El turismo no solo es mostrar atractivos

Mauricio Aira

Error de concepto aceptar que turismo es una larga lista de atractivos de orden cultural, histórico, recreativo, oferta ambiental, turismo es sobretodo seguridad, buen trato, es confort y seriedad.

Ha sido necesario una larga estancia en Europa y haber turisteado en muchas regiones y realidades para entender plenamente y distinguir las razones por las que se mueve tanta gente tras “el turismo” digamóslo sin ambajes. La gran masa desde Escandinavia se mueve por el clima y ocurre todo el año. Bajo el slogan “en busca del sol” viajan millones a Grecia, España, Turquía, Indonesia, Italia y Francia. Su interés son las playas, el hospedaje limpio, barato y accesible, comida saludable y conexiones.



Se está dando el fenómeno de oferta veraniega, combinada con atractivos diversos. Pongamos el ejemplo de Hoteles Globales un conglomerado de 50 unidades, algunas mastodóntiscas para mil o más huéspedes que venden “paquetes turísticos” o sea transporte aéreo, transfer, hotel y comidas (desayuno, almuerzo y cena) bar abierto, entretenimiento y excursiones (en este punto se ubican los atractivos) los que se programan día tras día, a elección del pasajero. En el Sur se promocionan los bellos e inapreciables parajes como Sevilla, Granada, Córdova, Almería, Málaga, Marbella, Puerto Banús, y otros 100 sitios que es posible visitar en el curso de una semana de forma selectiva.

Los “globales” funcionan como “ciudadelas donde nada falta” y siempre bordeando las piscinas que sí tienen horarios, normas de seguridad y vigilancia que perduran las 24 horas. Se da entonces una “mudanza colectiva” cito los 3 vuelos diarios por ejemplo de Gotemburgo a Málaga, de Estocolmo a Málaga, de Malmö a Málaga o sea 9 avionadas que no combinan directamente con Madrid, con Barcelona o Bilbao que obedecen a una planificación diferente, específica y calendarizada.

En cuanto a la comida la oferta es bufett, tan variada que si bien se repite con pequeñas variaciones no empalaga ni cansa, una muestra son “los patios de comida” que empiezan a proliferar en Santa Cruz, en La Paz, en Cochabamba, cada vez más exquisitos y más atractivos por la variación. Lo interesante de “los paquetes” es que si bien pagas por adelantado, los precios no varían y las sorpresas desagradables están descartadas. No hace falta meter la mano a la cartera. Todo está previsto y no hay lugar para especuladores, ni aprovechadores.

En fin brindo aplausos por autores que tratan de mostrar el turismo en Bolivia como una panacea aunque estemos muy lejos del concepto realista, moderno y operable de un turismo de masas.