Vamos a ver como es, el reino del revés

José Luis Bolívar Aparicio* 

Los padres de Bojana Danilovic empezaron a preocuparse mucho cuando su bebé no podía controlar sus movimientos al llevarse los alimentos a la boca y la cosa empeoraba cuando comenzó a gatear. La niña se trasladaba hacia atrás y lo mismo sucedía cuando la colocaron en el andador.

Poco a poco se fueron dando cuenta que su hija tenía algún tipo de problema y los médicos de su natal Serbia no podían dar con el mal, hasta que unos científicos de la Universidad de Harvard ADN del Instituto de Tecnología de Massachusetts, detectaron un pequeño tumor alojado en el cerebro de Bojana.



Este nódulo tiene un efecto muy especial en como puede apreciar lo que la rodea. Sus ojos ven perfectamente bien, pero su cerebro interpreta todo al revés, es decir ve las cosas de cabeza, un rarísimo efecto al que los especialistas denominan como “orientación espacial”.

Con paciencia sus padres lograron que Bojana aprenda a caminar hacia adelante, pero muchas otras cosas se tuvieron que adaptar a ella para lograr que tenga un buen nivel de vida. Libros, periódicos y revistas las lee al revés, en casa muchas cosas están de cabeza para ella, entre esas su televisor y artilugios como su celular o el monitor de su computadora, usan aplicaciones para funcionar 180 grados abajo, de manera que Bojana pueda emplearlos cómodamente.

Ha logrado tener calidad de vida, gracias a su empuje, se graduó de la universidad como economista y trabaja perfectamente en la ciudad de Uzice, siendo el único óbice en su vida, el no poder obtener la licencia de conducir, el resto, está todo en su lugar, así ella lo vea patas arriba.En cambio en Bolivia, un país donde las cosas supuestamente están donde deben estar, muchos de sus ciudadanos se empeñan en verlas al revés, darles una interpretación antojadiza, emplearlas para lo contrario de lo que fueron creada, es como si todos ellos tuvieran orientación espacial.Cuando don David Choquehuanca, ejerciendo su cargo de Canciller dijo que el reloj de los bolivianos debería ir al revés, aparte de parecer un mal chiste, dejaba bien en claro que lo que necesitaba un régimen como el de Morales, era hacer las cosas o bien grandes, o bien diferentes de lo que normalmente hace el mundo civilizado, de manera que puedan pasar a la historia, sino por grandes logros, aunque sea por grandes cambios. Felizmente sólo el relojero del Congreso le hizo caso y el resto de mortales seguimos con las manecillas girando en sentido adecuado.Al hacerse el MAS cargo del gobierno, su discurso pachamamista y de protección de la Madre Tierra, fue una de las banderas más fuertes con las que enrrumbó varias de las nuevas leyes después de la instauración de su Constitución. En la cumbre de Tiquipaya (tonteras anecdóticas de por medio), salieron como directrices de aquel encuentro, medidas como la creación de un “Tribunal Internacional” que fiscalice los daños al medio ambiente. Hoy esa institución es deplorada por este mismo gobierno, quitándole cualquier tipo de legitimidad. Con el proyecto de la carretera por el Tipnis, don Álvaro García Linera nos dejó bien claro que nosotros no teníamos por qué ser los guardabosques del planeta y que si los del norte fregaron al mundo, ahora nos tocaba a nosotros con justo derecho.En cierta oportunidad, durante un debate en un programa de radio, don Gustavo Torrico, uno de los más pintorescos miembros del partido azul, les pidió a las plataformas ciudadanas y demás activistas que defienden la victoria del NO en la consulta del 21 de febrero, cambiar su discurso lastimero y dejar de agarrase de una victoria miserable que ya ha quedado en el pasado. “Dejen de vivir de glorias pasadas, miren al futuro” les dijo con ironía el líder de los Satucos. Lo verdaderamente irónico del asunto, es que lo dijo pocos días después de que el MAS con toda la parafernalia posible, recordara los 50 años del fallecimiento del Che Guevara y dos semanitas después, AGL, adornara la vicepresidencia del Estado como si fuera el Kremlin. Banderas rojas que vistieron las columnas jónicas de ese hermoso edificio y los rostros de Marx, Lenin y Hegel ornamentaron su salón principal, para celebrar el centenario de la Revolución Rusa, que ni en Rusia festejaron. Es más, Putín en un Twitt dijo que no había nada que celebrar y que ojalá aquel suceso no hubiera pasado nunca.Don Gustavo Torrico debería entender que las plataformas ciudadanas, por lo menos miran para atrás para celebrar una victoria (bastante fresca comparada con los otros eventos), en cambio los masistas en estos casos se dedicaron a saludar rotundos fracasos, como fueron la incursión de los guerrilleros en Bolivia y la asonada bolchevique.Y es que les gusta realmente contradecirse o decir las cosas con sentido contrario, como cuando se autodenominan gobiernos progresistas, siendo que viven mirando el retrovisor, amparando sus errores en los efectos que dejaron los gobiernos anteriores o cobijados en lo maravilloso que era el sistema comunitario en el que vivían sus antepasados, queriendo permanentemente volver a esos anhelados tiempos, culpando al progreso de todos los males que nos aquejan.Pero como los cambios están de moda, ahora lo que se va a estilar es hacer grandes edificaciones para un propósito, pero darles un uso totalmente diferente. Ya fue bastante insólito cuando Evo Morales durante la inauguración de su palacio, invitó a los novios a que paseen por su helipuerto y a las promociones para que hagan sus colaciones de grado en su elegante auditorio. Honestamente no sé si es para que la gente se regocije con la vista o para que lo envidien un poquito. Lo propio sucedió en la inauguración (sin motivo) del Parlamento Sudamericano, durante la peor crisis de la entidad subcontinental y que de paso no tuvo a nadie de otro país en tal evento. Para que semejante elefante blanco sirva para algo y los 500 millones de bolivianos se justifiquen, invitaron a las organizaciones sociales del MAS y a los cocaleros a hacer todo tipo de actos y festejos en el coloso de San Benito. Cualquier rato se vuelve salón de fiestas.Hasta ahí, todo tolerable, pero lo que ya rayó en la locura absoluta, son las declaraciones del Secretario Ejecutivo de la Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Guarachi, cuando afirmó que “la cumbre de salud debería tener una mayoría de delegados de los sectores sociales, porque el tema de la salud debe ser tratado por el Gobierno y las enfermedades por los médicos”.Con esas declaraciones claramente tocamos fondo, porque con los últimos sucesos del Dr. Moreno en Santa Cruz, cometiendo semejante atrocidad con el niño Sebastián y los problemas que presentan todos los centros de salud de Bolivia, las resoluciones que salgan de la futura cumbre con los sindicalistas hablando de ese tema, va a ser mejor que el futuro nos agarre confesados.Si la gran compositora argentina María Elena Walsh no se hubiera muerto, con seguridad que en Bolivia le sobrarían motivos para hacer tres o cuatro versiones más de su hermosa canción “el reino del revés”. *Es paceño, stronguista y liberal