Fabiana Rosales, esposa de Juan Guaidó: «Trabajo para dejar a mi hija una Venezuela libre»

La primera dama asegura que ha sufrido, como el resto de venezolanos, los embates de la crisis humanitaria

Fabiana Rosales, el pasado 4 de marzo tras regresar de la gira por SudaméricaFabiana Rosales, el pasado 4 de marzo tras regresar de la gira por Sudamérica – EfeUna mujer sencilla, natural y sin mucho maquillaje es como se presenta Fabiana Rosales, de 26 años, a cada acto público al que asiste. Su camisa blanca de manga larga y su cintillo dorado en su cabello se han convertido en su mejor distintivo. La joven periodista de Tovar –un pequeño pueblo situado en el estado de Mérida– es la esposa del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, y desde el pasado 23 de enero asumieron juntos el reto de lograr la transición en el país.

«Me encantaría que el día tuviera más horas para que me alcanzara el tiempo para hacer más cosas», dice Rosales en una entrevista exclusiva con ABC, tras regresar de una agotadora gira internacional.



Rol como madre

«No vuelvo a dejar a Miranda Eugenia (su hija, de 22 meses de edad) tantos días. La próxima vez me la llevo», comenta mientras recuerda que hizo una maleta solo para irse tres días y terminaron siendo dos semanas. Su propia madre cuidaba del bebé en Caracas, mientras Fabiana cumplía con un deber que le tocó asumir hace apenas mes y medio. «Hablábamos todos los días por videollamada, las dos nos quedábamos triste, pero ninguna lloraba enfrente de la otra, es muy chiquita pero muy madura», relata. Por redes sociales –en Instagram tiene más de 509.000 seguidores– la foto y el mensaje que publicó horas antes de aterrizar se difundió fugazmente: «Mami y papi pronto en casa contigo. Te amamos y te extrañamos mucho».

La comunicadora social tuvo que adaptarse muy rápido a ser madre, esposa, amiga, voluntaria y activista política. «Un día normal llevo a Miranda al colegio y aprovecho hasta el mediodía para hacer entrevistas, labores sociales o reuniones de trabajo, luego la recojo, le doy de comer y la duermo y aprovecho para hacer otras cosas. Después la llevo a sus actividades o si puedo la incorporo a las mías», comenta después de un día agotador donde participó en una misa en familia por el miércoles de ceniza.

Siete años de relación

Con respecto a su esposo, Guaidó, con quien lleva una relación desde hace siete años, cuenta que tiene mucho trabajo y que se ven poco, pero el tiempo que pasan juntos es de calidad. Fabiana y Juan se conocieron en un acto político de juventudes del partido Voluntad Popular, donde ambos militan. «A veces coinciden las agendas en actos donde podemos compartir cuando no, trato de disfrutar de mi mamá y de mi hermano». A la mayoría de sus amigas las echa de menos, porque «no están en el país» y a las que sí tiene allí las ve en su casa donde les organiza una comida

Fabiana Rosales se considera una persona muy creyente: «Me tomo mi tiempo diario para rezar», asegura mientras agradece a su abuela por enseñarla a leer el rosario que considera es «un arma muy poderosa». En otra faceta más íntima la joven también es ama de casa y «lo disfruta». «Tengo que hacer todas las cosas: lavar, cocinar, encargarme del bebé… hay veces que llega Juan a casa con gente y tengo el tendedero con ropa y tengo que salir corriendo a recogerlo», cuenta entre risas.

Guaidó se hace una foto con su móvil junto a su esposa Fabiana y su hija Miranda
Guaidó se hace una foto con su móvil junto a su esposa Fabiana y su hija Miranda – Efe

Durante todo este tiempo que le toque acompañar a su esposo, Rosales quiere dedicar su tiempo a labores sociales que tengan que ver con los niños. «Los niños me llenan muchísimo, yo sé lo que se siente ver a un hijo sufrir, yo soy mamá y quiero devolver la sonrisa a los niños que están enfermos o muriéndose de hambre», dice. También tiene gran compromiso por los animales y recuerda que tiene a Régulo Antonio, un labrador blanco, que es «un rock star con más de 32.000 seguidores en Instagram».

Influencia en redes

Las redes sociales se desbordan a diario con comentarios de apoyo y corazoncitos a la pareja presidencial. Incluso Rosales ya se ganó el título de primera dama del país por sus seguidores. «Cuanta más gente te conozca, más grande es la responsabilidad que tienes», comenta.Esta madre venezolana sufre como todos los venezolanos los embates de la crisis humanitaria. Hace diez días, cuando ella estaba en Bogotá después del fallido intento de la entrada de la ayuda humanitaria, su primo de 10 años falleció por la falta de insumos y medicamentos. «Me dolió no poder estar con mi familia, me dolió ver cómo el Gobierno quemaba la ayuda humanitaria que mi primo y cientos de niños necesitaban», cuenta indignada.En 2013 un episodio similar ocurrió cuando su padre murió de un infarto porque cuando lo fueron atender no había cómo. «Ni siquiera había una ambulancia para trasladarlo a la ciudad», recordaba para una entrevista con « El Nacional».

Gran respaldo

Fabiana Rosales trabaja día a día para dejarle la mejor herencia a su hija: «Un país libre». Asegura que hay mucha gente que los acompaña y «cuentan con el respaldo de la comunidad internacional que es lo más importante». «Ellos están comprometidos con nosotros porque el dolor de los venezolanos lo hicieron propio», dice después de reencontrarse con tantos venezolanos en el exterior que partieron en busca de una mejor vida.Fuente: ABC