Comandante de las FFAA pidió plan para meter bala

image Gral Luis Trigo,en apronte*

El pasado 12 de septiembre, en medio de los hechos de violencia suscitados en Porvenir, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Gral. Luis Trigo, ordenó a la Escuela de Comando y Estado Mayor (ECEM) con sede en Cochabamba diseñe, de inmediato, un plan operativo para una intervención militar en caso que se produjera en Santa Cruz, Tarija o aún Sucre, una reacción de la población ante la violenta intervención que se produjo en el departamento de Pando.

La hipótesis de conflicto planteada por el jefe militar contemplaba una violenta reacción civil en esas ciudades ante lo cual se hubiera requerido una intervención militar en un grado proporcional.



Las pautas entregadas para el análisis de Estado Mayor hablan de una convulsión interna generada por elementos desestabilizadores a los que se debe neutralizar. Se sabe que en la concepción militar el término “neutralizar” puede significar muchas cosas, desde la detención hasta la eliminación física, pura y simple.

En la instrucción emitida por Trigo se pedía precisar el número de muertos, tanto muertos como civiles, que debía esperarse en caso de que se produzca la supuesta insurgencia civil en los departamentos de la “media luna” además de la consiguiente reacción militar.

La orden no fue bien recibida por los alumnos de la ECEM quienes observaron, en primer término, que el gobierno busque aplicar medidas militares cuando existe la posibilidad de una solución política. Quedó en claro que a despecho de unos cuantos obsecuentes, la mayor parte de los oficiales no está dispuesto a derramar sangre de bolivianos.

Para esta actitud existen razones de conciencia y también prácticas por cuanto no olvidan que los muertos, independientemente de quien haya dado la orden, serán cargados sobre sus espaldas y deberán ser ellos quienes tendrán que enfrentar procesos y, en muchos casos, perjudicar o definitivamente, truncar sus carreras.

No deja de llamar la atención que un gobierno que se reclama de izquierda y proclama con vehemencia su antiimperialismo este retomando concepciones que precisamente vienen del Imperio. La llamada “doctrina de seguridad nacional” que sirvió de sustento teórico a las dictaduras en las décadas de los 60 y 70, habla de un “enemigo interno” frente al cual las Fuerzas Armadas deben estar preparadas para actuar.

Dicha doctrina tuvo como principal centro de difusión a la “Escuela de las Américas” ubicada primero en la zona del canal de Panamá y trasladada luego a Fort Benning en Georgia, Estados Unidos. No está demás recordar que el ministro de la Presidencia , Juan Ramón Quintana, fue alumno de este centro.

En la actualidad, y de acuerdo a la hipótesis del Gral. Luis Trigo, este “enemigo interno” es la población de los departamentos autonómicos frente a la cual deben actuar los miembros de las Fuerzas Armadas.

* foto archivo La Razón