En los medios de comunicación oficiales falta profesionalismo pero sobra corrupción

Los medios de comunicación oficiales no solo están afectados por el mal uso que se hace de ellos en términos informativos ya que se manipula y tergiversa de manera descarada la información, sino que la corrupción es más que evidente tal como lo demuestra una reciente adquisición de cámaras para el canal 7, que de estatal, a estas alturas del partido, ya no tiene nada y se ha convertido en un simple instrumento del MAS.

Esta situación ya era conocida desde hace bastante tiempo atrás, cuando el entonces vocero gubernamental Alex Contreras dispuso a su antojo de Radio Illimani (ahora Radio Patria Nueva), la ABI y Canal 7, colocando en puestos de importancia a cómplices de sus trapisondas en Cochabamba, cuando recibía jugosos estipendios de Manfred Reyes Villa cuando este era Alcalde del municipio de esa ciudad.

Si bien el grupo de Contreras ha sido en parte desplazado, al parecer lo que no cambia son las actitudes y tuvo que ser la denuncia de una empresa que se presentó a la licitación para proveer de cámaras al Canal 7, la que destape un millonario negociado en el que se detectaron sobreprecios que cuadruplican los costos originales.



Lo curioso es que toda adquisición debe ser aprobada por el directorio del Canal, el cual es presidido en la actualidad por el ministro de la Presidencia , Juan Ramón Quintana, quien ha ordenado se realice de inmediato una auditoría sobre un hecho que él seguramente conocía de sobra.

Tal como se presentan las cosas y ante la evidencia del hecho de corrupción, lo más probable es que la auditoría esté dirigida a encontrar un «chivo expiatorio», un funcionario de segunda, más que a sancionar a los verdaderos responsables que a las claras, son aquellos que controlan directamente al Canal 7 pero que tienen sus oficinas en Palacio de Gobierno.