Limpieza del río Taquiña se dificulta; vecinos de Tiquipaya pasaron la noche en vela

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Cochabamba.- La Gobernación, Alcaldía de Tiquipaya y grupos de ayuda activaron la limpieza, con maquinaria pesada, de los colmatadores en la cuenca Taquiña tras la alerta de la llegada de una mazamorra que bajó por este caudal la noche de ayer.

Estas tareas se dificultan debido a la cantidad de material, lodo y piedras que arrastró el caudal, incluso una de las retroexcavadoras quedó atascada.



Vecinos relatan que pasaron la noche en vela por la alarma que suscitó el ruido del río y los gritos de los pobladores rememorando el aluvión del año pasado.

Autoridades del municipio activaron una alerta y varios vecinos evacuaron la zona de riesgo, en la franja de seguridad del río Taquiña.

Aurelio Ayala, director de la Secretaría de la Madre Tierra del municipio de Tiquipaya, informó que retroexcavadoras realizan trabajos de limpieza de los colmatadores; sin embargo se dificulta por el peso de las piedras y el lodo. “Esta mañana hemos tratado de limpiar el colmatador pero se nos ha tranco la máquina”, señaló.

El funcionario explicó que desde horas de la noche se desplazó equipos a los puestos del río Tiquipaya para evitar un rebalse porque anoche se registró una hora de lluvia en la parte alta con un precipitación de 2,5 milímetros. “La cuenca está muy deteriorada y ha hecho que una hora de precipitación haga que baje mucho material”, añadió.

De acuerdo al reporte, los dos colmatadores instalados cumplieron su función para evitar que la mazamorra cause estragos, empero estos dispositivos se vieron sobrepasados y deteriorados por el impacto de las piedras

Vecinos se congregaron en inmediaciones del río, vigilando el trabajo que se desarrolla en la zona.

 

“Tenemos el temor de venir a vivir en esta zona porque la primera mazamorra fue tremendo.Anoche sonó una alarma diciendo que estaba bajando la mazamorra. He sacado a mis hijos y nietos y hemos tenido que escapar”, relata Leticia una de las vecinas en el sector de la avenida Circunvalación.

Los pobladores explican que gran cantidad de troncos, piedras y lodo que estaba siendo arrastrado, pero dan gracias que la mazamorra no logró rebalsar.

Susana, otra de las vecinas, señaló que el sonido de las sirenas de ambulancia y el grito de los vecinos afectó a la susceptibilidad de los pobladores. “La gente no ha dormido, todos estaban esperando y además había lluvia (…) No fue como el año pasado, pero había bastante cantidad de material. Se llenó hasta la mitad del río”.

Por los puentes que atraviesan el cauce del río aún se observa el agua que baja con fuerza desde el Tunari.

En el municipio no se reportaron viviendas afectadas, a diferencia del episodio similar que se vivió hace un año cuando cinco personas y más de 100 casas se vieron afectadas.

Fuente: Red Uno, Los Tiempos