Con el grito de “Bolivia dijo No”, las plataformas persiguieron al poder


Los colectivos pasaron de protestas en actos públicos a realizar masivas movilizaciones con la consigna de la defensa de la democracia.

Con el grito de “Bolivia dijo No”, las plataformas persiguieron al poder
Foto:Archivo Página Siete

Anuario 2018.




El 21 de febrero de 2016, el No a una nueva repostulación de Evo Morales y Álvaro García Linera obtuvo  51,3% frente al 48,7% que dijo Sí a la habilitación de los mandatarios para las elecciones generales de octubre de 2019. 

Que Morales ya no se postularía como candidato del MAS parecía un hecho hasta que en noviembre de 2017, el Tribunal Constitucional Plurinacional emitió la sentencia 084/2017 que habilita la “reelección vitalicia” del mandatario.

Los internautas comenzaron a reflejar su molestia ante este fallo en las redes sociales, primero con  comentarios y memes, y luego creando páginas  en Facebook como “Bolivia dijo No”.

Ese grito se escuchó en boca de cientos de asistentes al acto de clausura de los Juegos Suramericanos en Cochabamba el 26 de mayo en el momento en que el presentador del evento mencionó el nombre del Presidente.

La misma protesta persiguió a ministros y viceministros. El 9 de junio en la presentación de un ballet ruso, los asistentes le gritaron: “¡Bolivia dijo No” a la vicecanciller, Carmen Almendras.
 
El movimiento creció y los gritos se escuchaban con más frecuencia en cualquier acto público que organizaba el Gobierno. En junio de este año,  sin explicación alguna, el Ministerio de la Presidencia dejó de difundir la agenda de actividades de Morales que los periodistas tomaban como referencia para las coberturas. La oposición sospechó que existía temor a los escraches.

  Llegó el 16 de julio y durante el acto en honor a la gesta libertaria de La Paz, el Vicepresidente perdió el control de sus reacciones ante el grito de “¡Bolivia dijo No!” de asambleístas de oposición.
 
Nuevamente, el grito se escuchó el 6 de agosto en Potosí, durante el discurso del mandatario. Repentinamente, Morales suspendió su participación en el acto con el argumento de que la nieve y las bajas temperaturas de la época afectaban a los presentes.

Tres días después, se inauguró la Casa del Pueblo, pero esta fecha no fue confirmada sino hasta días antes. Los activistas aseguraron que Morales le temía al movimiento en defensa del 21F.

“Que le griten al presidente Morales, en cualquier acto público el ‘Bolivia Dijo No’  (…)   ha sido el mayor hito histórico que demuestra que cualquier persona puede hacer política sin necesidad de pertenecer a un partido”, explicó el analista Paul Coca.

Consideró que el movimiento de las plataformas creció por dos factores: porque se repitió la tendencia mundial de personas que se revelaron contra sistemas gubernamentales como sucedió con la “Primavera árabe” y porque el rechazo no solo fue contra el discurso de Morales, sino contra la política tradicional que no presenta renovación en sus filas partidarias desde hace 30 años.

El analista Franklin Pareja explicó que el movimiento 21F creció en incidencia por “la  inefectividad del sistema de partidos, porque la oposición parlamentaria es exigua y porque la democracia en definitiva siempre tendrá maneras creativas de reinventarse aún en el régimen más totalitario”.

Las protestas se hacían más y más masivas en marchas y plantones frente al Tribunal Supremo Electoral el 21 de cada mes, en conmemoración al 21F.

 Las críticas a los activistas surgieron desde el propio Presidente,  legisladores del MAS, autoridades gubernamentales y  sectores sociales afines. Los llamaron “oportunistas”, “vinculados a la derecha” y los acusaron de estar financiados por la oposición. 

Luego de los ataques,  nacieron las plataformas sociales del “Bolivia dice Sí (a Evo)”, quienes en cabildos y reuniones proclamaban a Morales como candidato, pero no tuvieron mayor incidencia, dijo el analista Jorge Dulón.

Señaló que las plataformas no solo se apropiaron del 21F, sino también de la defensa de la democracia. “La consigna del 21F, implica instar a la sociedad boliviana para que respete los resultados del referéndum”, sostuvo el experto.

  El crecimiento de las plataformas logró que éstas fueran tomadas en cuenta por los partidos políticos para aliarse a ellas con miras a las elecciones 2019.

  Según Pareja, esto ocurrió porque “la clásica forma vertical de los partidos políticos hace que funcionen por inercia y no por una genuina preocupación de visión país, son simplemente expresiones elitistas”.

El apoyo a uno y a otro bando se vio reflejado el 10 de octubre, día en que se conmemoraron los 36 años de la democracia. Las movilizaciones del 21F fueron masivas y aplaudidas por la ciudadanía que las veía pasar, pero no ocurrió lo mismo con las marchas en apoyo a Morales.

 Para diciembre, los colectivos realizaron  marchas que partieron desde Konani y Chaparina para llegar a La Paz el 6 de diciembre, dos días antes que el Tribunal Supremo Electoral de conocer los candidatos habilitados para los comicios.

El ente electoral se adelantó y el 4 de diciembre, informó que Evo Morales y Álvaro García Linera estaban habilitados.

 Esto encendió la indignación de los activistas, quienes llegaron con su marcha hasta la puerta del TSE para exigir la renuncia de los vocales. La protesta se tornó violenta cuando se enfrentaron con los policías que resguardaban el lugar.

  “Desde mi punto de vista, las plataformas están a punto de morir (…) Es obvio que muchas de ellas sean absorbidas por los  partidos”, dijo Pareja.   

Las redes sociales, el  mejor aliado de los colectivos

Las plataformas comenzaron a organizarse a partir de las protestas en redes sociales. Primero, con unos memes que circulaban por Facebook , Twitter y WhatsApp, y luego con páginas creadas con el objetivo de que los internautas publicaran su rechazo a la repostulación de Evo Morales.

¿Considera que las redes sociales fueron un aliado para las plataformas?, se le consultó a Wilfredo Jordán, especialista en manejo de redes sociales.

“Por supuesto que sí lo fueron, pero no determinaron el resultado del 21F. Lo que hemos visto en redes sociales durante la coyuntura del Referendo Constitucional ha sido un uso intensivo de las consignas por el NO a la reelección y que se masificaron aún más cuando salieron a la luz escándalos como el fondo indígena y el caso Gabriela Zapata”, afirmó.

 Según el especialista, las redes sociales no fueron el aliado del oficialismo porque hasta después de los resultados del referendo, el Gobierno no las consideraba como parte fundamental de su campaña.

De hecho, después de conocerse la victoria del NO, Morales aseguró que las redes sociales “tumban gobiernos” y en más de una oportunidad se refirió a ellas como una “alcantarilla” donde se desecha todo lo inservible.

Pero dos meses después del 21F, el mandatario abrió su cuenta de Twitter y en enero de este año, su perfil en Facebook. Utiliza ambos espacios para difundir información sobre las obras que entrega y su postura sobre diferentes temas.

“Las redes sociales son un espacio político, un campo de lucha, por tanto la incidencia es cada vez mayor, esto porque la brecha digital  y cultural se está cerrando. Tanto  políticos como la ciudadanía entienden que en ellas se pueden ejercer batallas a favor o en contra de una ideología”, dijo Jordán.

Los activistas aún utilizan las redes sociales como aliados. Para la movilización del 6 de diciembre, formaron grupos en WhatsApp en los que incluyeron a periodistas. Esto para mantener informada a la prensa con fotos y videos sobre el recorrido de su movilización.

  
Página Siete / María Carballo / Periodista