Ganadería Comunitaria: un emprendimiento que facilita la vida de los guaraníes de Itatiki

En Itatiki, una comunidad de Charagua, 36 familias se benefician de este proyecto que les permite distribuir la leche y la carne de res de manera equitativa y que funciona como un fondo colectivo.

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Comunario guaraní ordeña una de las vacas en Itatiki. Foto: ANF

Mónica Jiménez Mancilla

La Paz, 14 de diciembre (ANF).- Desde el 2010, en la comunidad de Itatiki del municipio de Charagua en Santa Cruz, se lleva adelante contra viento y marea un emprendimiento comunitario basado en la ganadería con manejo semiintensivo, que permite a las 36 familias guaraníes del lugar contar con una caja de ahorro colectivo, beneficiarse de la leche y carne de las vacas, y proteger su entorno incluso en épocas de sequía y plagas.



Sin embargo la lucha empezó mucho antes como cuenta Delsy Medina Carrillo, la primera mujer ejecutiva de la Capitanía Parapitiguazu que forma parte del Territorio de Origen Comunitario (TCO) perteneciente a la Asamblea de Pueblos Guaraníes (APG).

“100 años nos hemos callado, desde la caída de nuestro gran líder Apiaguaiki Tüpa”, relata Medina, sobre la lucha de su pueblo, la constitución de la APG y la recuperación de sus tierras.

La comunidad de Itatiki hasta el año 2004, solo poseía 1.046 hectáreas, mientras que la tierra perteneciente a la TCO Guaraní con más de 62.000 estaba en manos de privados, lo que les impedía generar proyectos de desarrollo que beneficien a su comunidad.

Medina cuenta que durante el proceso de recuperación de la TCO ya se realizaban estrategias para ver cómo se iba a ocupar el territorio, tanto en infraestructura como en el aprovechamiento de los recursos naturales existentes, y los comunarios se capacitaban en nuevos conocimientos para mejorar su calidad de vida y garantizar su seguridad alimentaria.

Una vez tituladas las tierras (2004), todos trabajaron en la implementación de  sistemas de cosecha de agua y conservación de los montes con apoyo del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA).

También construyeron infraestructura alambrando los alrededores para el cerco perimetral de 100 hectáreas que serían usadas para el ganado, se construyeron los potreros y se realizó silvopastura en 5 hectáreas.   

En 2010 el CIPCA entregó 20 vaquillas y un reproductor a la comunidad de Itatiki, dando inicio al emprendimiento de ganadería comunitaria que se convertiría en una alternativa productiva amigable con el medio ambiente y que sirvió para ocupar las tierras de manera provechosa.  

Hoy el proyecto cuenta con 80 vacas y dos reproductores que ocupan un terreno de 250 hectáreas. Dentro cuentan con una geomembrana que rinde 20.000 litros de agua y también con atajados de donde el ganado puede beber sin dificultad.

“Antes aquí sufríamos del agua, es una comunidad muy seca pero a través de la institución CIPCA que nos ha apoyado, ya tenemos un sistema de agua, ya el ganado tiene las 24 horas agua y en época de sequía ya no hay esa pena de que no tenemos este recurso”, afirma Delsy.

Esto además les permite garantizar el alimento del ganado, aunque no siempre es fácil, “en noviembre y diciembre de 2017 vino la langosta y arrasó con todo lo que era verde, nuestros pastos, nuestras plantas frutales, para nosotros ha sido duro el año pasado ver que el ganado sufra (…) perdimos ganado, se murieron porque no había mucha comida”, refiere Medina

De no haber sido por la plaga de langostas, la comunidad de Itatiki hoy contaría con 120 vacas, sin embargo el manejo semiintensivo de ganado no deja de ser exitoso en esta región.

“La ganadería comunitaria sostenible es un sistema de manejo semiintensivo de crianza de animales que optimiza el uso del espacio y combina prácticas sostenibles para el manejo de los animales y los recursos naturales”, refiere un estudio del CIPCA, sobre ganadería en la región del Chaco boliviano.

Este método que se diferencia de la crianza extensiva (animales a campo abierto), permite tener un mejor control del ganado, además de garantizar su alimento y agua, y sus beneficios son a corto y largo plazo, ya que las familias aprovechan la leche para su alimentación y para elaborar quesos y quesillos. También se destina al desayuno escolar de la región lo que contribuye a mejorar la calidad nutricional de los niños.

La comunidad además entiende que el ganado que crían es una caja de ahorro colectivo que les permite obtener ingresos para cualquier eventualidad o para las fiestas.

“Aquí todos podemos hacer uso de la leche, una familia avisa para venir a cuidar al ganado y la leche va ese día para beneficio de esa familia, (…) y la carne todos nos repartimos, entre las 36 familias y de ahí pesamos a cuanto nos toca carne pura y huesito” afirma Delsy.

Ella cuenta por ejemplo que la navidad se celebra en comunidad y que se hace “asado” entre las 36 familias, para esto una vaca carneada es más que suficiente.

Pero además es un fondo de emergencia, sirve para tener un botiquín comunal o en caso de fallecimiento de algún comunario, se vende una vaca para pagar los gastos funerarios o como explica, Benancio Vaca, Capitán Comunal de Itatiki, “si hay un enfermo tenemos que darle recursos de ahí para que ellos se hagan curar”.

Del mismo modo, así como todos se benefician, todos trabajan, “esto es comunal es de todos, toditos somos parte de este proyecto y cuando hay un trabajo comunal toditos venimos igual”, afirma Delsy.

Néstor Cuellar, director de CIPCA Cordillera, explica que “este tipo de ganadería está inmersa  en lo que CIPCA propone como una estrategia de desarrollo de las comunidades (…) se centra básicamente en tener criterios para manejo de monte y de agua, para una producción sostenible, ambientalmente amigable y económicamente rentable”.

Para ello, se hace una rotación del ganado en el terreno que significa que “en tiempo seco, cada 15 días, se mete las vacas en campo distinto para que no puedan talar (comer) lo que es la vegetación y puedan recuperarse una vez que llueva para poder tener su alimento”, explica Medina y agrega que esto contribuye a la conservación de su entorno y del medio ambiente.

Por su parte Cuellar refiere que este emprendimiento se hizo realidad gracias a la voluntad de los comunarios quienes aportan al proyecto en más del 65% y agrega que en todo el Chaco Boliviano, más de 50 comunidades se han beneficiado de la ganadería comunitaria con manejo.

“Esta estrategia se aplica en el Chaco con muy buenos resultados, económicos y ambientales y puede dar réditos económicos para las comunidades, es una estrategia de ocupación de los territorios, es una caja de ahorro para ellos. Los compañeros guaranís son emprendedores e innovadores porque sus resultados son palpables, aunque no es fácil porque son años que uno trabaja con mucho esfuerzo y recién después puede tener los frutos”, concluye Cuellar.

Fuente: ANF