Expocruz pese a todo

El Deber. Editorial.

Lo peor que nos podría suceder sería aplacarnos, refundirnos a merced de los malos augurios, de las malas señales que dejan los vientos tempestuosos al correr a lo largo y a lo ancho de nuestro cálido y bendito territorio.

Nos sabemos capaces para dar cara a la adversidad. Más todavía, nos sabemos capaces para empinarnos de las cenizas y seguir pintando de esperanzas el porvenir. Y precisamente porque así somos, nos complace sobremanera la determinación de llevar adelante la versión 2008 de la Feria Exposición de Santa Cruz de la Sierra.



Y de paso nos declaramos lastimados por la determinación del Honorable Concejo Municipal de suspender el homenaje a nuestra Santa Cruz de la Sierra en su más alta fecha cívica. Salvo que estemos mal informados, nadie debe tanto ese homenaje a la ciudad como esa corporación de ciudadanos que conforma el Concejo edil.

Pero volvamos al tema de la Feria Exposición y a lo que su desarrollo puntual supone, no sólo para esta ciudad grigotana, sino también para todo el país e incluso para varios de nuestra vecindad. En primer término y con carácter imperioso, hay que reconocer que la Expocruz, con clara inteligencia, con el esfuerzo y el sacrificio sin límites de sus creadores y sostenedores posteriormente, ha pasado a convertirse en el acontecimiento mayor, más destacado, de todo el país y a la vez en uno de los más reconocidos y atractivos de nuestra América, cuyas claras resonancias se dejan sentir incluso del otro lado de los océanos.

Las multitudes que anualmente congrega la Expocruz son de verdad asombrosas y están conformadas por expositores de muy diversas nacionalidades, unos de grandes empresas, otros de medianas, muchos de pequeñas y no pocos individuales asimismo. No faltan, entre los congregados, observadores que proceden de todos los rincones de la tierra, periodistas, inversores y compradores interesados en hacer negocios de beneficios recíprocos, amén de ese público cálido que se moviliza frente a todo lo que es nuestro y que lo alienta sin reparos.

Vale la pena remarcar que la Expocruz no sólo muestra el potencial económico de la región y del país ni es únicamente la gran plaza para hacer negocios buenos o proyectar otros a futuro inmediato. También la Expocruz es un inmenso palacio a cielo abierto para las artes, la música, el canto y otras manifestaciones. Artistas de renombre, al lado de muchos que hacen sus primeras armas, ponen con música y canciones y otras delicadas galas culturales, un atractivo adicional a los días y a las noches de la muestra cruceña reconocida más allá de las fronteras, casi tanto como de este lado.

El mayor acontecimiento nacional abre sus puertas como siempre. Un aporte, sin duda, hoy,  para sacudir a quienes discurren con el espíritu conturbado.