Anuario 2018: La inesperada derrota en la búsqueda de una salida al mar


El principal órgano judicial de las Naciones Unidas concluyó, por 12 votos contra tres, que “Chile no contrajo la obligación legal de negociar un acceso soberano al Océano Pacífico para Bolivia”.

Evo La Haya

Delegación de Bolivia en La Haya. Foto: BBC




La Paz, 17 de diciembre (ANF).– El mar de optimismo, que el gobierno de Evo Morales se encargó de alimentar durante más de cinco años de travesía del anhelo boliviano en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, terminó el 2018 con un sorpresivo e inesperado resultado.

Este proceso, en busca de una salida soberana al Océano Pacífico, arrancó el 24 de abril de 2013 con la presentación oficial de la demanda que sentó a Chile, por primera vez en su historia bilateral con Bolivia, en la silla de los “acusados” de un tribunal internacional.


Aunque en un principio el Gobierno chileno intentó paralizar la aspiración boliviana objetando la competencia de la Corte, no logró su objetivo y fue obligado a someterse a un complejo y millonario juicio, que transcurrió por varias fases de la presentación de argumentos escritos hasta llegar a la etapa oral.


Para este último tramo del juicio, la CIJ, a mediados de enero de 2018, determinó que los dos países presenten sus alegatos orales entre el 19 y 28 de marzo.


Previamente a este procedimiento, la administración de Morales, fiel a su estilo de estrategia comunicacional, volvió a sorprender con una actividad mediática, denominada “el banderazo por el mar”, que ocupó varios titulares de medios nacionales e internacionales.


Superando toda expectativa, las instituciones públicas, privadas, organizaciones sociales y otros sectores respondieron a los llamados de las autoridades y el 10 de marzo extendieron una bandera de reivindicación marítima de 196.5 kilómetros en la carretera La Paz – Oruro. 


El 19 de marzo, como estaba prevista, se inició la ronda de alegatos orales y concluyó el día 28. Bolivia ratificó su pedido al tribunal para que “obligue” a Chile a negociar, de buena fe, una salida soberana al mar.


En cambio, Chile se volvió a aferrar al Tratado de 1904, acusó a Bolivia de “judicializar la diplomacia” e incluso presentó, como “prueba” de sus argumentos, un tuit en el que Morales aseguró: “Antofagasta fue, es y será territorio boliviano”.


Asimismo, en pleno desarrollo de esta etapa, se recordó el “Día del Mar” en Bolivia, que se realiza cada 23 de marzo en conmemoración al héroe del Topáter, Eduardo Abaroa, que defendió el entonces territorio boliviano tras la invasión chilena del 14 de febrero de 1879.


El acto fue aprovechado por el Presidente para reavivar la esperanza boliviana al afirmar que “este 23 de marzo los niños y niñas (…) están más cerca al mar”.


Incluso el 17 de agosto, al recordar el Día de la Bandera, Morales dijo que “la tricolor flameará pronto en las orillas del Pacífico”.


En septiembre, la CIJ dio a conocer que el 1 de octubre revelaría su sentencia final. Morales recibió con mucho optimismo la información y su homólogo chileno, Sebastián Piñera, sostuvo que su país esperaba con tranquilidad.


Morales decidió encabezar la delegación boliviana, que se trasladó a La Haya a escuchar el fallo junto a otras personalidades invitadas, como el expresidente Carlos Mesa, que además fue vocero de la demanda marítima.
Antes de emprender el viaje, el mandatario remarcó que “nuestro reencuentro con el mar no solo es posible, sino que es inevitable”. Chile solo envió a su agente Claudio Grossman.


Al arribar a la sede de la Corte, Morales volvió a mostrar su excesivo optimismo. “Seguro que habrá buenas noticias”, señaló.


En La Paz, el vicepresidente Álvaro García Linera indicó que “Bolivia va a acatar sea cual sea el fallo” y “estamos confiados que va a ser positivo”.
Finalmente llegó el día. La lectura del esperado dicatmen empezó a las 09.00 (hora boliviana) del lunes 1 de octubre y mientras la Corte descartaba uno a uno los argumentos de la demanda, también se fue esfumando el anhelo boliviano.


El principal órgano judicial de las Naciones Unidas concluyó, por 12 votos contra tres, que “Chile no contrajo la obligación legal de negociar un acceso soberano al Océano Pacífico para Bolivia”.


El inesperado resultado causó consternación entre los bolivianos, y fue más que evidente en los sitios públicos donde se instalaron pantallas gigantes para seguir el fallo.


El presidente chileno calificó el fallo como “una gran victoria” y manifestó que “el Presidente de Bolivia creó falsas expectativas a su propio pueblo con tantas frases como: ‘Antofagasta fue, es y será siempre boliviano’”.


Morales evitó reconocer abiertamente la derrota y optó por aferrarse a un párrafo del dictamen, que dice: “Este fallo no se debe entender como un impedimento a las partes para continuar con el diálogo (…) para atender la mediterraneidad de Bolivia (…) y llevar adelante negociaciones trascendentes”.


El expresidente Jaime Paz Zamora, que rechazó la invitación del Jefe de Estado para asistir a la lectura del fallo en La Haya, consideró: “hemos quemado mal nuestro último cartucho con Chile”.

 
El 9 de octubre, Morales envió una carta a Piñera para invitarle a reiniciar el diálogo entre ambos países. Al día siguiente, Piñera le respondió por los medios que, si Bolivia abandona “su absurda pretensión sobre territorio, mar o soberanía chilena”, vamos a dialogar.


Para Carlos Mesa, el fallo “fue un error de apreciación de nuestro equipo” jurídico, ahora Bolivia “debe pasar página” y encarar con nuevas personas una remozada relación bilateral con Chile. 
/ELCA/