Cochabamba. Permanecer en zozobra y aprender protocolos de alerta: la vida ya no es la misma en Tiquipaya

  • Vecinos observan los trabajos de limpieza en el río Taquiña | Gerardo Bravo
  • Vecinos observan los trabajos de limpieza en el río Taquiña | Gerardo Bravo
COCHABAMBA | Pobladores de Tiquipaya que viven en inmediaciones del río Taquiña volvieron a vivir episodios de zozobra en las últimas horas por la llegada de una  mazamorra, hecho que trajo recuerdos dolorosos, por el aluvión ocurrido en el municipio el año pasado.Durante esta temporada de lluvias, los pobladores señalaron que viven en una constante susceptibilidad y con la predisponibilidad de evacuar sus viviendas ante cualquier alerta. En estas circunstancias los vecinos emplearon procedimientos de alerta ciudadana para comunicar situaciones de emergencia en relación al río.“Los vecinos de arriba cuando viene una mazamorra, tocan alarma, hacen reventar petardos, los familiares que viven en ese sector nos llaman”, señala Daniel, poblador del manzano 78, que ha pasado un curso de simulacro organizado por la Alcaldía.Él tuvo que salir a la calle con cuatro hijos y algunas pertenencias, ante el ruido del río y de la alarma de los vecinos. “Hemos pensado que iba a volver a venir la mazamorra como el anterior año”.“Desde que se han perdido las casas hay un temor de vivir aquí”, manifiesta Leticia, otra vecina del lugar, al momento de contemplar el trabajo que realizan las retroexcavadoras para retirar el lodo y las piedras acumuladas en el sector del puente de la avenida Circunvalación.“Hemos salido porque todos comenzaron a decir: “Salgan, alarma”. Bulla y griterío, todo había”, menciona.

Vecinos observan los trabajos de limpieza en el río Taquiña

Vecinos observan los trabajos de limpieza en el río Taquiña. Gerardo Bravo

Leticia también dio la voz de alerta a otros vecinos, golpeando puertas y dando gritos.“Sentimos el temor de que va a enterar otra (mazamorra) más fuerte y estamos listos para escapar”, expresa la vecina.Otra de las vecinas, Susana, relató que un familiar la llamó para alertar sobre el descenso de la mazamorra. Ella junto a su madre e hija también evacuaron su vivienda para ver lo que sucedía con el río Taquiña. “La gente no durmió a la espera de lo que podría ocurrir”, añade.Después de la noche de alarma, los vecinos pasaron las últimas horas vigilando cómo la maquinaria pesada trabajaba a lo largo del caudal para limpiar el lodo, las piedras y los troncos que fueron arrastrados.Según el reporte de las autoridades municipales, la intensidad de la mazamorra no causó un rebalse por lo que no se tienen daños personales ni materiales en la población, y las afectaciones tienen que ver con disipadores instalados en esta cuenca.Los Tiempos Digital