La edad en la que nuestra personalidad cambia para siempre

Foto: Nada como una reunión familiar para reconectar. (iStock)Nada como una reunión familiar para reconectar. (iStock)

«Tormenta perfecta». Este es uno de los términos más usados por los expertos a la hora de definir la adolescencia. Aunque los tiempos cambian y con él los individuos, podríamos decir que parece que cada vez se entra más temprano y se sale más tarde de esta etapa vital. La adolescencia es el período en el cual una persona realiza el tránsito de su infancia a la vida adulta. Es uno de los períodos más convulsos en la vida de toda persona, y no siempre es fácil.

Se han realizado múltiples estudios sobre ella. Hay muchos factores que juegan un papel decisivo: el despertar de la sexualidad, los cambios hormonales, así como físicos y, sobre todo, la influencia directa del entorno. Todo ello conforma lo que más tarde se dará en llamar personalidad, el conjunto de rasgos que definen o determinan a una persona y que marcan la diferencia con el resto.No han adquirido suficiente capacidad de coordinación entre lo que piensan y lo que hacen, de ahí que tomen malas decisionesPadres e hijos están de acuerdo en que es entre los 11 y los 14 años cuando se producen más cambios, según los resultados de un estudio de 2017 realizado en más de 2.700 personas. ¿Lo más curioso? Los padres tienen una percepción totalmente diferente de cómo se sienten sus retoños. Tanto es así que cuando los adolescentes afirmaron sentirse más extrovertidos, los padres les veían mucho más introvertidos, así como menos amables o abiertos a contar sus problemas.Otro rasgo a tener en cuenta es el de la toma de decisiones. Para los adultos, los ‘teenagers’ parecen estar sumidos en el más absoluto caos. Sus decisiones parecen estar influidas por la irracionalidad o la aleatoriedad. Pero nada más lejos de la realidad, los jóvenes de esta edad llegan a las conclusiones del mismo modo que los adultos, según un estudio de la Universidad de Temple de Filadelfia publicada en la revista ‘American Psychologist’. Su problema es que carecen de las habilidades sociales necesarias para mantenerlas, es decir, no han adquirido suficiente capacidad de coordinación entre lo que piensan y lo que hacen.

Menos materia gris

En las últimas dos décadas, los científicos se han esforzado por comprender más y mejor el cerebro a esas edades. La doctora Sarah-Jayne Blakemore y sus investigaciones han demostrado que el desarrollo adolescente está marcado por importantes cambios cerebrales, incluida una notable «reducción del exceso de materia gris», asociada con el aprendizaje. Esto podría desempeñar un papel fundamental en los patrones de cambio de personalidad adolescente, según un estudio noruego de imágenes cerebrales de 2018. En dicho análisis, los investigadores escanearon dos veces los cerebros de docenas de adolescentes durante un período de dos años y medio, además de hacer que sus padres calificaran las personalidades de los niños en ambas ocasiones.La tendencia a la adicción no solo es un trastorno de comportamiento, sino también un problema de desarrollo neuronalEl hallazgo más sorprendente fue que las mayores puntuaciones en la conciencia mostraron una mayor tasa de adelgazamiento cortical en varias regiones del cerebro. Esto podría respaldar algunas las teorías sobre el verdadero significado de la madurez, como esa facultad que viene una vez se ha llevado a cabo una poda de la materia gris, por lo que el cerebro deja de estar tan abierto a los estímulos y su capacidad de aprendizaje se va viendo más reducida.Otro de los rasgos que podrían definir la época adolescente es el de una mayor preponderancia a sufrir adicciones. Es un hecho: la inmensa mayoría de las personas que dependen de sustancias como el tabaco, el alcohol o la cocaína iniciaron su consumo durante la adolescencia. Aunque el vicio no tiene edad, lo más frecuente es que venga asociado a una práctica juvenil persistente en el tiempo. Un estudio aparecido en la revista ‘American Journal of Psychiatry’ sostiene que las zonas del cerebro que ejercen el autocontrol sobre los impulsos no están totalmente formadas en la adolescencia, por lo que la tendencia a la adicción no solo es un trastorno de comportamiento, sino también un problema de desarrollo neuronal. Según los expertos, los grandes cambios bioquímicos que se producen llevan a la persona a buscar nuevas experiencias sin que estén listos los mecanismos fisiológicos de contención.Una persona puede sentir atracción sexual por primera vez desde los 6 años hasta los 16, incluso nunca¿Y los cambios de humor? Las descargas de hormonas que se vierten en el organismo pueden producir bruscos cambios, de la tristeza a la alegría, de la euforia al reposo o la depresión. Pero hay otro factor: la falta de sueño. El exceso de entretenimiento ya sea con videojuegos, televisión o internet provoca que los adolescentes se vuelvan más inestables y sufran transiciones emocionales mucho más drásticas, según una reciente investigación de la organización escocesa ‘Sleep Scotland’.



Identidad sexual

Otra de los asuntos clave del ‘teenager’ es el relacionado con la sexualidad. ¿A qué edad exacta puede una persona conocer su orientación sexual? «Hay estudios que revelan que los jóvenes experimentan su primera atracción sexual entre los 8 o 9 años, pero otros investigadores sugieren que está más cerca de los 11», explica Asia Eaton, doctora en Psicología Social de la Universidad Internacional de Florida, en la ‘BBC’. «Es una pregunta muy difícil, ya que hay una gran diferencia entre orientación sexual e identidad sexual. La primera se refiere a por quién se siente atraído sentimental o sexualmente, mientras que la segunda se trata de cómo se etiqueta una persona o se piensa sobre sí mismo como un ser sexual».Este parece sin duda el más problemático de todos los factores que dan a luz a la personalidad a la hora de ponerle una fecha. Todo está en la experiencia individual. «La gente tiene estas experiencias dentro de un amplio rango de edad», aclara Eaton. «Una persona puede sentir atracción sexual por primera vez desde los 6 años hasta los 16 o, incluso, nunca».Fuente: elconfidencial.com