Las demandas de organizaciones de lo más dispares a distintas producciones de ficción, por ridículas que éstas puedan llegar a ser, son una constante en el mundo actual. El último objetivo de estas acusaciones ha sido El mundo oculto de Sabrina, la serie estrenada por Netflix el pasado 26 de octubre; tras varias semanas de amenazas de ciertos sectores satánicos, la organización activista El Templo Satánico exige 50 millones de dólares a la plataforma por, más concretamente, por plagio y una irrespetuosa representación de la deidad Baphomet.

Según la información del medio Hollywood Reporter, este es el principal argumento en la demanda por parte del colectivo:

Baphomet es una deidad con una historia compleja, llegando a estar asociada con acusaciones de adoración a los demonios por el caballero templario Jacques de Molay. Baphomet ha estado representada históricamente con la cabeza de una cabra en el cuerpo de una mujer relacionada con Lilith, una figura de la mística judía que se ha llegado a considerar como una diosa de la noche. La representación visual clásica de la idea de Baphomet es una imagen creada en o cerca del año 1856 por un historiador ocultista llamado Eliphas Levi.



De esta forma, defienden que la representación de Baphomet que puede verse en una de las estatuas de la escuela a la que acude Sabrina, la Academia de las Artes Invisibles, infringe el copyright asociado a la imagen de la deidad y que, además, la ficción difama su figura mediante la carga de sentido político. O, lo que es lo mismo, El Templo Satánico busca lucrarse a costa de lo que, siempre según sus argumentos, es una suerte de plagio en la representación de una figura histórica con cientos de años de antigüedad.