillón de Pies Cúbicos de Gas (TCF). Dos años después (en marzo de 2016), YPFB informó de que Lliquimuni no contaba con cantidades comerciales de petróleo.

Ante las críticas, por la expectativa generada, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, dijo que el proyecto no fue un fracaso y que continuarían con estudios en esta región.

El miembro del director de YPFB por Santa Cruz, Víctor Hugo Áñez, señaló que es necesario establecer una nueva hoja ruta en materia exploratoria, para así poder cumplir con los mercados de exportación de Argentina y Brasil.

“Lo que queda es dar un giro total al manejo de la institución (YPFB). Se han rifado el futuro de los bolivianos en materia de hidrocarburos”, afirmó.

Insistió en que los cambios deben ser rápidos “porque los precios quizás nunca vuelvan a estar como en los tiempos de Evo”.

Planta Sábalo | Foto: APG

Cuestionamientos

El especialista Hugo del Granado explicó que en la búsqueda de nuevos reservorios de gas primó más el aspecto político que técnico. Observó que desde 2006 hasta la fecha YPFB presentó varios planes de exploración.

En la gestión de Carlos Villegas (+) se presentó el plan de inversiones 2009-2015, que tenía dos fases. En la primera se programó la perforación de 10 pozos.

Entre estos se encontraban: Ingre ($us 7,18 millones), Sararenda ($us 56,7 millones), Timboy ($us 70 millones), Itaguazurenda ($us 15 millones) y Lliquimuni ($us 530 millones). Todos negativos.

La segunda fase contempla la perforación de 20 prospectos. Pero en la gestión del titular de YPFB Guillermo Achá, según Del Granado, el proyecto se modificó.

“Luego de Villegas elaboraron un plan intensivo de exploración, al que después le dieron unas pinceladas y se volvió un plan inmediato”, cuestionó.

En la actualidad, el Ministerio de Hidrocarburos presentó un plan de ultraeficiencia. Dentro de este nuevo esquema se tienen 37 proyectos, de los cuales se obtendrán recursos de al menos 36 trillones de pies cúbicos (TCF), según información oficial de esa cartera de Estado. Bajo esta directriz para 2018-2019 se priorizaron 13 proyectos.

“Están arañando la tierra para poder llegar a 10 TCF, no hay 132 ni 1.000 TCF como dicen. Apenas quieren llegar a diez”, afirmó.

Esperanza fallida. El propio presidente del Estado, Evo Morales, inauguró la perforación del pozo Boquerón, que no tuvo caudales comerciales de petróleo. A este proyecto se destinaron $us 6 millones | ABI

Hay que voltear la página

Bernardo Prado, especialista en hidrocarburos, señaló que en Bolivia las probabilidades de éxito en exploración son del 30%. Es decir que tres de cada diez pozos perforados tienen éxito. Pese al dato, aseguró que el país tiene un gran potencial gasífero.

Dicha cualidad, según Prado, no es aprovechada, porque las inversiones desde el nivel central se centraron en la búsqueda de líquidos o en proyectos que anteriormente fueron desechados.

Por ejemplo, citó el caso del pozo Sararenda, ubicado en la localidad de Camiri, antigua capital del petróleo del país.

Las perforaciones llegaron a 6.050 metros y se esperaba encontrar 1,2 TCF y 34,8 millones de barriles de petróleo condensado.

El resultado, recuerda el especialista, fue negativo. Pero ya se habían desembolsado $us 56,7 millones en el prospecto.

“Fue un proyecto político para complacer al Comité Cívico (de Camiri) y evitar problemas con los movimientos sociales”, dijo.

Para el experto, se tomaron consideraciones que, en muchos casos, no hicieron caso a los factores técnicos, que advertían que los proyectos eran poco viables.

El exsuperintendente de Hidrocarburos Hugo de la Fuente cuestionó el uso de recursos públicos en campos como Lliquimuni, pese a que en los 90 YPFB había perforado con poco éxito.

“Es muy irresponsable, es bonito hacer la fiesta y todo, pero el tema técnico no le interesa a nadie”, cuestionó.

