Son o se hacen los pelotudos

El Mundo

Editorial

Definitivamente el General de la República que dejó el uniforme para colocarse el poncho rojo de la intolerancia llegó al colmo de la zalamería al revolcarse en el suelo para llamar la atención del Presidente en busca de continuar ocupando el cargo de Director Nacional del Contrabando (hoy esta repartición del estado superó con creces a la corrupción de García Meza y de Yolanda Prada) y no se le ocurrió mejor forma que convertir en «material bélico» unos cascos de protección de los gendarmes y de placas de policarbonato que son usados como escudos para protegerse de las piedras y palos en las «chicherías» (licorería de personas de escasos recurso) y de los «cachivacheros», mercado de objetos robados donde la violencia de los dipsómanos y rufianes no se deja esperar.



Dicho material ya existe y está en uso pero ante la necesidad de proteger a los demás guardias se licitó la compra de nuevo cascos y escudos, que fueron importados legalmente como cascos de protección de motociclistas y placas de policarbonato, el general López sin sonrojarse y escondiendo la risa señaló que este material entró de contrabando -primer mentira-, que es material bélico (significa para guerra) -segunda mentira-, que dichos cascos deben contar con permiso del ministerio de defensa -tercer mentira-; este material llegó con la inscripción de «gobierno Municipal» que hasta ayer era un órgano autónomo, hoy no se sabe.

«Cascos de guerra», cualquiera que escucha este término se imagina que son como los de las fuerzas especiales norteamericanas, los Swars, que cuentan con lentes infrarrojos dotados de aparatos de comunicación con su base, o esos cacos de los jugadores de fútbol norteamericano donde en su visera también de policarbonato traen una pantalla donde se especifica las jugadas digitadas al vivo con las últimas instrucciones sin contar que traen protectores alrededor de la cara lo que los hace capaces de resistir un impacto con una pared, o las de los motociclistas de competición que traen todo un sistema de comunicación donde se puede colocar un «flash memory» donde le pasan sus canciones o informes radiales sin contar que traen un Air bass en la parte trasera para que en las caídas no se desnuquen, cascos de guerra también podrían portar un arma secreta como rayos pulverizadores, pero cuando uno los ve se entera que son simples cascos para evitar piedras y palos con suerte y quien los use no se libra de quedar tuerto o con la quijada quebrada ya que la cara no se la protege.

Las placas de policarbonato son: «El policarbonato es un grupo de termoplásticos fácil de trabajar, moldear y termoformar, y son utilizados ampliamente en la manufactura moderna. El nombre «policarbonato» se basa en que se trata de polímeros que presentan grupos funcionales. Se puede dividir a los policarbonatos en carbonatos poliaromáticos y carbonatos polialifáticos. Estos últimos son producto de la reacción del dióxido de carbono con epóxidos, teniendo en cuenta que la estabilidad termodinámica del dióxido de carbono requiere usar catalizadores».

En la actualidad existen escudos antibalas resistentes a los gases y a la presión sin distorsionar la visual de quien los porta e incluso con cámaras en miniaturas que sirven para analizar los disturbios e identificar a sus agitadores, pero no son más que escudos que no aguantan una pedrada. En la actualidad en la gendarmería municipal existen decenas de estos escudos inutilizados por su mala calidad, si el importador debiera ser sancionado es por traer material de mala calidad. Pero se tiene que ser pelotudo en su clasificación más baja de imbécil de uso interno para hacer semejante escándalo, con la intención de hacer creer que estamos listos para una guerra, será guerra de «jones», de pedradas.