El Gobierno argentino habló con EEUU antes de darle refugio a Evo

El expresidente del país llegó ayer al vecino país en calidad de asilado.

Nacional



viernes, 13 de diciembre de 2019 · 09:48

Fuente: paginasiete.bo

Natasha Niebieskikwiat, Buenos Aires / Clarín

En el triángulo aéreo que recorrió Evo Morales para llegar a la Argentina entraron a jugar conversaciones directas entre Alberto Fernández, el gobierno del mexicano Andrés Manuel López Obrador, el del cubano Miguel Díaz Canel, y más importante aún el de Donald Trump.

Aunque la administración albertista busca que la cuestión se naturalice o pase desapercibida, el asilo territorial -que la CONARE transformará en refugio- fue uno de los temas de conversación con el gobierno de los Estados Unidos. Ese diálogo tuvo lugar el miércoles en la Casa Rosada donde, «sin pedir autorización», ni «permisos» -aseguran-, el propio Alberto Fernández y su equipo le informaron al embajador Michael Kozak, secretario en funciones para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, que Evo Morales ya estaba prácticamente en camino a Buenos Aires.

Aun así, Kozak advirtió ayer por Twitter. «Evo renunció porque sabía que el pueblo boliviano no aceptaría una elección fraudulenta, con serias irregularidades como alteraciones en las actas y falsificación de firmas por parte de sus funcionarios electorales. Su versión puede cambiar, pero los hechos, no. No al fraude, publicó.

La cita en la Casa Rosada con Michael Kozak -en la fue acompañado por el embajador de Estados Unidos, Edward Prado-, tuvo el siguiente formato que se contextualiza claramente en la inesperada tensión entre el nuevo gobierno argentino y Washington. Kozak llegó a las 13:00 y se fue a las 15:30. Primero limó asperezas con Gustavo Béliz (secretario de Asuntos Estratégicos), Felipe Solá (canciller), y Jorge Argüello (posible embajador ante EE.UU.), con los que estableció un mecanismo de consultas políticas permanente. Y luego almorzaron todos con Alberto Fernández.

Para ese entonces, las fotos ya captaban sonrisas, pese a que faltaba figura central en la Rosada: Mauricio Claver-Carone, había viajado especialmente al país. Es uno los asesores especiales de Trump en el Consejo Nacional de Seguridad. El martes pegó un portazo y se fue sin asistir a la fiesta del traspaso de mando en el Congreso y menos aún a la cita.

Fue en una entrevista exclusiva con Clarín donde Claver-Carone expresó los motivos de su rauda partida, de su desplante al nuevo gobierno de Argentina, al que le advirtió que «entre amigos» no se hacían «sorpresas desagradables».

Claver-Carone manifestó en esa entrevista que se iba sin asistir a la jura de Alberto Fernández en el Congreso y no asistía a su encuentro en la Rosada por el disgusto de su gobierno con que invitaran a la Argentina al ministro de Comunicación venezolano, Jorge Rodríguez, acusado de violaciones a los derechos humanos, y en la lista de sancionados internacionalmente, y con prohibición de entrada también en Argentina. Además se quejó del asilo que le estaban por dar a Evo Morales -es decir, que ya lo sabía- y de la presencia de Rafael Correa, quien tiene un pedido de prisión preventiva de la justicia de su país, por presunta corrupción.

«Jorge Rodríguez y Maduro no le traen ningún beneficio a la Argentina, Evo Morales no le traen ningún beneficio a la Argentina. Rafael Correa no le trae ningún beneficio a la Argentina. Son cuestiones al revés. Le quitan beneficio a la Argentina, y desenfocan lo que debe ser la prioridad de Argentina, que es el bienestar del país, y como pueden trabajar bi lateralmente con nosotros y con otros aliados», cerró.

La crisis boliviana y la salida de Evo Morales del poder dividió aguas no sólo entre Mauricio Macri y Alberto Fernández, sino entre este último y los Estados Unidos. Mientras que Fernández calificó siempre lo ocurrido de Golpe de Estado, prometió desde la primera hora que le daría asilo en la Argentina, y emitió críticas a Macri por considerar lo contrario -que no era golpe- y por no ofrecerle asilo desde el primer momento.

Peor al mismo tiempo, Fernández tuvo su contrapunto con Washington, donde cayeron mal sus críticas al gobierno de Donald Trump por el reconocimiento al gobierno provisional de Bolivia y el pedido de renuncia que hicieron los militares. «Ayer, Estados Unidos retrocedió décadas. Volvió a las peores épocas de los años 70, avalando intervenciones militares contra gobiernos populares elegidos democráticamente», afirmó ya siendo presidente electo.

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