La nueva guerra fría

Humberto Vacaflor Ganam

En ese momento, América latina vive una tensión igual o peor a la de los días de la guerra fría. La violencia es un actor importante en este escenario.

No hay focos guerrilleros, como en los tiempos de la guerra fría, pero hay “guerrilleros” funcionales que obedecen a uno de los frentes de esta nueva guerra.



El analista argentino Carlos Pérez Llana hizo notar en radio Mitre de Buenos Aires que Nicolás Maduro podría estar usando, como instrumentos de su política regional, a grupos violentos que actúan en otros países, en una especie de sinfonía de violencia.

Los detalles son precisos. Desde que el presidente Iván Duque asumió el cargo en Colombia, la narco-guerrilla del ELN decidió retirarse de las conversaciones de paz similares a las que habían hecho las FARC con el presidente José Manuel Santos, bajo el padrinazgo de Cuba.

Pérez Llana dijo, con la sutileza de un doctor en ciencias políticas que, “casualmente”, en el momento en que juraba en su cargo el nuevo presidente de Brasil, se produjeron sublevaciones en dos cárceles del norte de ese país donde hay una mayoría de presos acusados de narcotráfico. Muy sugestivo. Una transnacional que maneja todo, incluso a algunos presos.

Si hubiera estado atento a lo que ocurre en Bolivia, el analista habría incluido en su enumeración las duras críticas que lanzó el presidente Evo Morales a la decisión de Bolsonaro de anular el privilegio de los indígenas de su país a recibir, como únicos beneficiarios, la dotación tierras fiscales, porque los indígenas debían tener los mismos derechos del resto de los brasileños. En ese mismo discurso, Morales llamó a los maestros brasileños a protestar contra un ajuste de salarios dispuesto por el nuevo gobierno. O la afirmación de Morales según la cual Argentina compra menos gas boliviano porque los argentinos están consumiendo cada vez menos energía eléctrica debido a que el gobierno de Mauricio Macri elevó las tarifas. Casos de intromisión, o injerencia en asuntos externos, que la OEA debía haber conocido.

Para completar o balancear el cuadro, el analista Pérez Llana incluye el detalle de que Bolsonaro ha decidido autorizar a Estados Unidos la instalación de una base militar en Marañón, en Alcántara. El analista compara ese comportamiento con el que tuvo en los años 40 Getulio Vargas que, al alinearse en contra del “eje” de nazis y fascistas de Alemania, Italia y Japón “cobró” lo suficiente para iniciar la siderurgia brasileña.

Ahora, Bolsonaro está en contra del “eje” conformado por Rusia, Irán, China, Cuba y Venezuela, además de Bolivia.

Es bueno escuchar a gente inteligente.

Fuente: Vacaflor.obolog.com