La catedral de Notre Dame de París, desfigurada por un incendio pero en pie

De madrugada el portavoz de los bomberos de París, Gabriel Plus, anunció que «el fuego está completamente controlado y parcialmente sofocado», quedando solo «algunos focos residuales por apagar».

Los agentes de policía montan guardia mientras los bomberos trabajan frente a la Catedral de Notre-Dame en París.
Los agentes de policía montan guardia mientras los bomberos trabajan frente a la Catedral de Notre-Dame en París.
  

La catedral de Notre Dame de París quedó desfigurada, sin su aguja y parte del techo, por un incendio que tuvo al mundo en ascuas hasta que los bomberos lograron controlarlo este martes. La «reconstruiremos», prometió Emmanuel Macron.

«Se ha evitado lo peor», añadió el mandatario francés. Visiblemente emocionado, agradeció a los bomberos por haber salvado las dos torres y la fachada del monumento.



De madrugada el portavoz de los bomberos de París, Gabriel Plus, anunció que «el fuego está completamente controlado y parcialmente sofocado», quedando solo «algunos focos residuales por apagar».

Detalló un balance material «dramático»: «todo el tejado está siniestrado, toda la armadura quedó destruida, una parte de la bóveda se derrumbó, la aguja ya no existe».

El fuego se declaró el lunes alrededor de las 18H50 (16H50 GMT) en la parte superior de la catedral y se propagó rápidamente.

El fuego quemó el techo de madera de más de 100 metros de longitud, conocido como «el bosque» por el gran número de vigas que hubo que utilizar para instalarlo.

Los bomberos, uno de los cuales resultó herido grave, indicaron que el incendio está «potencialmente ligado» a las obras y la fiscalía abrió una investigación judicial por «destrucción involuntaria». Los investigadores, que interrogaban a los obreros que trabajaban en el lugar, según la fiscalía, privilegian la pista de un incendio accidental.

Las impresionantes imágenes de las llamas devorando el edificio mantuvieron toda la ciudad con el corazón en un puño.

La enorme nube de humo visible a kilómetros de distancia envolvió el monumento, en este inicio de Semana Santa.

En poco más de una hora el fuego echó abajo la aguja de 93 metros de alto, uno de los símbolos de París, provocando un grito de horror entre la muchedumbre agolpada en los puentes del Sena y en las calles adyacentes.

Con su caída desaparece una parte de la historia de la Ciudad Luz. «París está desfigurada. La ciudad nunca volverá a ser como antes», lamentaba Philippe, un francés de unos 30 años.

«Todo está siendo devorado por las llamas», lamentó el portavoz de la catedral gótica, André Finot, que llegó a temer por la estructura, que data del siglo XIX de un lado y del XIII del otro.

Una parte de la isla de la Cité, el barrio donde está ubicada la catedral, fue evacuada.

Alrededor de 400 bomberos se movilizaron con 18 mangueras tras descartar el uso de aviones cisterna para evitar que la presión del agua provocara un colapso del monumento.

Colecta nacional

La alcaldía de París puso en marcha una operación para «salvar todas las obras de arte».

La corona de espinas y la túnica de San Luis, dos de las reliquias más importante, están a buen resguardo, afirmó monseñor Patrick Chauvet, el rector de la catedral.

Restaurar el edificio llevará «años de obras», estimó el nuevo presidente la Conferencia Episcopal de Francia, Eric de Moulins-Beaufort.

La UNESCO, la organización de Naciones Unidas para la cultura, dijo estar «al lado de Francia para salvaguardar y rehabilitar este patrimonio inestimable», tuiteó su directora general, Andrey Azoulay.

La Fundación del Patrimonio, una organización privada que trabaja por la salvaguarda del patrimonio francés, lanzará este martes una «colecta nacional» para la reconstrucción de la catedral.

Por su parte, la familia Pinault, una de las más ricas del país, anunció el desbloqueo de 100 millones de euros para la reconstrucción.

Por la noche, cientos de personas se reunieron para rezar.

«Hace unos minutos abrieron los cordones de seguridad y pudimos avanzar en procesión de oración hacia la catedral. Lo que es conmovedor es imaginarse que el corazón de Francia late aquí y arde», comenta Etienne Vermersch, de 28 años, quien se pasó gran parte de la noche orando.

El Vaticano expresó su «incredulidad y tristeza» por lo ocurrido a este «símbolo de la cristiandad, en Francia y en el mundo».

Notre Dame acompañó la historia de París desde la Edad Media. Sus campanas anunciaron el 24 de agosto de 1944 la liberación del yugo de los nazis y en ella se celebró 26 años más tarde el funeral del presidente Charles de Gaulle.

«Es horrible que esto haya pasado, además de todo lo que ha vivido París recientemente», afirmó Nathalie Cadwallader, de 42 años, en referencia a los atentados yihadistas que mortificaron la ciudad con decenas de muertos en 2015.

La catedral, con alrededor de 13 millones de visitantes al año, es el monumento histórico más frecuentado de Europa y fue retratado por Victor Hugo en «El jorobado de Notre Dame»

Victor Hugo, indignado por el estado «inadmisible» del monumento, comenzó en 1831 a escribir esta obra, quejándose de su deterioro.

El poeta romántico Gérard de Nerval, escribió de ella: «Aunque Nuestra Señora es muy vieja, es posible que algún día sepulte a ese mismo París que ella ha visto nacer».

La Razón Digital / París