La vergüenza del gas

Humberto Vacaflor Ganam

El inventario de la herencia dejada por el gobierno del cocalero se está elaborando solo, sin que nadie se tenga que empeñar en buscar los cargos ni investigar mucho.

La delegación boliviana que fue a pedir al gobierno brasileño que reduzca sus exigencias de gas ha tenido que disimular la vergüenza. Nunca antes se había hecho una gestión semejante.



No hay el gas suficiente para cubrir la demanda brasileña ni la argentina. Y pensar que la propaganda de las mentiras estuvo sosteniendo durante la campaña electoral que Bolivia iba a construir gasoductos a Paraguay y Perú para “exportar los excedentes” del “mar de gas que existía debajo del suelo boliviano”. Se hablaba de exportar gas natural licuado hasta India y China.

La situación es dramática. Si se confirman las sospechas de que las reservas están en solamente 5 TCF, quiere decir que el país cuenta con gas para cinco años, cuando llegue el bicentenario. Y después habrá que importar gas para el consumo interno.

Este desastre fue creado por los anuncios acerca de la “nacionalización” de los hidrocarburos, nacionalización que fue una mentira pero provocó que las petroleras decidan entrar en huelga de brazos caídos y de esa manera no se ocuparon de encontrar nuevos campos.

El soborno de los “costos recuperables” no fue suficiente para convencer a las empresas y todo se quedó en la mentira y la propaganda. Se hizo propaganda del IDH, al que se había opuesto el MAS cuando lo promovía Hormando Vaca Diez, se habló de un incremento de las reservas cuando estaban agotándose. La propaganda había reemplazado a la realidad.

Y ahora llega el momento de la verdad. Los países vecinos tienen que entender que Bolivia ha dejado de ser un proveedor seguro de gas natural. Aquí se ha cerrado un ciclo, que había comenzado en los años 60, cuando René Barrientos firmó los primeros acuerdos con Argentina para la venta de gas, lo que se cumplió a partir de 1972. Y luego vinieron los acuerdos con Brasil, el sueño de la Bolivia saudí, pero sobre todo el despilfarro.

Hay que hacer las cuentas con Brasil. Se debe informar cuánto gas debe entregar Bolivia por los pagos anticipados, que podrían ser 12 millones m3/d durante todo el próximo año. Esto coincide con el volumen máximo ofrecido por la delegación que fue a ese país.

La herencia dejada por el anterior gobierno es un desastre y una vergüenza.

Fuente: Siglo21bolivia.com