Evo no logra imponer a Pablo Solón como secretario de la Unasur

La pretensión del Gobierno del MAS y el «lobby» de Evo con sus amigos presidentes, para imponer a Pablo Solón como secretario de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) solo está logrando que Bolivia se aísle cada vez más en este nuevo organismo como ya ocurre de forma cada vez más evidente en la Comunidad Andina de Naciones.

En la Cancillería boliviana, donde los diplomáticos de carrera están totalmente relegados, se comenta que en verdad Solón tiene muy pocos, o ningún mérito, personal, profesional o académico para acceder a este importante cargo.

A pesar de que gusta presentarse como profesional en Economía, Movimientos Sociales, Literatura, Relaciones Internacionales, Videoasta y muchos otros, solo es conocido por haber formado en la UMSA la Organización Socialista de los Trabajadores (OST), cuyo máximo exponente es el argentino Nahuel Moreno y jamás pudo demostrar ni siquiera una regular trayectoria académica.



El y otros miembros de su organización practicaron el «entrismo» al PS-1 de Marcelo Quiroga Santa Cruz del cual fueron posteriormente expulsados con ignominia por su evidente falta de escrúpulos y su capacidad para desviar recursos partidarios para fines y uso personal.

Hizo, además, fortuna creando ONGs, a diestra y siniestra para ganar plata utilizando el nombre de su padre, el si respetable pintor Pablo Solón Romero.

Precisamente, la meteórica carrera política de Pablo Solón, se debe a sus ONGs, con las cuales financió en El Alto varias movilizaciones «sociales» y entre ellas la llamada «guerra del agua», que propició la salida de la empresa francesa «Aguas del Illimani» y el surgimiento del líder vecinal, Abel Mamani, luego nombrado ministro del Agua en el gobierno del MAS y echado por inmoral y corrupto en noviembre de 2007. Sin embargo, los masistas alteños decían que Mamani no movía un dedo sin consultar a su mentor, Pablo Solón.

Definitivamente, el perfil del señor Solón difícilmente puede ser envidiado.