Todos contra Trump: demócratas a la caza para tumbar al presidente

Foto: El millonario Michael Bloomberg habla ante la London Mastaba, en Hyde Park, Londres. (Reuters)El millonario Michael Bloomberg habla ante la London Mastaba, en Hyde Park, Londres. (Reuters)

No hay tiempo que perder. Las elecciones legislativas ya están aquí, las encuestas queman, y los demócratas más ambiciosos se han agazapado entre las hierbas altas como leones que acechan al rebaño de antílopes. Ellos no lo reconocen, pero sus acciones hablan por si solas: ya están listos para lanzarse a cazar. Ya están pensando en las elecciones presidenciales de 2020.

Abrió la veda Corey Booker, senador de Nueva Jersey, cuando decidió peinar el estado de Iowa armado con su iPhone y su cuenta de Instagram. Oficialmente, Booker estaba allí para apoyar a J.D. Scholten, candidato demócrata a un escaño de la Cámara de Representantes. Al mismo tiempo, como por casualidad, Booker aprovechó para saludar a los donantes clave del estado y medir la temperatura de las aguas electorales. Incluso presumió, cosa importante en Iowa, de credenciales rurales: “Tenemos una gran comunidad agrícola”, dijo en referencia a su estado. “No sé si necesito traeros un tomate de Nueva Jersey para demostraros lo buena que es nuestra producción”.A Booker lo siguió el millonario y exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, que se acaba de volver a registrar como demócrata. Bloomberg visitó New Hampshire, el estado que inaugurará las elecciones primarias en 2020. Los senadores Bernie Sanders y Kamala Harris, y el exvicepresidente de EEUU, Joe Biden, han pasado por Carolina del Sur, el primer estado sureño que hará una criba de los precandidatos demócratas cuando llegue el día.La campaña de las legislativas y las campañas personales, por tanto, se entrelazan, difuminadas en el fragor de los mítines. Los políticos viajan a respaldar al congresista de turno en nombre del partido. Sin embargo, no van a cualquier estado, sino a los que serán más importantes en las primarias: Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur y Nevada.

Las «primarias invisibles»

Ver este grado de actividad “es absolutamente normal”, dice a El Confidencial Gary Nordlinger, profesor adjunto de la Universidad de George Washington y experto en comunicación política. “Desde 1966, ha habido un patrón de gente que quiere presentarse a presidente siendo activa en las elecciones legislativas: viajan por el país haciendo campaña para otros candidatos, impresionan, con suerte, a la gente, y empiezan a ganar seguidores”. Es lo que se llaman las “primarias invisibles”. Aunque el talento estratégico, dedicado a las legislativas, aún no haya sido contratado, la campaña ya es palpable.Una encuesta de la CNN ya indica favorito: el exnúmero dos de Barack Obama, Joe Biden. “Es el favorito inicial, de la misma manera que lo era Jeb Bush para los republicanos”, dice Nordlinger, dando a entender que es demasiado pronto como para hacer conjeturas. “No mucha gente sabe mucho de los demás candidatos, los Corey Bookers del mundo que están pensando en presentarse. Realmente creo que Joe Biden sería un candidato fuerte, si a la gente no le importa su edad”. Biden tiene 75 años, 3 más que Donald Trump, el presidente más mayor de la historia en el momento de ocupar el cargo.



Joe Biden durante su intervención durante la cena de Human Rights Campaign, en Washington. (Reuters)
Joe Biden durante su intervención durante la cena de Human Rights Campaign, en Washington. (Reuters)

El propio Biden sabe que este es uno de sus puntos débiles. Quizás por eso lo abordó directamente durante un discurso en Michigan. “Creo que abordar la cuestión de la edad es totalmente legítimo”, declaró. “Creo que es totalmente apropiado que la gente me mire y diga: si te volvieras a presentar a un cargo, ‘Bueno, madita sea, eres viejo’. Bueno, cronológicamente soy viejo”. Pero no sería el caso más destacado en cuestión de edad. El senador de Vermont, Bernie Sanders, es dos años mayor que Biden. Se presentaría a las presidenciales con 79 años. Si gobernase dos mandatos, se retiraría con 87.El número potencial de candidatos es bastante alto. La senadora de Massachusetts, Elizabeth Warren, tampoco está perdiendo el tiempo. “En los últimos seis meses, (…) Warren ha construido silenciosamente un gabinete de guerra en la sombra diseñado para elegir a demócratas de todo el país en las elecciones legislativas”, publicó ‘The Washington Post’, “adelantándose a algunos de los deberes tradicionales de los comités de campaña del Partido”.Elizabeth Warren tendría la ventaja de cabalgar una ola doble: por un lado, el cambio cultural de la sociedad hacia posturas generalmente más feministas, uno de los factores que explica por qué ha habido un número récord de mujeres demócratas presentándose al Congreso. Los sondeos dicen que el electorado está más inclinado que nunca a votar a una mujer, y esto podría beneficiar a Warren. Por otro lado, hay un viraje del electorado hacia posturas más progresistas; posturas como las que defiende Warren desde hace años. A tenor de la polarización patente en EEUU, y de la resurrección de ese antiguo término suicida, “socialista”, el profesor Nordlinger aventura una campaña demócrata más escorada hacia la izquierda. “No creo que [los potenciales candidatos, a excepción de Sanders] se llamen a sí mismos socialistas, pero sí que podrían adoptar las mismas posturas de Bernie Sanders: Medicare para todos, haciendo algo sobre el precio de la universidad”.Todos estos elementos (el número potencial de contendientes, sin que ninguno destaque sobre los demás; la polarización o el rechazo masivo que suscita el actual presidente) prometen una campaña “abarrotada” y “brutal”, en palabras del portal Axios. Una especie de 2016 pero en el campo demócrata. “En las elecciones anteriores no había un favorito republicano. Nadie era favorito al principio”, dice Nordlinger. “Llegando a 2020, no hay un demócrata favorito por ahora. La campaña está completamente abierta”.Fuente: elconfidencial.com