La cola de paja de un “revolucionario” troskista

Al diablo con la independencia de clase

Foto ABI

Pedro Montes, Secretario Ejecutivo de la COB



La historia de las relaciones entre el gobierno del MAS y el máximo dirigente de la Central Obrera Boliviana, Pedro Montes, con sus encuentros y desencuentros, sus mutuas incomprensiones, podría servir de argumento para una telenovela venezolana.

Ocurre que en ocasión de las movilizaciones convocadas por la otrora gloriosa Central Obrera Boliviana exigiendo una nueva Ley de Pensiones, Pedro Montes convocó prácticamente a derrocar al gobierno de Evo Morales acusándolo de no cumplir sus promesas.

Es más, cuando dos días antes del referéndum revocatorio murieron dos mineros durante un enfrentamiento en la zona de Caracollo y trabajadores de este mismo sector estuvieron a punto de tomar varias entidades estatales, Montes criticó duramente al presidente Morales y pidió un voto castigo.

Sin embargo, mutatis mutandis, Pedro Montes aparece el miércoles 17 del presente, rodeando al presidente Morales en la propia sede de la COB , junto a Fidel Surco, Leonilda Zurita, Santos Ramírez y otros dirigentes, haciendo una renovación de fe en un proceso de cambio que vaya uno a saber hacia donde va.

¿Cómo se puede explicar estos bruscos y repentinos cambios de actitud en un dirigente que debía caracterizarse por su templanza? ¿No son los trabajadores mineros los que históricamente han dado ejemplo de consecuencia y perseverancia. Algo tuvo que haber ocurrido realmente.

Pues bien, ocurre que Pedro Montes ya cobró alrededor de 75 mil dólares por jubilación en el mes de marzo y por tanto ya no es trabajador activo lo que lo inhabilita para continuar como dirigente de la máxima entidad de los trabajadores. Esta situación le fue planteada claramente por el ministro de Trabajo, Walter Delgadillo en una reunión que sostuvieron el pasado lunes 15, quien le hizo además notar que el haber seguido percibiendo salarios después de haber cobrado su jubilación significa una defraudación al Estado.

Delgadillo puso a Montes ante la disyuntiva de devolver los montos que cobró ilegalmente y dejar el cargo de secretario ejecutivo de la COB o plegarse al gobierno, con todos los beneficios que ello implica.

Tamaña reconvención obtuvo resultados inmediatos y Pedro, como buen chico, se avino a firmar un pacto con el gobierno a despecho de que un precepto básico de su ideología trotskista es la independencia de clase del proletariado.

Así son las cosas y aumenta el número de trotskistas que de ascetas se tornan en epicúreos. Poderoso caballero es don Dinero, dijo alguien, como poderosos son los métodos que usa el gobierno de Evo para someter y acallar a cualquier «gallito» opositor.