En anteriores ocasiones, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, manifestó que se está trabajando con YPFB y las empresas petroleras para transformar los recursos en reservas y que la exploración es prioridad.

En la actualidad, el tema de las reservas de gas ha estado en el ojo de la polémica, el senador Óscar Ortiz afirmó que están en 4,48 TCF y no en 10,45 TCF, como afirma el Gobierno.

Se espera que, hasta fin de mes, la estatal YPFB dé a conocer el informe oficial sobre las reservas de gas natural en el país.

PUNTO DE VISTA

Herland Soliz: “El Gobierno vive de anuncios de descubrimientos y memorándums”

Secretario de Hidrocarburos

Primero entender el problema: hay que saber diferenciar entre exploración y desarrollo. Exploración es buscar hidrocarburos en nuevas áreas y al encontrarlo se incrementan considerablemente las reservas del país, mucho más si las áreas tienen alta probabilidad de hallar recursos en zonas tradicionales.

En cambio, el desarrollo es buscar hidrocarburos, pero en áreas ya exploradas; es decir, en áreas donde ya han sido encontrados yacimientos. Por tal razón, se incrementan levemente las reservas o disminuyen también.

Y esto es lo que hizo el Gobierno en los últimos años.

Por ejemplo, Sararenda, a pesar de ser una nueva área, es la continuación de exploración de la zona camireña, esperanza de este municipio para volver a sus años de esplendor, pero hasta la fecha todos los resultados en ese lugar han sido negativos.

Boquerón es un campo antiguo, por tanto los trabajos de desarrollo han venido mejorando, pero hasta el momento no tenemos noticias de los nuevos pozos de desarrollo. Por lo tanto, también ha sido otro fracaso para los bolivianos, que andamos urgidos de hidrocarburos líquidos.

El Gobierno nacional solo vive de anuncios de descubrimientos y memorándums de entendimiento en exploración, pero hasta la fecha no se firman contratos serios.

La perforación de los pozos fue más por una decisión política que técnica. En 12 años no ha logrado descubrir un solo campo.

Nuestras condiciones de negociación serán desventajosas cuando negociemos con Brasil. ¿Cómo le voy a dar seguridad de que voy a tener la capacidad de cumplir?

Mientras tanto, los bolivianos vivimos de la venta del gas y de la reinversión de estos recursos en el sector petrolero, entonces es claro que estamos en problemas.

Vamos a seguir con la declinación de los campos maduros. Lamentablemente, hay más puestos vacantes en patios de comida que proyectos en el sector de hidrocarburos.

CIFRAS

49.426 | Kilómetros es la extensión del área tradicional de hidrocarburos que tiene Bolivia, según datos de YPFB.

33 | Áreas reservadas son las que tiene Bolivia en la actualidad, incluyendo las zonas tradicionales y no tradicionales.

PARA SABER

INVERSIÓN EN NACIONALIZACIÓN

Cuando los hidrocarburos pasaron a manos de YPFB, en 2006, se invirtieron $us 73 millones en exploración, pese a que ese año la renta petrolera llegó a $us 1.473 millones. El pico más alto de ingreso por hidrocarburos en Bolivia fue en 2014. Ese año a las arcas del Estado entraron $us 5.489 millones, pero los fondos para la búsqueda de gas llegaron a $us 425 millones. Es decir que en el momento más alto del negocio solo se destinó el 7,7% para asegurar nuevas reservas de combustible.

CONVENIO

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la argentina YPF firmaron el jueves el convenio de estudio del área de Sauce Mayo, campo ubicado en la provincia Hernando Siles del departamento de Chuquisaca.

CINCO PROYECTOS

El Ministerio de Hidrocarburos informó que dentro del plan de exploración que se está ejecutando en la actualidad, priorizaron los proyectos de Caranda Profundo, Jaguar, Boyui, Sipotindi, Ñancahuazú, Sararenda, Itacaray, Iñiguazu, Iñau, Los Monos-Aguaragüe Centro, Villamontes y Yarará con recursos prospectivos de cerca de 14 TCF.

Fuente: eldeber.com.bo