“¿A cómo la arroba de odio, Presidente?”

Susana Seleme Antelo

Cito a Ruber Carvahlo en una de sus memorables cartas a Evo Morales. Luego del septiembre negro en Pando, del septiembre cercado en Santa Cruz, del septiembre furioso contra los departamentos autonomistas, y de las furias de un octubre que se pinta fiero, es una obligación volver a la pregunta: ¿a cómo la arroba de odio con sus ingredientes étnicos, sindicales, ultranacionalistas y hegemónicos? En el gobierno de Morales nadie se compadece de los males que acarrean, quizás porque no les da la gana y no les importa que generen más odios, más conflictos, conduzcan a la sinrazón de la intolerancia y a la locura de la violencia.

¿A cómo la arroba de violación a los Derechos Humanos, como en Pando, por la detención arbitraria de Leopoldo Fernández, su confinamiento y condena cuando le corresponde una Ley del Congreso por ser autoridad electa, además ratificada, y por el confinamiento de otros pandinos, el acecho a sus familias y el hostigamiento a los que cruzaron la frontera, con un militarote como prefecto interino?



¿A cómo la arroba de chantaje, extorsión y amenazas a los prefectos para que firmen un acuerdo sin cumplir el documento elaborado con el tarijeño Mario Cosío, en el que se incluían todos los temas que hoy el gobierna se niega a tocar?

¿A cómo la arroba de cercos y bloqueos, vía milicias armadas-movimientos sociales como método de lucha para impedir que se trate el meollo del problema político actual: el Proyecto de Constitución Política del MAS que pretenden aprobar en referéndum, este mismo año, contra todo principio de pluralidad política y democrática? Es lo único que les interesa, no las necesidades perentorias del país: lucha contra la pobreza y desarrollo sustentable. Lo contrario es ‘chocota’ no la que les endilga el Vice a los prefectos autonómicos que sólo exigen responsabilidad política y de gestión.

¿A cómo el desmantelamiento del Estado de Derecho -institucionalidad, legalidad, división de poderes- logrados en años de acuerdos y consensos? Los cercos, como los efectuados en el Congreso para aprobar leyes con diputados suplentes comprados, la extorsión, presión, e imposiciones van contra la confianza en la ya precaria institucionalidad boliviana.

¿A cómo la arroba de mentiras y la manipulación de la información-comunicación que hace el gobierno sobre las intenciones de las autonomías y sus autoridades, sobre los recursos del IDH y del Tesoro General, ahora ‘dizque’ escasos, luego que en Naciones Unidas Morales emborrachó con danza de millones? Las mentiras y manipulaciones del gobierno tienen patas cortas pues ya se va sabiendo, adentro y afuera, lo que en realidad pasó y pasa en Bolivia.

¿A cómo la arroba de cinismo, tanto para el exterior como en el país, sobre el porcentaje de votos alcanzados por la dupla Morales-García Linera, si lo único cierto del 67 % revolcatorio del que se pavonean son el fraude y la impunidad? El desdén a las minorías: “que ganen elecciones como nosotros”, según el Vice, es la muestra fehaciente, común a todos los masistas, del desprecio a la democracia, que les sirvió para llegar al gobierno, con 54%.¡El 46% restante somos la minoría! Esos datos son los únicos válidos porque fueron sin padrón inflado y con Corte Nacional Electoral institucionalizada.

En este panorama ¿a cómo la arroba de paciencia, sin ‘sobreprecio’, para aguantar los delirios del gobierno masista, tanto de bolivianos como de observadores internacionales, hoy por hoy garantes de que Morales y sus hombres no vulneren más el Estado de Derecho y sigan en el diálogo?