Dirigentes sindicales y familiares de masistas hacen jugosos negocios con movilizaciones y cercos.

Fidel Surco, máximo dirigente de la Federación de Colonizadores de Bolivia y Leonilda Zurita, líder de las llamadas «bartolinas» tuvieron este miércoles una «productiva» reunión con el presidente de Bolivia en ejercicio, Alvaro García Linera. Recibieron alrededor de 300 mil dólares para garantizar la movilización hacia La Paz, de por lo menos 10 mil miembros de las «organizaciones sociales» afines al MAS.Parte de la «torta» recibiría también María Martha Gonzáles Quintanilla de Peredo quien será la encargada de organizar el cerco al Parlamento para el 9 de septiembre, fecha en la que el Congreso ha sido convocado para designar a las autoridades del Poder Judicial y la Corte Nacional Electoral.No está demás recordar que el pretendido «colonizador», Fidel Surco es bastante visible todos los días en la plaza Murillo, a la que llega a bordo de una lujosa vagoneta ultimo modelo e invariablemente acompañado de un robusto guardaespaldas, para formular amenazadoras declaraciones, siempre vestido de un coqueto y elegante saco «estilo Evo». Es claro que en su vida tomó una picota, una pala o un machete.Leonilda Zurita, fue una de las principales protagonistas de los luctuosos hechos del 11 de enero de 2007 en la ciudad de Cochabamba que dejaron como trágico saldo tres muertos. Es conocida su imagen distribuyendo a los cocaleros que tomaron la ciudad del valle, alimentos que estaban destinados a los damnificados por los desastres naturales.María Martha de Peredo, esposa del senador del MAS Antonio Peredo, es vista en forma permanente en los pasillos del Parlamento haciendo gala de su prepotencia, pues, la señora tiene la mano rápida cuando se trata de «sopapear» a parlamentarios de la oposición. Se dice que hasta los propios masistas le tienen miedo.Se vanagloria de su pasado «guerrillero» y de su pasada militancia en el Ejército de Liberación Nacional (ELN) a principios de los años 70. Sin embargo, es conocida en Cochabamba donde trabajó sin problema alguno y durante años como secretaria en la Empresa Nacional de Electrificación (ENDE). En esa ciudad posee una amplia y señorial casona en la calle Baptista casi esquina La Paz. Es decir, si en esa época hubo una brutal represión, a ella no le llegó.