La trampa protegida

¿Cómo puedes ganar elecciones sin tener votantes? La fórmula fue buscada por los políticos de todos los tiempos: la piedra filosofal de la política.

Hasta que unos catalanes la descubrieron. El secreto: unos votos deben valer más que otros, o viceversa.

Para imponer el independentismo, esos genios cuentan ahora con un “parlament” con mayoría separatista aunque en Cataluña los que quieren independencia son menos que quienes no la quieren. Eureka!



El secreto consiste en que la mitad de los puestos en el parlamento se distribuye según los resultados electorales pero la otra mitad pertenece al que pagó por el modelo.

Las ingenuas encuestas que se hacen solo muestran la probable distribución de la mitad de los escaños. La otra mitad tiene dueño. Como en un restaurante, la mitad de las mesas dicen “reservado”.

El método fue patentado y vendido en precios muy altos a los aspirantes a dictadores en Venezuela, Bolivia y Nicaragua. Se aceptaban narco-dólares, incluso narco-euros. Era el tiempo del socialismo del siglo XXI.

En la letra chica, la fórmula incluía recomendaciones prácticas. Para aplicarla necesitas un total control de los medios, lo que no era problema para los aborígenes que habían pagado por el modelo. Lo tenían resuelto.

Pero en Bolivia eso está fallando ahora. El método podría dar los resultados deseados pero por el derrocamiento del comprador del modelo ha surgido un viento de libertad en los medios, con duros cuestionamientos.

El masismo tiene sus anticuerpos que han sido movilizados. Deben repetir que no pasa nada, que los votos con un peso específico más alto se lo merecen, que quienes protestan son fachos, liberales, derechistas o golpistas.

Lo que les cuesta mucho explicar es cómo, con solo 30% de los votos, ese partido tiene dos tercios del parlamento. Aquí hay gato encerrado, dicen los libertarios, o directamente dicen que esto es un fraude.

Puede haber sido derrocado el dictador cocalero, y las elecciones convocadas, sin él, pero el esquema del fraude está intacto, dicen quienes se le oponen.

Es cuando los soldados del fraude entran en acción.

En medio de esta guerra mediática, los diputados Álvaro Armando Bustamante Montecinos y Hugo Eduardo Sandoval Costas presentaron al Tribunal Constitucional Plurinacional una “acción de anticonstitucionalidad abstracta” para que la ley 421 sea declarada inconstitucional y de esa manera el Tribunal Electoral recupere la facultad de modificar circunscripciones electorales.

Dicen los diputados: la ley en que está contenida la trampa, la 421, de octubre de 2013, es inconstitucional. Y lo es porque el Art. 146 parágrafo V de la Constitución Política del Estado señala: “La distribución del total de escaños entre los departamentos se determinará por el Órgano Electoral en base al número de habitantes de cada uno de ellos, de acuerdo al último Censo Nacional, de acuerdo a la Ley. …”.

Si el TCP diera curso a esta acción de inconstitucionalidad, el TSE habría recuperado la facultad de modificar las circunscripciones y violar el esquema encriptado vendido por los catalanes. Le habrían escupido el asado a los herederos del fraude.

Un fraude que es mucho más grande que el detectado por la OEA. Eso fue un juego de niños. Esto es un fraude en serio, que ahora está en peligro.

Fuente: Siglo21bolivia.com