Suicidio, pobreza y desamparo

Una joven salva a sus hermanos del veneno que les dio su madre.

Marcela (17) percibió que el pan con dulce de leche del desayuno tenía un ingrediente adicional, el raticida con el que su progenitora se suicidó.

LA RAZÓN



Marcela (17 años) sintió un sabor inusual en el pan con dulce de leche que ella y sus hermanos comían en el desayuno. Se trataba del veneno que su madre colocó para asesinarlos y así acabar con los problemas económicos que aquejaban desde hace un tiempo a la familia.

El agudo sentido del gusto de Marcela le permitió reaccionar de inmediato y llevar a su madre y sus hermanos a un centro de salud para evitar su muerte. No obstante, su madre falleció.

Según el jefe de Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de la ciudad de El Alto, teniente coronel Fausto Téllez, el hecho se produjo cerca de las 8.30 del domingo.

A esa hora, doña Angélica Calderón de Atto, de 51 años de edad, sirvió a sus tres hijos un sándwich de dulce de leche con veneno para ratas (raticida). Ella ingirió uno primero.

Cuando David (20 años), Guillermo (16) y Marcela (17) desayunaban juntos, ella «percibió los gránulos (del raticida) en medio del pan y lo escupió», relató el jefe policial. «Ha podido percibir el sabor no muy claro del emparedado del dulce de leche, y alertó a sus otros hermanos», agregó.

Marcela trasladó entonces al resto de su familia al hospital más cercano de su barrio.

Téllez señaló que a las 10.20, personal del centro de salud de Villa Dolores se comunicó vía telefónica con la FELCC de El Alto para informar de la presencia de cuatro personas internadas por ingestión de órganos fosforados (raticida). Se trataba de doña Angélica Calderón y sus tres hijos.

Tras la llamada, indicó, los efectivos policiales fueron a constatar el reporte recibido.

«En ese momento la señora aún no había fallecido. Estaba siendo atendida de emergencia al igual que los jóvenes», añadió.

Cerca de las 14.30, una nueva llamada del nosocomio le dio a Téllez la noticia del deceso de la señora Angélica. Sus hijos lograron salvarse tras ser sometidos a lavados gástricos que permitieron remover el veneno contenido en sus organismos.

A esa hora, se realizó el levantamiento del cadáver de Angélica Calderón, mismo que luego fue trasladado a la morgue.

«Ella tenía la voluntad de quitarse la vida, nada pudo hacerse, ya que había tomado el veneno antes que sus hijos», explicó.

Según la versión de David, Guillermo y Marcela a la Policía, doña Angélica intentó suicidarse el año pasado. En aquella oportunidad, ellos «no dieron parte a la Policía porque evitaron su muerte, haciendo que escupa el veneno», declaró Téllez.

«Este año no se pudo hacer nada por ella, consumó su suicidio», dijo y agregó que no dejó ninguna carta de despedida.

«Solamente sabemos que tenía problemas familiares envueltos por problemas económicos», finalizó el encargado de Homicidios de la FELCC alteña.