La nueva realidad

Mauricio Aira

De pronto Bolivia exhibe una nueva realidad caracterizada por la libertad y un nuevo gobierno diferente, conciliador, dialogante y especialmente unido. ¿Cómo pudo ser posible esta transformación? Para nosotros los creyentes, reconocer primero que hay un Plan Divino para cada uno, y también para cada Nación. Por tanto lo sucedido a partir de la acción cívica iniciada en Potosí, continuada en Santa Cruz y en poco más secundada por las 9 regiones, obedece a este designio. El cansancio ciudadano por tanta “mentira oficial” y un embuste tras otro desembocó en un “cabreo colectivo” que hace cuerpo en su presencia masiva en los llamados “cabildos cívicos”.

La comprobación del fraude electoral que visibiliza la Organización de Estados Americanos a través de pseudos informes incontrastables determina que los cabildos determinen la salida del Gobierno de Evo Morales. El pedido es directo, claro, no negociable. La Policía boliviana repite su adhesión a los ciudadanos (ya había ocurrido con Seleme en 1952), “no podemos disparar contra el pueblo” y se acuartela bajo aplauso general. Acto seguido la COB le pide al Presidente “un paso al costado” y contra todo pronóstico también las FFAA en un corto comunicado ordenan acuartelamiento general.



Lo que sigue cien veces repetido es como un film subrealista, el miedo le provoca pánico. Huye a Chimoré desde donde EMA clama por “misericordia, mi vida corre peligro” y López Obrador le pone un avión militar para su traslado a México en calidad de “refugiado”. Las reacciones oficiales, convertidas en órdenes sangrientas dan lugar a horas de incertidumbre y vacío de poder, cuando los legisladores encuentran la figura legal de la sucesión constitucional y asume Jeanine Añez, quien fiel a su formación humanista y patriótica “acepta la responsabilidad de convocar a elecciones” lo que se calendariza para el 3 de mayo próximo.

La administración de los 75 días transcurridos desde la asunción de la senadora beniana no ha sido fácil. No se resigna el “sector derrotado” a la nueva realidad y provoca incidentes y ejecuta maniobras instruidas desde Buenos Aires sede del refugiado, a la par que se van mostrando la corrupción y el latrocinio que provocan estupor y vergüenza y allanan el camino para sendos juicios que se incoan sin demora en los estratos de justicia. En el plano exterior se logra desmontar la acusación de “golpe de estado” y se posesiona “la rebelión civil” que marcó con fuego la caída del originario autócrata.