Una multitud despidió al gigante ‘Tataque’ Quisbert, icono del boxeo boliviano

Varias personas le dieron el último adiós al pugilista de 2.25 metros de estatura que ganó la medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de 1977 y fue campeón Sudamericano en 1980.

EFE



Centenares de personas dieron este jueves el último adiós en La Paz al pugilista boliviano Walter ‘Tataque’ Quisbert, el «Gigante de América» con 2,25 metros de altura, cuya destacada carrera en el boxeo entre las décadas de 1970 y 1980 pervive en la memoria colectiva del país.

Una multitud acudió al Cementerio General de La Paz para despedir al «Gigante de América», ganador de una medalla de oro en los Juegos Bolivarianos de 1977 y campeón sudamericano de boxeo en 1980.

Al menos doce personas, seis por cada lado, fueron necesarias para llevar en andas el enorme ataúd de Quisbert, que llegó al cementerio cubierto por una bandera boliviana y otra olímpica.

    «Walter, Walter, Walter», coreaba la gente, mientras una banda tocaba «Gonna Fly Now», la emblemática canción del filme «Rocky«.

    Quisbert falleció el lunes por la noche en su casa a sus 65 años, a causa de un paro respiratorio, explicó a Efe uno de sus yernos, Harold Suxo.

    La salud de Quisbert estaba deteriorada desde hacía un tiempo, pues padecía de diabetes, a lo que se sumó una caída en noviembre pasado que le dejó dañada la cadera, relató Suxo.

    «Los últimos días nos ha acompañado en la casa, estaba tranquilo, nos estaba hablando bien y nos ha sorprendido con un paro, nos ha dejado de acompañar nuestro Gigante de América«, lamentó.

      Nacido en La Paz en 1953, Quisbert fue apodado ‘Tataque’ en alusión a un personaje de la popular radionovela «Kalimán» (1963).

      El Gigante jugó baloncesto e hizo carrera en el boxeo entre 1974 y 1985, para dedicarse luego a la lucha libre.

      En 1990 fue campeón mundial de lucha libre en Panamá y en los últimos años se dedicó a promover ese deporte en Bolivia.

      Sus 2,25 metros de altura podían intimidar a cualquiera a primera vista, pero quienes le conocieron le recuerdan como alguien gentil y bromista.

      «Él era una muy buena persona, otros le tenían miedo por el tamaño, pero ya se daban cuenta, cuando empezaban a hablar, que era una excelente persona y nos daba consejos sabios», recordó Suxo.

        Según su hijo político, Quisbert fue «un padre amoroso» con sus cinco hijas y con sus siete nietos «mucho más, pues los mimaba mucho» y «si hacía algo, lo hacía por ellos».

        Suxo también recordó que a ‘Tataque’ le gustaba gastar bromas a sus colegas, «pero bromas sanas» que terminaban divirtiendo a todos.

        La familia tuvo complicaciones para hallar un ataúd del tamaño adecuado, pues el más largo que encontraron llegaba a 2,15 metros.

        «Entonces hemos tenido que mandar a hacer uno especial a su medida«, explicó.

        Lo mismo ocurrió para hallar un espacio en el Cementerio General, por lo que la Alcaldía de La Paz resolvió conceder un espacio especial para el entierro.

        El Concejo Municipal aprobó una ordenanza que declara el derecho de uso a perpetuidad del terreno adecuado por el municipio en el camposanto para acoger los restos del «Gigante de América».

        Fuente: diez.bo