Palmasola: 246 adictos se reforman; niños aún entran al PC-4

23 profesionales apoyan la rehabilitación en el penal de Santa Cruz. Ya no viven niños en el penal pero sus visitas siguen siendo en los pabellones 

La biblioteca modelo registra entre 100 y 130 visitas diariamente

 

“Antes consumía alcohol con agua y fumaba marihuana. Ya hace 10 meses que estoy aquí y me siento mejor, gracias a las ‘doctoras’ que nos ayudan”, dice J. J. A., de 27 años, uno de los 246 internos que se rehabilitan del consumo de drogas en el PC3-B. Prefiere no hablar del delito por el que está encerrado y sobre su vida solo comenta que vivía en la calle.Rubí Flores, sicóloga a cargo de las terapias de rehabilitación, señala que el semblante de los internos ha cambiado en todo sentido, desde lo físico, hasta lo espiritual y sicológico.Al ingresar a este lugar (acompañado de autoridades y policías) se percibe a personas respetuosas y con ganas de dejar atrás la vida del vicio. Flores explica que el programa cuenta con 13 personas capacitadas en ‘primeros auxilios sicológicos’, que asisten a los internos en momentos de crisis con el fin de evitar la ansiedad y las recaídas.Para ello también cuentan con talleres de artesanía, sesiones de deportes y otras actividades. “La idea es que cuando salgan tengan cómo ganarse la vida y también hacerles un seguimiento porque no se puede hablar de un plazo para la culminación de la terapia, puede durar toda la vida”, dice Flores.El director departamental de Régimen Penitenciario, Dick Camacho, señala que 23 personas del equipo multidisciplinario compuesto por sicólogos, trabajadores sociales, educadores y siquiatras, asisten a los 246 internos, además de un número similar de voluntarios, principalmente de iglesias evangélicas, que prestan apoyo espiritual.En la cuestión de los niños, siguen ingresando a los pabellones pero se tiene previsto habilitar un espacio para visitas en el lugar donde actualmente funciona la guardería que alberga a los menores de seis años.Otro de los logros es la biblioteca con más de 5.000 volúmenes y que atiende entre 100 y 130 internos diariamente. Según Henry Rojas, primer delegado del PC-4, son cerca de 2.000 los internos que estudian en niveles primaria, técnico y universitario dentro del penal.A corto plazo, dijo Rojas, empezará a funcionar una panadería y una fábrica de chancletas dentro del PC4, en la que trabajarán los propios internos con la finalidad de hacerla autosustentable.EL DEBER / Fernando Soria Sejas